martes, 3 de abril de 2012

CD Mirandés: Ya nadie se acuerda de vosotros

Un equipo que fue y representó el sueño de muchos clubes modestos del fútbol español durante el mes de enero, ha quedado poco después en el olvido de la gente, víctima de la histeria colectiva en que hemos sumido al fútbol nacional, donde sólo importa el hoy y el resultado actual. El domingo certificó su primera bala en la fase de ascenso, y es el mejor líder de los cuatro grupos de la durísima Segunda B.

“Vaya fiesta, ¿no?” , le preguntó Juanma Castaño al capitán del CD Mirandés, a Pablo Infante. El capitán, con toda la modestia de su equipo, y toda la inteligencia demostrada en público durante su larga y bienaventurada travesía en la Copa del Rey, respondió así: “La fiesta es para ellos, que han ganado. Nosotros veníamos con mucha ilusión, pero hemos visto un gran Athletic y no hemos podido hacer nada”.

Infante despachó la conversación con elegancia, con modestia, pero también con la ambición de un club que viene haciendo cosas muy importantes en el último lustro para su historia particular. Una entidad, fundada en 1927, que ha disputado con esta 13 temporadas en 2ºB y 50 en la Tercera División Española. El Mirandés, como mayor éxito hasta la fecha, había logrado ganar en 4 ocasiones la Liga en Tercera División, y el año pasado disputó el playoff de ascenso a la Liga Adelante. Ahora, ha certificado que peleará por ascender a Segunda División por segundo año consecutivo.

El comienzo de todo


Después del ascenso en 2009 a la Segunda B, el club logró mantenerse en la categoría, acabando la temporada en 13º posición. En su camino se cruzó el CD Guijuelo, que desde enero de 2010 entrenaba Carlos Pouso, un vizcaíno en paro en esos momentos. El vizcaíno logró salvar a los salmantinos en la promoción de descenso a Tercera, logrando un vital empate a dos en Anduva, el campo de los de Miranda de Ebro, a falta de 4 jornadas para el final de la liga.

Aquella salvación le valió a Pouso para que el propio Mirandés pusiera sus ojos en el vizcaíno, que tras una bonita experiencia en Salamanca, se acercó a su País Vasco natal, para llevar al Mirandés en su segundo año en Segunda B. Un año que nadie podrá olvidar en Miranda de Ebro, a pesar del triste final.

Temporada 2010/2011 – La revolución


En un grupo tremendamente complicado para cualquier equipo, por la enorme fuerza física de los 20 contendientes, en un fútbol mucho más pragmático, de balón largo y segunda jugada. De fuerza en la disputa, lluvia y barro en los campos, de gran dominio en el balón aéreo y la jugada de estrategia, el Mirandés se hizo de los más fuertes con la pelota raseada y al pie. No exento de hombres como Mújika, Alain Arroyo o Lambarri, poderosos en el juego aéreo, pero también rodeado de grandes peloteros, como el capitán Pablo Infante, queridísimo en el fútbol español en estos momentos.

Llegaron aquel año hombres de la calidad de Muneta o Mikel Martins, que anfianzaron el centro del campo de Pouso. También contaba la presencia de hombres rapidísimos en banda, como Jonathan Ñíguez o Candelas, que aportaban su toque con el desborde. Atrás, aparecieron hombres como César Caneda, Borda o Raúl García, que se unieron a Garmendia e Iribas, hombres que ya estaban en la anterior temporada, para hacer del Mirandés un auténtico búnker defensivo.

Y es que una de las señas de identidad de este equipo es su rocosa defensa. Un equipo que defiende muy arriba, y con las líneas juntas. Ahoga, aprieta, y roba rápido. El hecho de no tener excesivo gol lo compensó muy bien el técnico de Lejona con inteligencia, con el trabajo de un grupo que confía en él desde que llegó, y que ha ido dando buenos resultados. Poco a poco, la pequeña Miranda de Ebro vibraba con lo suyos en el pequeño Anduva, soñando con llegar a la categoría de plata. El equipo acabó la liga en el Grupo II 2º clasificado, como equipo menos goleado con 24 tantos recibidos, y a tan sólo dos puntos del líder Eibar, con 71 puntos en su haber.

El Playoff 2010/2011


La fase de ascenso iría por el camino más largo, y el Mirandés no lo tendría nada sencillo para asomar la cabeza a las rondas finales. Y es que el Mirandés viajó en la Primera Ronda hasta Cádiz, para jugar contra un histórico que pasaba el año de su centenario en la Segunda División B. El Cádiz quería regresar a toda costa a Segunda División y se puso manos a la obra, cuando venció por 2-0 en el Carranza al equipo burgalés.

