martes, 24 de diciembre de 2013

Niños de la guerra




Bosnia jugará por primera vez un Mundial de fútbol, y lo hace con una selección que creció dividida por la Guerra de los Balcanes, iniciada hace 21 años. El conflicto bélico deja una selección multicultural, llena de historias de exiliados y dramas personales.


Niños de la guerra

La selección bosnia llega al Mundial de Brasil tras superar su guerra civil hace 20 años, y es el país más pequeño de esta edición mundialista. (Foto - Alerta Digital).



Bosnia y Herzegovina jugará el Mundial de Brasil 2014. Posiblemente, el país más pequeño de los 32 participantes, dado que es el país con el PIB más bajo, el 5º con menor superficie terrestre, y el segundo con menos población de los clasificados. Sólo Uruguay, por población, y Bélgica, Holanda o Costa Rica, por extensión, pueden equipararse al pequeño país balcánico, centro de las miradas hace ya más de 21 años, cuando estallaba el conflicto armado de los Balcanes en abril de 1992.

El diminuto país balcánico fue el epicentro de la guerra, convertido en lugar donde bosnios, croatas y serbios cometían auténticas atrocidades contra los otros bandos con tal de lograr la independencia de la antigua Yugoslavia de Slobodan Milosevic. Una guerra producto del fin de la "Guerra Fría" y de la caída del régimen comunista que imperaba en el este de Europa durante la última mitad del siglo XX.

Bosnia sufrió una auténtica masacre entre sus gentes. En 2004, la investigación iniciada por Tibeau y Bijak estimó el número de muertes en la guerra en 102.000 fallecidos, de los cuales 50.000 eran de procedencia bosnia, además del más de un millón de refugiados que dejó la guerra civil balcánica.

Una selección criada durante la guerra

De los 23 futbolistas que figuraron en la convocatoria de Safet Susic para los vitales encuentros de clasificación ante Lietchtenstein y Lituania, en los que la selección bosnia lograría la clasificación directa para el Mundial merced al tanto de Vedad Ibisevic en Kaunas, todos nacieron antes de que estallara el conflicto. Algunos, como Elvir Rahimic, bien pudieron combatir durante la guerra, dado que tenían 17 años cuando el conflicto bélico se declaró. Otros, como Izet Hajrovic, cumplían su primer año de vida en el regazo de su familia, esquivando bombas y refugiándose de ellas en el extranjero.

La selección bosnia que disputó los dos últimos partidos de la fase de clasificación para la Copa del Mundo de Brasil presentaba hasta 11 futbolistas con la doble nacionalidad. Begovic, Bicakcic, Spahic, Pandza, Stevanovic, Pjanic, Misimovic, Lulic, Ibricic, Medunjanin y Hajrovic poseen la nacionalidad de otro país, además de la del combinado con el que juegan internacionalmente. Recientemente, también se ha dado el caso de Sead Kolasinac, lateral zurdo del Schalke 04 convocado por Susic para el amistoso ante Argentina, con la nacionalidad bosnia y alemana al mismo tiempo, dado que nació en Karslrühe.

Mientras unos, como Spahic, Misimovic, Kolasinac o Hajrovic nacieron fuera de las fronteras del país balcánico; otros como Begovic, Pjanic, Stevanovic, Lulic, Ibricic, o Medunjanin, entre otros internacionales con Bosnia y Herzegovina, nacieron en su país de origen y se vieron obligados al exilio con el estallido de la guerra. Niños que crecieron con el balón entre viaje y viaje, esquivando balas, evitando la muerte con cada pase que inventaban en su infancia, con cada regate que aprendían, con cada disparo que terminaba en gol y en el sueño de un niño que triunfaba con la camiseta de una nueva nación, la Bosnia, forjada en la triste realidad de una guerra sanguinaria y sin piedad.

La guerra de Bosnia dejó más de 50.000 muertos en el país durante los tres años y medio de combates
Una ilusión que hoy representan  en la realidad. Un país de etnias y culturas enfrentadas durante siglos, con diferencias de religiones y razas. Los bosnios, musulmanes; los serbios, ortodoxos; y los croatas, católicos, unidos celebrando la clasificación de un grupo que representa el nuevo espíritu de Bosnia, un país que creció entre la adversidad, y que ahora, posiblemente uno de los competidores más minúsculos en la historia de los mundiales, ha unido a todo el país balcánico en el sueño de disputar el torneo futbolístico más importante del planeta a nivel de selecciones.

