sábado, 7 de enero de 2012

El Atlético Aviación deja de volar


La muerte de Juan Escudero supone la desaparición del último jugador vivo de aquel Atlético Aviación que ganó dos ligas consecutivas, la del 39/40 y 40/41. Aquel equipo que fue el germen que estalló en los años 60 y años 70, de aquel Atlético que se convirtió en un equipo temible en Europa. Muchos atléticos no lo hemos visto, tan sólo lo sabemos por las historias que nos cuentan los mayores. Y este espíritu del Atlético Aviación, se conecta con la realidad de una institución cuyo mayor rival es ella misma.

Tabales, Aparicio, Mesa, Germán, Machín, Arencibia, Manín, Vázquez, Campos, Pruden y Gabilondo. Ese era el equipo titular de un Atlético campeón. Del segundo Atlético campeón de liga, más concretamente. En el primero, el salmantino Pruden no estaba, y sí lo estaban jugadores de la talla de Elicegui, Bracero, Blanco o Bachiller. Eran otros tiempos en el fútbol. Defensas de dos hombres, tres medios, cinco atacantes. Todos iban a por todas. Resultados abultados. La táctica a segundo plano. No había cambios ni tarjetas. El Atlético Aviación fue campeón el primer año con un punto de ventaja sobre el Sevilla. El segundo fue campeón con dos puntos de ventaja sobre su homónimo de Bilbao.

En ese mítico equipo, había un salmantino que no era pieza clave ni era titular indiscutible, que no ocupa parte en la leyenda del equipo aviador, primer equipo atlético en salir campeón liguero. Era Juan Escudero, un centrocampista del Atlético Aviación, que militó en el equipo de 1939 a 1944. No muchos oímos de él. Sin embargo, muchos de nosotros hemos oido a nuetros abuelos escuchar hablar en el imaginario del Atlético de Madrid de la solidez defensiva de Aparicio, Mesa y Germán, un tandem defensivo como pocos en la historia rojiblanca.

O de la elegancia de Gabilondo y Machín en el centro del campo a la hora de elaborar juego. La velocidad por los extremos de Arencibia y Vázquez, dos puñales por banda, la potencia de Campos, la calidad de Manín o Enrique, y la habilidad goleadora de Elicegui primero o Pruden después. Las historias de un Atlético campeón, que muchos de los que aquí estamos, incluido el que escribe, apenas conoce y del que apenas sabe algo. Cuidar la historia significa cuidar el presente.

En una época convulsa para el club, fallece el último superviviente de aquel doblete liguero. No era Juan Escudero una pieza importante en el equipo, era un suplente en el medio campo, que apenas participaba en unos cuantos partidos durante la liga o la copa. No estuvo mucho tiempo en el Atlético Aviación tampoco, tan sólo 5 temporadas en las que no pasó de ser un suplente de lujo para un equipo que se sentía campeón. En sus cinco temporadas en el Atlético de Madrid, el equipo salió dos veces campeón, un subcampeonato, un tercer puesto y un octavo puesto. Además, el Atlético conquistó la Copa de Campeones del año 1940, precedente de la actual Supercopa de España.

Ese era el Atlético de Madrid que nos dejaron en herencia. Un equipo que era un grande con todas sus letras en mayúscula en este país. No existían las competiciones europeas y no podían salir a medirse con otros equipos europeos como ahora. Estos hombres fueron los primeros en construir un equipo campeón, un Atlético de Madrid ganador, que legaron a futuras generaciones como nosotros, que un momento concreto de la historia con el que hoy se intenta acabar por todas las maneras posibles. Generaciones de Atléticos, mi abuelo, mi tío, mi familia. Todo aquel que me hizo ser del Atlético de Madrid. Todo aquel que sea del Atlético y lea esto puede que no escuchase nunca el nombre de Juan Escudero, Pruden, Aparicio o Mesa. Pero sí saben que estos hombres hicieron campeones al equipo que aman. Y eso es lo que Luis Aragonés bien hizo en llamar el peso de la camiseta. No todos son capaces de soportar el peso de la historia sobre sus espaldas, en la responsabilidad de llevar una camiseta triunfadora, campeona. La tercera más laureada en España. Nadie de la directiva es capaz de explicarles a los futbolistas, ni siquiera su director deportivo, campeón en el Doblete mágico del 1996, lo que significa llevar la zamarra rojiblanca del Atlético de Madrid. A eso se agarra la afición del Atlético con la llegada del Cholo Simeone, que si un futbolista no tiene la calidad suficiente para jugar en club, al menos tenga el valor suficiente para dejarse el alma y la vida por su equipo.

Si alguien lee este artículo, se dará cuenta que la palabra más usada es campeón. Porque esa es la herencia que recibimos de esta centenaria institución, y muchos queremos recuperarla. Sea campeón o no, queremos que este equipo esté capacitado año a año para discutir el título a los dos gigantes. Que huela al Atlético Aviación. Que recuerde a Mesa, Aparicio, Pruden, a Juan Escudero. Y que sea capaz de pervivir y alargar su existencia durante muchos años, para que igual que nuestros abuelos vieron y recibieron un equipo campeón, nosotros seamos capaces de entregarles a los futuros aficionados del Atlético, a mis hijos o a mis nietos, el Atlético que a mí siempre me han contado en las historias. El Atlético de Juan Escudero.

Alineación At.Aviación 1939/1940
Alineación At.Aviación 1940/1941
Soccer.Field Transparant.png
Aparicio
Mesa
Machín
Gabilondo
Campos
Arencibia
Vázquez
Manín


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