Anduva confiaba en la remontada, y se llenó para presenciar una batalla sobre el césped. El Mirandés, en un tremendo esfuerzo, metió el miedo a los gaditanos cuando forzó la prórroga. Alain Arroyo, antes del descanso, y en el minuto 67, mandaban la eliminatoria al tiempo extra. Apareció un viejo roquero del fútbol nacional, Sergio “Pachón”, para meter a los suyos en la siguiente ronda, cuando aún restaban diez minutos de partido.

Pouso tocó a arrebato en ese tiempo final, y poco después, Baquero, en propia meta, hacia el 3-1 que insuflaba los ánimos del vetusto campo de Miranda de Ebro. El equipo rojinegro empujaba en busca del gol que le metiera en la siguiente ronda del playoff, y el tiempo corría en su contra, hasta que apareció Mujika en el descuento para marcar el 4-1 y desatar el delirio en la ciudad. Miranda de Ebro avanzaba en su sueño.

La 2º ronda tocaba viajar más cerca, hasta Badalona. El equipo catalán visitaba el pequeño campo de Miranda de Ebro en la ida de la eliminatoria. Y otra vez en el descuento, Lambarri fue esta vez el que puso en ventaja a lo suyos, que tenían que viajar al Camp del Centenari con la exigua renta de un gol a favor. El Mirandés, fiel a su idea, defendió con orden, presionando y ahogando al rival, concediendo pocas opciones para el gol a los de Badalona. Las contras burgalesas no tuvieron el efecto deseado para finiquitar el partido, pero dio igual, porque la eliminatoria se solventó con el gol de Lambarri, y el Mirandés llegó a la última ronda del Playoff a Liga Adelante.

La decepción del Guadalajara


Miranda de Ebro era una fiesta para esas dos mágicas semanas que esperaban a los suyos. El Guadalajara era el rival de la última ronda del playoff de Liga Adelante. Los manchegos eran un equipo no exento de calidad, pero no eran un rival de la dureza del Cádiz o del Eibar, equipos a los que ya se había medido antes el Mirandés en la temporada. Esta vez, el Mirandés se desplazaba en la ida de la eliminatoria, y arrastró consigo unos 1000 espectadores al Pedro Escartín de Guadalajara.

En un partido cerrado, de mucho orden y muy pocas ocasiones entre dos equipos muy bien dirigidos por Carlos Terrazas y por Carlos Pouso, respectivamente. El Guadalajara botaba un saque de esquina en el 88', el Mirandés rechazó por dos veces los centros alcarreños, y a la segunda cazó el rechace para armar una contra mortal. Lambarri encontró a la izquierda a Pablo Infante, que con espacio por delante, avanzó en una de sus ya famosas diagonales para acabar con un tiro de interior con su derecha hacia el palo largo, ajustado al palo, ante el que Saizar no pudo hacer nada, y desató la locura rojilla en el Pedro Escartín.



Anduva se engalanó el 26 de junio de 2011 para recibir a los manchegos, en un partido a vida muerte. Salió mucho mejor el Mirandés, con la intención de ir a por todas desde el minuto 1 y sentenciar en casa el cruce. Candelas acertó con la meta visitante en el minuto 15 y puso la eliminatoria cuesta arriba para los de Carlos Terrazas, que necesitaban dos goles ante un rival que sólo había encajado 3 goles en los anteriores 5 partidos del playoff. Se acercaba el final y parecía que todo podía quedar sentenciado con el orden defensivo burgalés.

Pero los últimos 20 minutos fueron una pesadilla para los locales, que vieron como se marchaba el ascenso a 2º División. Primero, en el minuto 72, un córner que votaba Ernesto muy corto al primer palo no fue bien despejado, y la pelota se prolongó al área pequeña, donde Juanjo remató sólo de marca para hacer el empate a 1. Al Mirandés le entró el vértigo a perder lo que hasta ese momento había conseguido, y se metió atrás descaradamente, cometiendo muchos fallos impropios del equipo hasta ese momento.


El Mirandés estaba noqueado con el gol, descentrado, y el Guadalajara vió que era su momento de la eliminatoria. En un saque de banda larguísimo hacia el corazón del área local, Aníbal recibió sólo de marca para encarar a Wilfred. Su recorte engañó al meta de los burgaleses, que se lanzó a la desesperada y le hizo penalti. Ernesto lo lanzó con su pierna izquierda hacia el lado derecho del canario, y hacía el segundo gol que metía a los alcarreños en la División de Plata. Terrazas metió al capitán Soria de inmediato atrás, sin tiempo para las celebraciones, y el partido acabó con el 1-2 que ascendía al Guadalajara a Segunda División. A pesar de la eliminación, el CD Mirandés fue felicitado por una gran eliminatoria entre dos equipos que bien merecían la Liga Adelante.