Los que no huyeron

Más allá de las familias de los futbolistas que decidieron refugiarse de las balas en el extranjero, están las historias de los niños que se quedaron a aguantar las balas, bombardeos y penurias de la batalla. Móstar, Banja Luka, o Trebinje, poblaciones muy afectadas y con enfrentamientos encarnizados entre el bando serbio y el bosnio-croata, son los lugares de nacimiento de varios de los actuales internacionales bosnios.

Pandza, Sunjic, Sesar, Lulic (Móstar), Begovic (Trebinje) o Zahirovic y Vranjes (Banja Luka), aprendieron desde pequeños a driblar los escombros de los bombardeos, las penurias de la calle, y las dificultades de la vida de un país en guerra, y que afrontaba una penosa y larga reconstrucción, de la cual aún quedan importantes vestigios e infraestructuras que levantar en Bosnia tras el conflicto armado.

Hasta 11 jugadores cuentan con la doble nacionalidad en el combinado balcánico, debido al exilio de más de medio millón de bosnios durante la guerra
Otros, como Dzeko, nacido en la capital bosnia, la preciosa Sarajevo, bombardeada en todos sus rincones icónicos, como el parlamento o la Biblioteca Nacional de Sarajevo, fueron aprendiendo desde pequeños lo que significa convivir con el horror, y tratar de huir de él a través del fútbol. El punta bosnio del Manchester City, con apenas seis años cuando comenzó la guerra en su país, supo de las dificultades de la vida desde bien pronto para sobrevivir entre el odio existente entre las distintas etnias y comunidades que conformaban el país antes de su independencia.

Futbolistas bosnios que participaron en la fase de clasificación mundialista con doble nacionalidad

Futbolista
Posición
Edad
Doble Nacionalidad
Asmir Begovic
Portero
26
Bosnia - Canadá
Ermin Bicakcic
Defensa central
23
Bosnia - Alemania
Emir Spahic
Defensa central
33
Bosnia - Croacia
Boris Pandza
Defensa central – Lateral diestro
26
Bosnia - Croacia
Miroslav Stevanovic
Centrocampista ofensivo
23
Bosnia - Serbia
Miralem Pjanic
Centrocampista ofensivo
23
Bosnia - Luxemburgo
Zvezdan Misimovic
Centrocampista ofensivo
31
Bosnia - Alemania
Senad Lulic
Lateral zurdo – Centrocampista zurdo
27
Bosnia - Suiza
Senijad Ibricic
Centrocampista ofensivo
28
Bosnia - Croacia
Haris Medunjanin
Mediocentro
28
Bosnia – Holanda
Izet Hajrovic
Segundo delantero
22
Bosnia - Suiza
Muhamed Besic
Defensa central
21
Bosnia - Alemania
Sead Kolasinac
Lateral zurdo
20
Bosnia - Alemania
Ivan Sesar
Medio centro
24
Bosnia - Croacia

Símbolo de unión

La actual selección de Bosnia y Herzegovina, dirigida por la mayor leyenda futbolística del país, Safet Susic, es la viva imagen del país. Con 343 partidos y 172 goles como futbolista del PSG francés, fue reconocido como el mejor futbolista de la historia del conjunto parisino por France Football el 5 de febrero de 2010, en una encuesta en la que también participaban otras leyendas de los parisinos como George Weah, David Ginola, Raí, Ronaldinho, Bianchi, Dahleb o Luis Fernández.


Tras aceptar el cargo en diciembre de 2009, Susic, con una larga carrera en los banquillos entre Francia (AS Cannes) y Turquía (Istanbulspor, Ankaragücü, Konyaspor, Rizespor y Ankaraspor), supo que uno de los principales elementos para la evolución del país era convertir a la selección en un grupo unido y fuerte, donde la convivencia de futbolistas de diferente procedencia valieran como ejemplo de una Bosnia mejor.

Musulmanes como Pjanic, que ya despuntaba en el LyonBegovic, Avdukic, o Zahirovic; jugadores de etnia bosnio-croata como Emir Spahic, Boris Pandza, Senijad Ibricic, Mudjza o Sesar; y futbolistas de procedencia serbo-bosnia como el caso de Besic o Stevanovic, fueron conjuntándose en el nuevo grupo que iría conformando Susic para lograr competir de cara a la clasificación del país bosnio a la Eurocopa de 2012 y al Mundial de 2014. No pudo ser hace dos años, cuando la repesca contra Portugal privó a los bosnios de lograr el pase a su primera gran competición continental como país independiente.

