jueves, 20 de octubre de 2011

Udinese - El Villarreal italiano

Aquí en España hablamos mucho del fenómeno Villarreal, un equipo modesto hace 10 años en una ciudad pequeña, que con mucho trabajo, inversiones rentables en fichajes, y un estilo de trabajo y de juego muy definido, ha logrado entrar en Champions por 3º vez en su historia, tiene a su filial en 2º División y ya se le mira como a uno de los equipos más fuertes de la liga española y no como un modesto con suerte durante varios años seguidos. Todos fuimos un poquito del Villarreal en aquella primavera de 2006, cuando superó a Everton, Benfica, Lille, Manchester United, Rangers e Inter para caer ante el Arsenal con aquel fatídico penalti de Riquelme.

En Italia, este fenómeno con los modestos tiene su claro ejemplo en el Udinese, seguro que uno de los ejemplos en los que comenzó a mirarse este Villarreal que hoy está en Champions. El mérito del crecimiento de este equipo, lanzadera de entrenadores como Guidolin, Cosmi, Spaletti o Malesani, y de muchos grandes jugadores, la tienen dos hombres. Por un lado Giampaolo Pozzo, propietario del club, y su hombre de confianza, Franco Soldati. Por otro lado, un español, Quique Pina, uno de los mayores intermediarios de fútbol de Europa, con intereses en Udine y en Granada, y con una de las mayores carteras de jugadores de Europa.

Desde hace 15 años, última vez que el Udinese ascendió a Serie A, el equipo viene clasificando habitualmente en la parte media - alta de la clasificación, ha participado varias veces en la Copa UEFA o Europa League, y en la 2005 - 2006, tras quedar 4º de la mano de Luciano Spaletti el año anterior, el equipo pudo jugar la Champions League, encuadrado con Barcelona, Werder Bremen y Panathinaikos. El equipo quedó 3º del grupo, dirigido por otro buen técnico como Serse Cosmi, empatado a puntos con Werder Bremen. Este año también logró la clasificación para la Champions, tras volver a acabar 4º en liga. El Arsenal apartó del camino en el playoff a los hombres de Francesco Guidolin, que entraron de rebote en la Europa League.

A pesar de las bajas que ha sufrido respecto al año anterior, el equipo de Guidolin es muy peligroso. Actualmente 2º en el Calcio, empatado con la Juventus, ya nadie se acuerda de la presencia de Alexis Sánchez (Barcelona), Gohkan Inler (Nápoles) o Cristian Zapata (Villarreal), titulares indiscutibles la pasada temporada en el conjunto del Friuli. Han llegado otros hombres menos llamativos como Sergio Neuton, Danilo Larangeira, Doubai, Abdoul Sissoko, Diego Fabrini, y Paulo Barreto. Pero el Udinese no se acuerda de las bajas y funciona exactamente igual que el año pasado.

Udinese es un equipo ofensivo. Bajo un 1-3-5-2, la base del esquema de Guidolin reside en dos laterales largos. Por un lado Mauricio Isla, acostumbrado en Chile a jugar con ese esquema durante la era Bielsa, y ahora también bajo el mando de Claudio Borghi. Por el otro, el habitual suele ser Pablo Armero, colombiano que en su selección también está acostumbrado a manejarse en este esquema de laterales largos, de mucho recorrido, presencia ofensiva y vuelta a su sitio con pérdida de balón. Para permitir esa colocación de los laterales en su repliegue, Udinese presiona arriba, desde Di Natale hasta los centrales, un equipo que presiona arriba la salida para evitar facilidades y poder colocarse. A partir de que todos sus hombres están colocados, Udinese repliega líneas y se coloca para cerrar espacios al rival, y crearse los suyos a las espaldas rivales. Robar y salir al ataque como balas. Pero no es un equipo que no quiera la pelota ni la maltrate. De hecho se asocia muy bien arriba con la calidad que le da Di Natale y dos centrocampistas ghaneses.

Guidolin cuenta con uno de los mejores mediocampistas africanos, no sólo corre, también toca, para y juega. Hablamos del ghanés Kdawko Asamoah, uno de los mejores del pasado Mundial de Sudáfrica. Motor del equipo italiano en ataque y asociado letal de Di Natale. Si falla Asamoah, en el banquillo espera Emmanuel Badu, campeón sub 20 con Ghana en el Mundial de 2009. Un jugador de un perfil parecido a Asamoah, pero sin ser tan estilista, con mucha más fuerza y presencia física que habilidad. Junto a Asamoah, más habitual que Badu, suele haber dos tipos trabajadores, aunque con libertad para llegar a posiciones de remate. Habitualmente juegan Pinzi y Doubai, recién llegado de la Liga Suiza. Por delante del ghanés, la pegada, la clase y el genio de Antonio Di Natale, máximo goleador de la Serie A los dos últimos años. Para acompañar al napolitano, el Udinese cuenta con jugadores de un buen nivel como Paulo Barreto, Germán Denis o Antonio Floro Flores, un talentoso delantero que el año pasado hizo 10 goles en Genoa en media temporada, a pesar de comenzar el año en Udine casi sin jugar, donde sólo hizo 3 goles.

Tras ese crecimiento, Guidolin ha decidido apostar por él antes que por Barreto o por Denis. Si fallase alguno de los 4, Udinese cuenta con Vydra o Fabbrini, jóvenes promesas del fútbol checo e italiano. Atrás, un equipo férreo y seguro, que sólo ha encajado 3 goles entre Scudetto y Europa League esta temporada, y fue de los menos goleados el año pasado. Buena culpa de ello la tiene el meta esloveno Samir Handanovic, para penaltis consumado. El año pasado tan sólo Marco Di Vaio y Francesco Totti fueron capaces de anotar un penalti ante el esloveno. Los otros 6 que lo intentaron, naufragaron ante el esloveno, portero que además de ser un especialista en penas máximas, es alto (mide 1,94 m.), es rápido, posee muchos reflejos, y suele estar bien colocado. La defensa de 3, compuesta por Benatia, por Andrea Coda y Domizzi, es quizás lo más flojo del equipo, no destaca por su rapidez, pero es contundente y trabaja mucho con el equipo a la hora de presionar y achicar espacios. La defensa también cuenta con hombres como Pasquale (ex Inter y ex Livorno), Juan Cuadrado (presente en la Copa América con Colombia), Danilo (suele tener minutos) y Ferronetti (ex Parma), que le permiten dar relevo a los más habituales en un momento dado sin que se note su ausencia.

El otro gran secreto de este Udinese, más allá de sus jugadores o su esquema, reside en su sistema de captación de jugadores. 35 ojeadores que manejan una red de unos 100 - 150 jugadores en todo el mundo entre 15 y 24 años. Un equipo que busca talento a buen precio y los cría hasta venderlos para sobrevivir y cuadrar cuentas. De hecho, cuenta actualmente con uno de los mejores equipos Primavera (el filial) y Giovanili (juveniles) de toda la Serie A, nutridos de esta inmensa red de ojeadores que constantemente realiza informes exhaustivos para la dirección deportiva del conjunto bianconero. Un Udinese que sigue su proceso de crecimiento, en un Calcio mucho más duro, con la reducción de plazas para Champions League de 4 a 3 para la próxima campaña. Un equipo que quiere quedarse mucho tiempo en esas plazas de honor del Scudetto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Twittear