Temporada 2011/2012 - ¿Habrá ascenso?


El Mirandés retocó el equipo que le hizo soñar con la Liga Adelante, con varios fichajes importantes y un buen número de bajas. Ocho jugadores no continuaron esta temporada, respecto al año pasado. El meta Wilfred, el defensa Borda, Jonathan Ñíguez, Tato, Diego Simón, Pablo Morgado, y Miguel Candelas no continuaron, además del punta Ubis, que causó baja durante la pretemporada.

Llegaron Nauzet y Rubén para la meta; Ernesto, y Aitor Blanco para la defensa; Borrell, Nacho Garro, Jose Ángel y Martínez para el centro del campo, y Barahona para la punta de ataque rojilla. Además, recientemente, ha firmado Rayco, con la carta de libertad procedente del Rayo Vallecano. El equipo mirandés ha mejorado mucho sus prestaciones, y se ha mostrado hasta este momento como el mejor equipo de la 2ºB española. Es el equipo con más puntos de la categoría, el que menos derrotas ha concedido, y el menos goleado. Cuando aún restan 6 partidos para el final de la liga en la categoría de bronce, el Mirandés está a un punto de igualar sus registros del año pasado, y ya ha logrado la clasificación para los playoff. El primero en cerrarla matemáticamente.

El equipo burgalés se impuso el pasado domingo al 2º clasificado de su grupo, el Eibar, por 2-1, y aumentó la distancia a 8 puntos con la Ponferradina, que ganó 4-2 y se colocó en 2º puesto esta jornada, y a 11 con los eibarrenses. El equipo local dominó el encuentro, pero se encontró a un buen Eibar, que apretó mucho a los locales, y jugó de forma muy directa, para aprovechar la potencia de Aitor y Bingen. El equipo vasco se adelantó con gol de Altuna de cabeza, suerte donde el equipo de Pouso sufre bastante.

El tanto, a pesar de llegar al borde del entretiempo, no alteró los planes de los locales, que insistieron en búsqueda del empate con sus armas, pelota rasa, amplitud de campo, segunda jugada, búsqueda de la altura de Mújika y Alain. Con Pablo en el banco hasta el minuto 60, Rayco e Iribas era los encargados de entrar por fuera para hacer daño a los azulgrana. Pero tuvo que ser Pablo, el capitán, el que pusiera en igualdad el marcador. El 14 rojillo anotó de falta directa, aprovechando la falta que supuso la expulsión de Lombraña.

A partir de ese instante, el Mirandés tocó a caballería y lanzó al equipo a por todas. La jugada del gol no llegó hasta pasado el 90. La fe inquebrantable de este Mirandés volvió a encontrar premio en el descuento, cuando Pablo recoge una pelota, se interna en el área, y se la cede a Alain Arroyo, para que anote su 11º gol en la temporada y firme la clasificación del club rojillo al Playoff de Liga Adelante por segundo año consecutivo. Ahora ya no es portada de los grandes medios, pero el Mirandés vuelve a estar ahí, en las puertas de la gloria. Ya ha guardado una bala en la recámara. Si queda campeón de grupo, jugará con dos balas en el Playoff.

Carlos Pouso: el estilo tranquilo


El técnico de Lejona ha dado en la tecla para hacer funcionar de forma magistral a un equipo que navegaba en la mitad de tabla de la 2º División B española hasta su llegada. Clásico del fútbol del norte, donde ha dirigido a clubes históricos como el Arenas de Getxo, Sestao River, Eibar (en Segunda División), Guijuelo y Mirandés. El técnico vizcaíno compaginaba su labor en los banquillos con su trabajo en una empresa naviera, donde tuvo que pedir una excedencia de un año tras el ascenso eibarrés a 2º División, que le permitió la posibilidad de llevar al equipo en la categoría de plata, pero el técnico vasco no pudo salvar al equipo de la quema del descenso, y se encontró sin empleo, ni en el fútbol ni en la naviera.

Seis meses después, una llamada del Guijuelo para salvarlo del descenso le dió la vida al técnico vasco. Pouso demostró su buen hacer en el equipo salmantino, al que salvó de manera heróica de descender a Tercera División. Aquella experiencia le cambió la vida, y le llegó la oferta del Mirandés, donde el entrenador ha explotado definitivamente en su buen hacer en los banquillos. Sin embargo, su éxito reciente no ha cambiado ni su sencillez ni su forma de ver el fútbol.

