viernes, 27 de abril de 2012

Defender bien para atacar mejor: Josep Guardiola


Pep Guardiola, a nivel de técnicos, era una total incógnita para el fútbol cuando aceptó ser el primer entrenador del FC Barcelona, allá por el mes de junio de 2008. En una apuesta arriesgada, con doble filo. A Joan Laporta le tocaba darle una vuelta de tuerca a un grupo ganador que se había aburguesado, que tenía problemas internos de autogestión y mal desempeño, con un entrenador (Frank Rijkaard) desgastado por cinco años, pero querido y admirado por todos, por sus logros al frente del FC Barcelona. Guardiola tenía esa doble misión, por un lado recuperar los valores de tradición, de cultura, de estética, de filosofía del Barcelona, y por el otro hacer competir y volver a funcionar a un grupo de grandes futbolistas, lleno de campeones, y que necesitaba dar un punto más.

1º clave – El aspecto psicológico

Guardiola es un motivador nato. Un hombre que puede convencer a la más negativa de las personas. Su fortaleza psicológica es tal, que queda reflejada en una campaña publicitaria para una importante entidad financiera catalana en el año 2010. Guardiola ya había firmado el sextete con el Barcelona, y dos frases suyas reflejan el eslogan de una forma de ser y pensar, en un país que se hundía en las grandes dimensiones de la crisis económica que aún sufrimos, y de la que tardaremos en recuperarnos: “Si le pido a alguien más es porque sé que me lo puede dar” o “Llevo aprendiendo y tratando de superarme desde el primer día”.

Pep recuperó el autoestima baja de un grupo que sufrió el escarnio de ver como un Madrid lanzado y con fe le daba la vuelta a la tortilla en la temporada 2006/2007 tras remontar la diferencia de puntos con el Barcelona, y ganar la Liga. Al año siguiente, la irregularidad del FC Barcelona, reflejada en dos hombres claves como Deco y Ronaldinho, termina por hundir a un equipo que acaba tercero en Liga, y apeado de las semifinales de Copa y Champions League.

Guardiola se marcha con 3 Ligas, 3 Supercopas de España, 2 Champions League, 2 Mundiales de Clubes, 2 Supercopas de Europa y 1 Copa del Rey. Falta la final de Copa del Rey de esta temporada.

Y no sólo contento con eso, el cariño, el aprecio, la confianza abultada que ha puesto en sus jugadores, y en la gente que venía de abajo, de la cantera en estos cuatro años ha permitido que muchos jugadores de La Masía, más allá del hecho de ser canteranos y de las plantillas cortas, debuten en Primera División con un empaque y una fuerza desorbitada. Pep adora al hombre de casa, al jugador de la cantera, porque lo conoce, porque lo ha criado, porque sabe que está en sintonía con la idea que promulga el primer equipo y que se hace muy reconocible en la cantera barcelonista. Y esa confianza aplaca los nervios del debut, de la Primera División, de la repercusión mediática y del peso de la historia sobre los hombros de cualquiera.


Muchos libros de coaching o de motivación se basan en la llegada de Guardiola al FC Barcelona, y como cambia la motivación del grupo, a través de terapias motivacionales y psicológicas. Dos de esos libros, de los que recomiendo su lectura para todo aquel amante de la táctica y la psicología, retratan perfectamente lo que es, lo que significa, y quién es Guardiola. “Escoltant a Guardiola” y “Palabra de Pep”, recogen la forma de ser y de entender este juego y la vida del chico de Santpedor que se convirtió en el alma del Barcelona. El vídeo de la final de Roma, clave para entender la psicología Guardiola.

2º clave – El fútbol, un juego de diagonales

La psicología juega en el fútbol un aspecto vital. Creer que eres mejor que los demás, y trabajar para ello es el primer paso para la construcción de una idea. Sin fe, no hay resultados. Pero más allá de la fe, de la confianza, del trabajo, hay unos conocimientos. Unos conocimientos profundos, que nacen desde su primera rueda de prensa. “Yo soy un enamorado del juego de ataque”. Algo totalmente lógico con un tipo que fue el mediocentro de un equipo de ensueño, construido para atacar y por atacar. Uno de los mejores mediocentros de la historia.