Susic, con 635 partidos y 283 goles, ha sido el mejor jugador bosnio de la historia, aunque sólo jugó dos veces con su país al final de su carrera
Pero sí lo sería para este Mundial. Una fase de clasificación en la que lideraron su grupo, encuadrados con Grecia, Lituania, Eslovaquia, Letonia y Liechtenstein, en un cuadro a priori asequible, en el que los helenos, campeones de Europa en 2004, y los eslovacos, mundialistas en Sudáfrica 2010, parecían los rivales más duros para pelear por estar en la cita sudamericana de 2014. Con 25 puntos en 10 partidos, Bosnia celebró la clasificación a lo grande cuando un gol de Vedad Ibisevic en su visita a Kaunas valía el triunfo y el pase directo a la Copa del Mundo.

Todas las calles de todas las localidades del país se abarrotaron de inmediato de gente orgullosa de su país, celebrando un hito para un país minúsculo de la Europa balcánica, que hace viente años era un nido de odio y destrucción, y hoy es un claro ejemplo de lo que el fútbol puede llegar a aportar a una sociedad en una lenta y dura reconstrucción.

¿Qué se puede esperar de Bosnia?

Futbolísticamente, Susic apuesta por el 1-4-3-1-2 o el 1-4-4-2 en rombo. Con un bloque de 14-15 futbolistas cerrado y muy definido en cuanto a su aportación al equipo, Susic no apostará por grandes revoluciones, a pesar de contar con una selección sub-21 fiable, de la que han ido llegando novedades en los dos últimos años, caso de Bicakcic, Zahirovic, Hajrovic, Visca o el reciente debutante Kolasinac, todos ellos presentes en la fase de clasificación de la Euro sub 21 de Israel.

Otros, como Adnan Kovacevic, Srdjan Grahovac, Dino Bevac, Haris Duljevic, Goran Zakaric, Aldin Cajic o Jasmin Mesanovic se postulan desde las categorías inferiores como futuribles de un bloque joven, con una edad media de 26 años, en el que en la última lista de 18 que viajó a Saint Louis para jugar contra Argentina, sólamente Spahic y Misimovic superan la treintena de años. La juventud del bloque, representada en la estrella del combinado bosnio, Miralem Pjanic, de 23 años, refleja el futuro y la progresión que puede alcanzar este equipo en los años venideros.

Volviendo al presente, Bosnia propone dos laterales muy largos. En la izquierda, la aparición de Kolasinac es una buena noticia, ya que se sumará a la alternancia de Senad Lulic, que milita en la Lazio, y de Sejad Salihovic, del Hoffenheim, como laterales zurdos. Habitualmente, es el futbolista del conjunto italiano el que ocupa el carril, con Salihovic metido como interior zurdo en el rombo que dispone el seleccionador nacional bosnio. Por la derecha, Vrsajevic parece fijo aún con la competencia de Sunjic y de Mudjza  para ser el carrilero diestro.


La pareja de centrales, con la veteranía de Spahic y la juventud y anticipación de Bicakcic se ha asentado como la titular en los últimos tiempos, desplazando tanto Pandza como a Vranjes, Sunjic o Zukanovic, centrales que ha dispuesto Susic como acompañantes de uno de los veteranos de la zaga bosnia y capitán del seleccionado. Begovic, inamovible en la portería, no parece tener competencia en su puesto.

Por delante, Bosnia ha presentado una gran versatilidad. Con Susic variando el esquema de 1-3-5-2 cuando no encontraba claro el pivote posicional que buscaba por delante de la zaga para formar el mediocampo en rombo, o con un 1-4-2-3-1 cuando ha buscado proteger el centro del campo con la presencia de un doble pivote, la recuperación del ex del Valladolid Haris Medunjanin y la llegada a la absoluta de Adnan Zahirovic han tomado el relevo a la veteranía de Rahimic, que con 37 años afronta sus últimos coletazos en su carrera y que ha ido cayéndose de las últimas convocatorias de su selección.

Medunjanin como pivote, con Zahirovic como recambio; Pjanic y Salihovic como interiores, con las opciones de Hajrovic, Visca o Kvrzic para ocupar esas posiciones, y con Zvezdan Misimovic como enganche con una punta de ataque fija para Ibisevic y Dzeko, inamovibles en el esquema de la selección balcánica.

Los carrileros largos, la apuesta por la salida rápida hacia los costados o el balón largo para que Dzeko la aguante y se apoye en Misimovic de cara a construir el juego en campo rival son los registros que maneja una selección sólida, que aprieta, muerde y compite en muchos escenarios sin complejos. Como el de unos niños que miraron de frente a la muerte en su infancia y ahora saben que esa energía les hace invulnerables ante cualquier selección.

Foto de portada - www.alertadigital.com
Foto 1 - www.minutouno.com
Foto 2 - www.solofutbolmx.com
Foto 3 - Dado Rudic / Reuters
Foto 4 - AP
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