Personalmente, el técnico, entrevistado varias veces en Radio Marca durante su mágica travesía en la Copa del Rey de esta temporada, mostró la sencillez y la humildad con la que uno debe caminar por el fútbol. Me impresionó sobremanera de qué forma es capaz de mostrar y transmitir sus conocimientos sobre el fútbol, de analizar las situaciones, mostrar la realidad, y nunca perder la perspectiva con la que un técnico de Segunda B ve el fútbol a niveles superiores que el suyo.

Discurso humilde, pero discurso ambicioso. No soy mejor que nadie, pero todos tienen que demostrar que quieren y son mejores que yo. Así es Carlos Pouso en el fútbol, y en la vida. Un técnico que lo tuvo todo de espaldas en junio de 2009, y que ahora puede sonreir y salir adelante gracias a su afición y a sus conocimientos, sin meterse en jardines ni en complicaciones absurdas, Con un estilo sencillo.

Así juega este Mirandés


El CD Mirandés, bajo su clásico 1-4-2-3-1, que a veces se disfraza de 1-4-4-2 con Mújika cerca del punta Lambarri o de Alain Arroyo. Y en una nueva variante propia del fútbol del norte, con dos laterales capaces de abarcar toda la banda ofensiva y defensivamente. Por ahí comienza el peligro del Mirandés, con las incorporaciones al ataque de sus de Raúl García por la izquierda, o de Garmendia por la derecha.

Con las subidas de ambos carrileros, el Mirandés busca crear la superioridad por fuera, para acabar por dentro. El 1-4-2-3-1 que dispone Carlos Pouso le permite aprovechar las medias puntas que le ofrece su plantilla. Pablo Infante, Muneta, Mújika, Rayco o Borrell le dan al equipo de Burgos opciones por fuera, pero su constante intercambio de posiciones y su tendencia a buscar la diagonal hacia dentro les permite ganar superioridades constantes cuando atacan por fuera, o cuando deciden buscar la pared y la jugada por dentro.

Si la jugada acaba por fuera, los centros laterales desde los costados buscando a sus buenos rematadores, o la profundidad que le conceden Pablo y Mújika hace mucho daño a los rivales. Sobre todo, cabe destacar la ya clásica diagonal de Pablo Infante hacia dentro. Arranca desde la cal izquierda, para ir hacia adentro, aprovechando el movimiento por fuera del lateral, y el apoyo constante del punta y el mediapunta, para irse zafando de las marcas y acabar en disparo con su derecha. Cuantas veces ha hecho Infante esa jugada, y cuantos réditos ha concedido al equipo ese movimiento del capitán.

Las jugadas de estrategia cobran vital interés en el Mirandés. Valga como ejemplo que César Caneda lleva 3 tantos de cabeza esta temporada, o que Aitor Blanco aprovechó dos faltas para anotar sus goles en la vuelta de la semifinal de la Copa del Rey ante el Athletic de Bilbao. También los lanzamientos de Pablo Infante marcan la tónica a la hora de aprovechar el balón parado. El espectacular golpeó de Pablo Infante le ha concedido al Mirandés muchos goles de tiro libre directo, que el equipo ha rentabilizado bien.

La solidez que aportan en el medio la pareja Mikel Martins – Nacho Garro, así como el buen hacer del eje entre Nauzet – César Caneda – Aitor Blanco, es otro de los pilares de este CD Mirandés. La solidez defensiva del equipo se basa en el buen hacer de los 5, más allá de sus habilidades con la pelota, bastante destacables por la buena salida y sentido que le dan al juego entre los dos centrales y los dos centrocampistas. El Mirandés es un equipo que presiona con fuerza en tres cuartos de campo, sobre todo en Anduva, para intentar recuperar la pelota. Mete mucha fuerza e intensidad en su campo, y por ahí ha forjado gran parte de sus opciones de ascenso y su camino copero. Y fuera de casa, tiene una buena contra. Todo ello aderezado con jugadores con buen gusto con la pelota en los pies. Un equipo al que apetece ver.

La Copa del Rey, la plataforma mediática


Si algo bueno tuvo la Copa del Rey, aparte de las grandes sorpresas y la espectacularidad de sus enfrentamientos, fue ver entre los semifinalistas, entre los dos equipos más laureados del torneo y un Valencia con 7 Copas del Rey, al CD Mirandés, un Segunda B que también quería hacer historia. Su historia, y la de muchos clubes modestos que se mueven en el anonimato de las categorías de menor nivel del fútbol español.