Guardiola entiende que el Barcelona crea jugadores con mentalidad ofensiva, con la portería rival en la mente, y necesita de los mejores para dar lo mejor. ¿Por donde empieza a construir el fútbol? Por los espacios libres. Guardiola nunca entendió de posiciones, y sí de asociaciones. De la básica creencia de que los buenos al final se acaban entendiendo. De dar unas normas estrictas para tener una libertad absoluta. Primeras normas.

1 - No rifar la pelota en ningún caso. El balón como herramienta principal de trabajo. Posesiones altas. Acumulación de centrocampistas con criterio. Salida de balón en corto en muchas situaciones.

2 - Juego de asociación. Control – pase – apoyo. Tengo la pelota, paso la pelota. En esa dinámica constante de toques, de pases, de apoyos, de tener siempre opciones en corto o en largo, de que la pelota corra, el Barcelona fue creciendo. Darle la pelota a los buenos para ser buenos de verdad.

3 – Mentalidad ofensiva. Un buen ataque es la mejor defensa. "Atacaremos bien si defendemos. Defenderemos bien si atacamos mejor".

4 – El fútbol es engaño.

5 - La idea prevalece a los jugadores de los que se disponga.

6 - Cuando no tenemos la pelota, trabajamos por recuperarla.

Como bien dijo Menotti en una entrevista a “El País”: “Guardiola ya sabía lo que iba a hacer. No es mucho de estos jóvenes que buscan inspiración. El ya tenía su idea preconcebida, y sólo quería trabajarla y compartirla conmigo. Por eso es único e irrepetible”. Cierto es. Guardiola ya sabía lo que iba a hacer antes de ver a sus referencias en los banquillos. A Juanma Lillo, con el que coincidió en Dorados de Sinaloa; a Marcelo Bielsa, al que ya tuvo como rival en varias ocasiones jugando con España; o a César Luis Menotti.


Él ya entendía que el juego había que tratarlo moviendo el balón, porque el balón nunca se cansa de correr. Él ya vio el perfil ofensivo de muchos jugadores en el Barcelona. Ya conocía la casa como jugador, y como técnico del filial en Tercera División, al que ascendió a Segunda B, y donde dejó las bases sentadas para que el filial hoy sea equipo de la Liga Adelante. Guardiola ya construyó un estilo brillante en una categoría mucho más complicada y cerrada. Sólo pedía a sus jugadores que aprovecharan a ocupar los espacios libres que se generaban con una circulación rápida del balón. Los laterales eran los que abrían el campo, y los extremos los que abrían los huecos. Los tres en el medio con libertad para flotar por todo el campo, con Yaya Touré/Busquets siempre de ancla para que el equipo girase. La pelota movía, corría. Los genios crecían. Iniesta, Xavi, Messi, Thiago, Fábregas se entendían con Eto'o, Henry, Ibrahimovic, Villa, Pedro, Alexis Cuenca, Tello y las asociaciones entre artistas y matadores se hacían mortales de necesidad.

Para este FC Barcelona, cada partido era un reto a superar. Un objetivo con sentido en sí mismo y por sí sólo. Nada sobraba. Siempre había el ansia de ganar, de darlo todo. El mayor respeto que le puedes hacer a un rival es ir a por todas para ganarle, y el FC Barcelona lo hacía. Y cuando perdía la pelota se notaba. “Estos jugadores disfrutan defendiendo”, se oía a menudo. Cierto. Disfrutaban presionando, robaban rápido y volvían a dormir el juego. Tocar la pelota, moverla de lado a lado, a los costados, conducciones vertiginosas por el centro, jugadas de 10-12 pases al primer toque. Y el rival conseguía quitarles la pelota, otra vez igual, dos o tres jugadores presionaban la salida del rival en cualquier parte del campo para recuperar en zonas peligrosas, sin el rival armado, y hacer gol.

