domingo, 22 de enero de 2012

Análisis de un clásico

Real Madrid y FC Barcelona volvieron a disputar un clásico que se resolvió en detalles, y en el que no hubo un claro dominador hasta que el FC Barcelona consiguió igualar el choque con el gol de Puyol en el saque de esquina en el minuto 48'. Primera parte para el Real Madrid, que sin ser mejor que el FC Barcelona en los primeros 45 minutos, se marchó al descanso con ventaja en el marcador gracias al tanto de Cristiano Ronaldo. Y sobre todo, la sensación de que estaba haciendo bien su trabajo, defendiendo bien, sin que aparecieran Messi ni Xavi y tapando las subidas de Alves por la derecha. Sólo Iniesta, Alexis, Fábregas y Busquets mantenían al Barcelona en el ritmo de un partido que empezó a jugar andando, y acabó haciendo correr al Madrid tras la pelota.

Las espaldas de los laterales, claves

Otra vez, se volvió a demostrar que el principal punto de ataque de todos los equipos grandes está en la espalda de los laterales. El Madrid robó en una subida de Alves, y Benzemá vió ese espacio a la espalda del lateral brasileño, para ponerla a la carrera de Ronaldo. Piqué le cerró su derecha, pero se olvidó que al genio de Madeira le da igual una que otra pierna, y le dejó entrar en el área para golpear con su izquierda. Salió a la izquierda, le ganó el espacio suficiente para el disparo en la arrancada, y la puso entre las piernas de Pinto con violencia. Minuto 11 y una de esas premisas que Guardiola tiene a rajatabla falló. Ya le ocurrió en la Final de Copa del Año pasado, cuando Ronaldo remata por encima de Dani Alves imperial. O en la Supercopa de España, o en el anterior clásico liguero. Por ahí el Real Madrid hizo pupa las dos llegadas que tuvo, puesto que la otra fue un remate al palo de Benzemá, con un centro al segundo palo, buscando la espalda del lateral brasileño. El Madrid encontró una debilidad del FC Barcelona que debería explotar en próximas ediciones del partido.

 Pero no fue el Madrid el único que explotó a los laterales rivales. El FC Barcelona dinamitó el partido y la eliminatoria con la subida de Abidal, para coger por sorpresa a Altintop, muy cerrado al medio para tapar a Iniesta, y a Ronaldo, cambiado de banda y que no acompañó al lateral que progresaba por su banda. Abidal entró cómo Pedro por su casa y finiquitó el partido con un sutil toque de exterior que Casillas no pudo detener. El FC Barcelona volvía a coger otra vez a un lateral blanco despistado. Ya lo hizo en la liga con Marcelo y Coentrao, a los que volvió literalmente locos en el choque del 10 de Diciembre. El conjunto catalán tuvo mucha presencia por la banda de Iniesta, que encaraba constantemente a Altintop. El manchego resultó complicado de parar para el ex del Bayern Münich, a pesar del buen partido del turco en líneas generales; y por ahí el FC Barcelona encontró por donde meter mano a la tupida defensa blanca. Un esquema que funciona con extremo trabajadores en defensa, y no con jugadores con mentalidad ofensiva unicamente como Ronaldo, Benzemá o Higuaín. Una lección para los 3. Ayudar en defensa, y defender como bloque, o el colectivo perderá mucho.

Choque de estilos


Los dos titanes del fútbol patrio protagonizaron otro de esos choques en los que hubo mucho de partida de ajedrez bien leída desde el banquillo. Sorprendió Mourinho a Pep, y le salió bien al portugués durante el primer tiempo. Guardiola rectificó, ajustó piezas, cambió alguna dinámica del equipo, y le dió a su equipo la manija del partido desde que comenzó el segundo tiempo.

Un Real Madrid muy defensivo, para algunos casi como un equipo chico en su concepción y planteamiento del partido, no propuso ese partido tremendamente físico que se presuponía. Seguramente Mourinho necesita algún centrocampista más físico y más potente del corte de los que ya ha tenido en Chelsea (Essien, Makelele u Obi Mikel) o Inter (Motta, Cambiasso, Zanetti o Stankovic). No son Khedira ni Lass Diarrá jugadores con el mismo toque y la misma intensidad que los ya mencionados, pero gozan de mejor prensa en España que los anteriores, a pesar de que claramente son más jugadores los que el portugués tuvo en Londrés o en Milán. Sin desmerecer a los centrocampistas blancos, pero aquellos jugadores fueron capaces de parar a la maquinaria blaugrana en varios momentos de sus carrera, mientras Lass lleva una victoria en 3 temporadas, al igual que Khedira en una y media. La acumulación de dos líneas en apenas 15 - 20 metros de espacio para defender no fue suficiente, puesto que la defensa del Madrid fue sin ningún tipo de agresividad bien entendida. Tiempo y espacio para pensar para los jugadores del Barcelona, que se regustaron tocando la pelota en algunos momentos. Y sin ofrecer tan siquiera una línea defensiva coordinada, puesto que entre los propios defensores madridistas se complicaban la vida con su descoordinación para tirar la línea de fuera de juego. Lo que es un arma defensiva bien hecho, casi se convirtió en una vía para el suicidio blanco por mal realizada.

