martes, 25 de octubre de 2011

Ciao Marco

"Ora gli angeli dovranno volare più rapido per stare al tuo fianco. Arrivederci Marco, guadagna molte gara nel cielo"

Este es uno de tantos mensajes que pueden colgar del muro de Coriano, muro del recuerdo en memoria de Marco Simoncelli. No es de mi agrado escribir esto, ni creo que tampoco es del agrado de nadie tener que leer esto. Simoncelli, un piloto bravo, un piloto agresivo, rozando la locura en cada maniobra, saboreando cada instante sobre su Honda San Carlo Gresini de Moto GP. Simoncelli fue campeón en 2008 en la categoría de 250cc, un año difícil con final feliz.

El año pasado no fue fácil. Primer año de adaptación para un gran piloto a la categoría reina. Este año Don Marco había progresado mucho al mando de su Honda San Carlo Gresini. Empezaba a dejarse ver en los primeros puestos de carrera, llevaba más puntos que el año pasado y había sumado sus dos primeros podios en la categoría. Señal de su progresión al mando de las 800 cc. Hasta que la mala suerte se cruzó en su camino. Una maniobra arriesgada, una media caída, un control de moto espectacular aún cerca del suelo, y un final trágico. No se puede reprochar nada a nadie. Nadie tiene la culpa, ni Rossi ni Edwards, como se especula. Marco forma parte de la leyenda negra de los fallecidos en los deportes sobre ruedas desde el domingo, por desgracia. Algo que no gusta tener que contar. Tampoco gusta oir los rumores de la prensa italiana sobre la atención recibida por Super Sic. El padre lo exculpa. Obviamente, pudo haber algo de temeridad en la maniobra, pero Marco era así, peleón hasta el final.



Un piloto que despuntaba, y al que no le pesaban las comparaciones de Italia entre el doctor Rossi y el residente Simoncelli. Un alumno aventajado del mejor Doctor sobre Ruedas que ha tenido Italia en su historia. Rossi, también, por desgracia, estaba envuelto en el accidente. Un ingrato recuerdo para la memoria de uno de los mejores de la historia.

También un ingrato final para un piloto valiente, atrevido. Algo temerario en ciertos momentos, pero rápido, agresivo, con margen para progresar, quizás para pelear por el campeonato del mundo de Moto GP, eso es algo que no sabremos. Marco pasó desapercibido por 125cc, y tocó el cielo en 250cc. Ese es el recuerdo que debe quedar, el de un deportista al límite, pasional, divertido sobre la moto, excéntrico lejos de ella. Un gran deportista. Personalmente, un gran campeón de las motos. Con talento de sobra para dar batalla en futuros años, algo que me quedaré sin saber, como muchos. Y uno de esos pilotos que no tragaba la manera de ser de Jorge Lorenzo, una de esas cosas por las que más le admiraba, sinceridad y atrevimiento. Uno de esos motivos para sentarse a ver las motos los domingos. Mejor recordarlo en sus grandes momentos, más que en el último instante, cómo cuando fue campeón del mundo. Che grande sei, Marco!

Marco avrebbe detto... "Diobo" Ragazzi quanti siete!

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