Si alguien ve a partir de ahora que un equipo comienza tocando en la banda izquierda, consigue una secuencia de diez pases, hace una dejada de cara y acaba en un pase en profundidad para el extremo de la banda contraria, que cortaba en diagonal desde la otra banda, rompiendo el fuera de juego, recuerden que aquella jugada la puso en práctica el Barcelona de Pep Guardiola.

3º clave – El juego posicional

Una marca de la casa ha sido la buena capacidad de casi todos los jugadores del FC Barcelona de trasladar la pelota a 1-2 toques con mucha rapidez, precisión, y jugando al pie. Esa capacidad de tocar en estático, sin apenas desmarques de ruptura, ha sido una de las claves para que el FC Barcelona convierta los partidos en rondos gigantestos, donde el rival muchas veces tiene que correr detrás de la pelota. Mucha culpa de ello la tiene la foram de trabajar del binomio Guardiola-Vilanova. Ejercicios en espacios reducidos, con límite de toques, donde la velocidad de ejecución y la precisión priman. En el aspecto defensivo, aumentan la capacidad de reacción y concentración de un futbolista, y sobre todo, le obligan a presionar en distancias tan cortas para incomodar al rival y recuperar rápido. Ejercicios que simulaban situaciones de partido que el FC Barcelona se ha encontrado muchas veces durante estos cuatro años de Guardiola.
El resultado era el visto tantas y tantas ocasiones. La capacidad de asociación en espacios cortos del FC Barcelona, a un toque muchas veces, que desconcertaba a los contrarios, para luego ser capaces de mover la pelota allá donde hubiera un espacio libre o una zona en superioridad numérica para poder progresar la jugada hacia el gol. Mucho toque, mucho pase, mucha capacidad para romper el ritmo de partido atrayendo la atención del rival hacia una zona concreta, y cambiando de ritmo a otra zona para hacer mucho daño. Nunca un equipo hizo tanto daño a los rivales robándoles la pelota.

4º clave – La evolución del equipo depende del propio equipo

Guardiola ha enseñado que el mito del vídeo, del análisis táctico, tan puesto de moda en los 90, es la carencia de ideas propias. La mutabilidad del Barcelona estos cuatro años ha pasado por el conocimiento de Guardiola del juego y su capacidad de raciocinio para aplicar los conceptos tácticos y las capacidades de su plantilla al servicio del juego, y de la victoria final de su equipo. Creer en una idea, y trabajar sobre ella. Ampliar su propuesta, no que dependa del estilo del equipo contrario de turno.

El mérito de Guardiola era tener una idea, y retocarla según convenía cada partido.

Las evoluciones del FC Barcelona en estos cuatro años responden más a una necesidad propia de dar soluciones a las preguntas que le plantea cada rival en cada encuentro para seguir creando los espacios por dentro necesarios, más que una necesidad de contrarrestar las ofensivas rivales.Partiendo del esquema base 1-4-3-3, nació el falso delantero que Guardiola usó con Messi en el famoso 2-6 del Barcelona al Real Madrid en 2009 es la primera gran lección. El de Santpedor dejó sin referencia a los centrales y el Madrid sufrió calamidades terribles por el centro para tapar la oleada de juego blaugrana. Con 4 hombres pululando por zonas libres, aprovechando los espacios entre líneas. Los centrales del Madrid salían mientras los laterales fijaban las marcas en las bandas y el espacio se generaba por el centro. Los centrocampistas del Madrid no sabían si presionar o tapar, y el Barcelona aprovechaba esa confusión en su favor cada vez que atacaba. Dos y tres jugadores del equipo blanco perseguían camisetas blaugranas, y el balón corría y corría de un lado a otro sin freno.