Por su parte, un FC Barcelona en una línea dubitativa fuera de casa en la liga, que sin dar su mejor cara el miércoles, fue suficiente para vencer en el Bernabeu y empequeñecer al Real Madrid. Sin embargo, parece que ese es el mayor valor de este equipo. Aún sin alcanzar la excelencia ni la excelsidad en el juego, el Barcelona se comporta siempre con los mismos automatismos para respetar su idea de juego. Campo abierto, salida en corto, superioridad en el centro del campo, anarquía de los puntas, juego sin referencia arriba, incorporaciones de los laterales (aunque no hubiera muchas el miércoles) por sorpresa, dinámica constante de desmarques y movimientos, desplazamientos a uno - dos toques, diagonales al espacio de los puntas, llegadas de la segunda línea. El FC Barcelona ha amplificado la importancia de las diagonales en el fútbol como arma nociva para las defensas. Y si la diagonal no funciona, siempre queda la incorporación del lateral a ese espacio libre que deja el extremo metido hacia dentro. Incluso ha inventado espacios nuevos en el fútbol gracias a su juego tremendo a uno o dos toques, basado en la facilidad de juntar a buenos futbolistas bajo esta sencilla premisa. "CONTROL - PASE - APOYO". El equipo blaugrana creció en el juego con el paso de los minutos, encontró espacios en creando superioridades en zonas (las bandas) donde en teoría el Madrid debería tener más hombres, sólo por la acumulación de defensas por delante de la pelota, y ganó justamente un partido que lo tuvo complicado en los primeros veinticinco minutos, y fue capaz de virar con un golpe de maestría táctica de su entrenador.

La dureza del Madrid


El partido registró 20 faltas a 12 por cada equipo. Cuando al descanso se habían ido parejos en este apartado, 5 por cada bando, el Real Madrid hizo un poco más del doble de faltas que el Barcelona en el segundo periodo. ¿Exigencia de dureza por parte de Mourinho? ¿Bajón físico? ¿Mejora de las prestaciones blaugranas? No parecen números excesivos 20 faltas. Sin embargo, gestos como el pisotón de Pepe o la patada por detrás de Carvalho a Messi con la única intención de parar su carrera, quedan fuera de lugar en un partido de alto nivel. Ellos mismos se retratan con acciones de ese tipo, en las que bien merecieron la expulsión. No tanto como personas, pero queda reflejada la calidad de deportista que hay en los dos centrales portugueses del Madrid. Más bien de deportista mediocre, que hace cualquier cosa por ganar, sin importarle el cómo y el cuando. Bien merecieron la expulsión, pero Muñiz Fernández no vió o no consideró oportuno la expulsión. Parte de la reputación que se genera sobre Pepe o Carvalho en estos momentos, le repercute y le mancha a él, por no haber tomado la decisión disciplinaria que correspondía a cada una de esas acciones bruscas (por no denominarlas violentas).

El espíritu del Madrid


Me sorprende que el Bernabéu no fuera una olla a presión contra el Barcelona cómo lo fue el día de la Ida de los octavos de final ante el Málaga. Y me sorprende que el madridismo, el propio madridismo que tanto alentó y ha manido el famoso mito de que "El Real Madrid nunca se rinde", quiera dar por perdida la eliminatoria ante el Fútbol Club Barcelona. El Real Madrid tiene una papeleta difícil que solventar en 90 minutos, y si quiere tener opciones de clasificar a la final, tiene que creer que puede, creer que tiene opciones de clasificar a las semifinales de la Copa del Rey. Quizás el camino de la ida no sea el correcto, pero queda y tiene tiempo para cambiar y virar el rumbo de la eliminatoria. El madridismo debe creer en ello, como hizo en esas grandes remontadas de las que tanto se jacta. Y si no lo hace, es que el propio madridismo ha dejado de creer en sus raíces y tiene un serio problema de identidad, y no sólo de Mourinho.

La excelencia del FC Barcelona


El mayor valor de este equipo de Guardiola es hacer parecer menos a los rivales más fuertes. Les roba la pelota, los duerme, les hipnotiza y poco a poco les administra la muerte por axfisia. No hizo y no tuvo la escuadra culé la mejor de sus actuaciones esta temporada. Ni siquiera una actuación memorable, aislando lo que siempre supone vencer en el Bernabéu al Real Madrid. Este equipo se crece en las grandes citas, y hace de la palabra EQUIPO, en mayúsculas, su mejor y máximo valor. Todos trabajan para y por la victoria. Correr, defender y atacar es misión de todo el mundo en la era Guardiola. Por eso la presión comienza tan arriba, y por eso los defensas también hacen goles. Abidal y Puyol fueron los goleadores "atípicos" del Barcelona en el viejo Chamartín. Y también, por eso el propio Guardiola confío en Pinto para que fuera el titular el miércoles. El valor del colectivo por encima de las individualidades. Priorizar once hombres que forman una forma de moverse y una única idea, a una idea transmitida a once hombres que no se someten a esas órdenes casi siempre.

2 comentarios:

  1. Para mí el Barcelona fue mejor durante casi todo el partido, únicamente en algunas contras se vio el daño que podían crear jugadores como Benzema y Cristiano Ronaldo.
    En la primera parte, a pesar del marcador (1-0) el Barcelona había tenido más ocasiones que el Real Madrid. Bien es cierto que los goles del Barcelona son dos esperpentos defensivos: gol en un córner y colada de Abidal por la izquierda.
    El Real Madrid salió a dejarse dominar, a defender y contragolpear, pero no lo hizo de la mejor manera y se dejo comer por el juego de los culés. Tener tan poquito el balón hace todo muy difícil.

    Soy del Real Madrid, pero el partido fue muy flojo del equipo. A ver qué pasa en la vuelta.

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  2. La mayor parte de la gente que va al Bernabéu tiene por consigna esperar a que el equipo les de un gran partido para repartir algunos aplausos. Pero para silbar al equipo necesitan mucho menos, una exigencia casi siempre contraproducente.
    En este estadio también se sabe aplaudir a grandes jugadores como Van Nistelrooy y Del Piero, y eso es de elogiar.


    Te dejo la dirección de mi blog:
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