El sueño comenzó el 31 de agosto ante el Amorebieta. El equipo burgalés ganó 0-1 al cuarto clasificado de su grupo en Segunda B y avanzó de ronda en la competición del KO. Más adelante esperaban la Real Balompédica Linense y la UD Logroñes, a las que venció por 3-1 en Anduva en segunda y tercera ronda de la competición respectivamente.

El Mirandés se colaba entre los 32 mejores equipos de la competición, y acompañaría a los 20 Primeras en su travesía por las rondas finales. En dieciseisavos, el equipo de Carlos Pouso tuvo de rival a uno de los grandes de la Liga en la última decada, el Villarreal. El ejemplo del sueño de los más humildes del fútbol español hecho realidad con mucho trabajo y esfuerzo. Ambos equipos se cruzaban en el camino. Primero en Anduva, donde se empató a 1. El equipo local se adelantó con gol de Alain Arroyo, pero cerca del final Borja Valero igualaba las cosas. En El Madrigal, dos semanas después, todo saltaba por los aires con la gran actuación de Pablo Infante, autor de un doblete que les colaba en octavos de final, equiparando su sorpresa a la del Albacete, que eliminó al Atlético de Madrid.

Miranda de Ebro soñaba con un grande del fútbol patrio, pero el camino les colocó en el lado menos llamativo del cuadro donde destacaban Espanyol y Athletic de Bilbao. En octavos de final, el cruce fue con el Racing de Santander, al que se venció por 2-0 en Anduva, y se logró un meritorio empate a 1 en El Sardinero que bien valía que la aventura continuase dos semanas más, esta vez ante un equipo más fuerte y en forma como el Espanyol de Mauricio Pochettino.




En Cornellá – El Prat, el equipo de Miranda de Ebro se plantó como un auténtico equipazo. Ideas claras, dominando la pelota, haciendo daño cuando tenía la pelota y llegaba tocando como cuando encontraba espacios para montar contragolpes rápidos y eléctricos. El equipo burgalés se sentía cómodo manejando registros distintos y cortocircuitó al Espanyol sobre manera. El cuadro barcelonés no encontraba la forma de doblegar al Mirandés, y estos se pusieron 0-2 con los goles de Arroyo e Infante, y hubo un penalti claro no pitado, que bien pudo dejar más definida la eliminatoria. Pero el Espanyol apretó esos últimos minutos, y logró darle la vuelta al partido en los 5 últimos minutos con los goles de Weiss, Rui Fonte y Verdú.

La eliminatoria se iba a decidir en Anduva, en un campo hostil para el Espanyol por las dimensiones y por el ambiente de fútbol que allí se respiraba. Todo el mundo apretaba para meter a los burgaleses en las semifinales de la Competición más antigua del país. La escuadra de Miranda de Ebro creó ocasiones en el primer tiempo, pero no fue suficiente para tumbar al Espanyol, que se adelantó nada más comenzar el segundo periodo, con gol de Rui Fonte a pase del eslovaco Wladimir Weiss.


Nadie mejor que la radio para hacernos vibrar con el recuerdo

La fe inquebrantable de este equipo de Burgos volvió a salir a escena, y fue capaz de tirar un nuevo muro abajo. Otra vez Pablo Infante, con una de sus famosas diagonales, alumbró el camino a las semifinales con un gol antes del minuto 15 de la reanudación, que ponía las espadas en todo lo alto. El tanto espoleó a los locales, que acosaron al Espanyol hasta llevarlo a la extenuación. Pochettino y los suyos se defendieron con todo, pero no fue suficiente, porque al saque de una falta, César Caneda cabeceó hacia la meta de Casilla, haciendo el 2-1. El delirio se apoderaba de Miranda de Ebro, que iría a la vecina Bilbao a jugarse el todo por el todo, clasificarse para la Final de la Copa del Rey.

El final del cuento todos lo conocemos. El Athletic de Bilbao fue muy superior en las semifinales de la Copa del Rey, y tumbó a los burgaleses. Ganó 1-2 en Anduva, con goles de Llorente. Lambarri, en el descuento de nuevo, puso el 1-2. La eliminatoria, a pesar de todo, acabó con la goleada del Athletic por 6-2 en San Mamés, y su clasificación para una nueva final copera. El Mirandés quedó a las puertas de firmar dos grandes capítulos, la clasificación para la final, y su presencia en la misma; pero nos dejó grandes lecciones. No hay enemigo pequeño, nunca puedes rendirte, y el esfuerzo tiene su recompensa cobraron más sentido que nunca con el ejemplo de un humilde club de la provincia de Burgos.

1 comentario:

  1. Quería leer el artículo pero como lo tienes coloreado en rojo me resulta imposible!!

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