De aquel esquema sin punta nacieron las constantes variaciones de Pep. La defensa de 3 que empezó a plantear tras caer ante un Inter en Champions que les cerró por dentro esos espacios necesarios y les cortocircuitó con el balón. El Barcelona ganó uno más por el centro, por dentro, para obligar a los rivales a salir y trabajar más cuando el Barcelona se atasca y se ve sin opciones. De esa evolución de tres defensas, nace jugar con un esquema parecido al 1-3-2-4-1, en el que los laterales tienen muy clara vocación ofensiva, para dar salida por fuera y ensanchar al contrario cuando defiende. Si se pierde la pelota, los dos repliegan un corto espacio, mientras Busquets, que se incrusta en el centro de la zaga cuando toca defender, empuja al equipo a presionar. Esa evolución le dio el año pasado Liga y Champions.

Este año, una nueva vuelta de tuerca más. Atrevido como siempre, Guardiola jugó por momentos con dos defensas y Busquets limpiando por delante cada vez que atacaba. Juanma Lillo hace poco se atrevió a decir que "el Barcelona no juega con atrás porque no hay nadie que le ataque". El Barcelona corrió muchos riesgos, pero logró goleadas de auténtico escándalo en el Camp Nou, un campo que se ha hecho un fortín casi inexpugnable en estos cuatro años. Y si la propuesta fallaba, podíamos volver a colocar extremos (Cuenca, Tello, Alexis, Pedro) para abrir el campo, forzar por fuera, y encontrar huecos por dentro. Para eso llegó Alexis, un jugador con el que el FC Barcelona ha evolucionado mucho su estilo. Quizás no haya ganado tanto este año, pero el mérito de Guardiola de tener un equipo y moldearlo siempre para proponer ideas y maneras de entender el juego, y no contrarrestar estilos es digno de alabanza siempre.

5º clave – El valor del canterano

Mucho que analizar en este FC Barcelona que ha construido Guardiola. Un técnico de la casa, un mito del barcelonismo que ha hecho debutar en estos 4 años a 32 jugadores del fútbol base blaugrana, a una media de 8 jugadores por año. Si la plantilla se quedaba corta, Guardiola no se quejaba y sabía que lo que había por debajo era muy válido. La formación base del FC Barcelona ha crecido mucho con Guardiola, que ha impuesto un modelo de juego extensible para todas las edades y categorías, y que el club se ha encargado de patentar en su interior, formando un determinado patrón de jugador que responde en el estilo Can Barça.
Además de todo ello, del conocimiento del estilo, aún con los matices de cada técnico, del sentimiento, de la ilusión de los de dentro del club, Guardiola sabe que no hay mejor futbolista ni mejor inversión que un canterano. Tu propio trabajo reflejado en el campo. Años y años de maduración y progreso que culminan cuando un canterano logra debutar y asentarse en el equipo. Hemos visto alineaciones con 11 canteranos en el FC Barcelona, o partidos en los que el equipo azulgrana ha acabado con 11 jugadores formados en su fútbol base. Eso es el verdadero triunfo de Guardiola. Crear una idea que va más alla de ganar. Una filosofía de club. Una manera de ver el fútbol. Una nueva norma. Mandan los de casa. Se ganan el puesto, pero tienen preferencia ante los de fuera. Que de 9 campeones del mundo que albergas en tu plantilla, Valdés, Piqué, Puyol, Busquets, Pedro, Fábregas (hasta los 16), Iniesta y Xavi los hayas formado tú tiene mucho mérito.

6º clave – Salir para volver a entrar

Cuando el rival lograba cerrar bien los espacios, y no había manera de progresar, al equipo de Guardiola siempre le quedaba la opción de seguir controlando la pelota. Muchos equipos arriesgan la posesión cuando no encuentran forma de sobrepasar una defensa, y precipitan las jugadas con disparos lejanos o unos contra unos en zonas pobladas. El FC Barcelona, que siempre superaba rivales creando superioridades, entendió que cuando había inferioridad siempre era mejor "volver a casa" (queremos referirnos hacia su propio portero) y empezar la jugada de cero.

Guardiola siempre apostó por el fútbol ofensivo. El Camp Nou ha presenciado grandes partidos.

Salir para volver a entrar. Un clásico del fútbol. Ante defensas cerradas y esquemas contrarios férreos, el equipo blaugrana volvía a empezar la jugada. No importaba si era Valdés el que la tenía que empezar. La pelota seguía siendo del equipo de Guardiola, y eso, aunque era un respiro momentáneo para el rival, era volver a comenzar un asedio constante del Barcelona sobre el marco rival. Si no se podía por la derecha, y no había manera de entrar por el centro o la izquierda, se volvía atrás.

De esta manera se incitaba al contrario a que viniera a buscar la pelota, a que intentara robarla para el contragolpe y sorprender al rival, pero el equipo blaugrana sabía que de esa manera aparecían los espacios y las ocasiones cuando el partido se atascaba. También era una buena manera de aguantar el resultado al rival en los últimos minutos cuando era ajustado. Poco desgaste, tocar y tocar una vez y otra, que el rival no tuviera opción de recuperar. Amplitud de campo. Empezar en tu propia mitad para ir avanzando por la inercia de una presión tímida y deslavazada a un equipo organizado en su juego posicional para mover la pelota con rapidez y claridad de ideas de una parte a otra del campo sin apenas gastar energías.

7º clave – Controlar los detalles

Anteriormente apuntábamos una de las causas del triunfo de Guardiola en Can Barça la exigencia alta y el respeto al rival. Ese respeto al rival lleva una labor enorme de seguimiento, de conocimiento del rival. De gran obsesión por el trabajo y el fútbol. Estudioso como pocos, aparte de talentoso, Pep Guardiola ha hecho que su equipo maneje todos y cada uno de los millones de matices que se dirimen o tiene un partido de fútbol de alta competición. Todos van a una. Cuando protestan, cuando celebran un gol o cuando salen a rueda de prensa. También cuando toca hacer piña.

El respeto, la elegancia en las declaraciones en la mayoría de las ocasiones y la humildad del trabajo del día a día han sido unas constantes mientras Guardiola sea el capitán de la nave azulgrana. Un mensaje construido por y para el fútbol. Ese control de los detalles le ha llevado a no conceder ni una entrevista personal en cuatro años, y a tener un gran control en la parcela deportiva del FC Barcelona, participando activamente en las altas, bajas y renovaciones de los futbolistas, así como en la gestión de la cantera, y su participación decisiva a la hora de poner en marcha la nueva residencia blaugrana en Sant Joan Despí.

El técnico maneja grandes ofertas. Conocerá nuevas experiencias futbolísticas.

Todo ese control por el detalle desemboca en grandes jugadas de estrategia. Pocas eso sí, pero bien aprovechadas. El Barcelona ha hecho del juego en corto en córners, o faltas donde muchos optarían por colgar balones para rematar, un símbolo suyo, del juego con los bajitos. Salvo en casos excepcionales, donde una jugada de estrategia marcada con el brazo derecho extendido en alto, y los bloqueos de los hombres altos al rematador (habitualmente Puyol, Piqué, Busquets o Keita) ha funcionado. Pura pizarra y herencia de Guardiola. El Real Madrid la conoce bien, porque ya la ha sufrido en el Bernabéu en varios clásicos desde que está Guardiola al mando. Detalles que demuestran la excelencia de una idea trabajada por un binomio Guardiola-Vilanova que hoy separa sus caminos momentáneamente, pero que siempre irán unidos de la mano cada vez que se recuerden estos cuatro años de brillo, esplendor y buen juego. Línea continuista para un proyecto que parece no tener fin mientras se mantengan los mecanismos que lo hicieron brillar otras temporadas recientes.

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