lunes, 24 de diciembre de 2012

¿Por qué, José?

Un ángel y un diablo envuelven la figura del que muchos consideran el mejor entrenador del mundo. A la calificación se adhiere el escritor de estas palabras, que sin tratar de ser el epitafio de su trayectoria en el Real Madrid ni un decálogo de virtudes, ponen de manifiesto el evidente desgaste en el comportamiento futbolístico sobre el campo de la plantilla, y por ende, en la imagen ante la prensa, la afición, y el propio club de un José Mourinho que nunca pasa inadvertido.

El Madrid perdió en Málaga 3 goles a 2. José Mourinho decidió sentar a Iker Casillas en el banquillo de La Rosaleda, como una nueva muestra del pulso que mantiene el luso con el mundo y el madridismo más clásico, más puro, más sereno; y con parte del periodismo deportivo echado encima de su figura. En esta contienda, esta batalla que tiene a la afición del “Mejor club del mundo en el siglo XX” partida entre los madridistas más castos y los más radicales. Entre los que defienden el interés y la serenidad de la institución, lo que llaman el señorío, y los que apoyan la confrotación que sostiene José Mourinho contra la prensa, contra el Barcelona y otros rivales, contra el arbitraje, y a veces contra el propio madridismo.

Mientras la “guerra civil madridista” se dirime cada día, las dos figuras que se erigen y se alzan sobre Chamartín no permiten ver el bosque a muchas partes involucradas en la historia. Y en la otra parte del bosque, donde se encuentra la verdad, el fútbol pierde. Mourinho lanzó su definición de señorío tras su victoria ante el City en el debut europeo esta temporada: "Señorío es dejarse la piel los 90 minutos, y lo demás es filosofía barata". Ahora mismo, su percepción del tan manido señorío no se cumple al 100 % El Madrid se deja los puntos, ningunea la liga que tanto le costó ganar el año pasado, que le obligó a firmar récord de puntos y de goles, que tuvo que sentenciar en el Camp Nou; y se agarra a la 'Décima' como un clavo ardiendo. Desprecia su condición de'campeón in pectore' para ver la liga a 16 puntos del líder, y a 7 del segundo clasificado. Y en esta realidad numérica subyace el principal problema del Madrid, del defensor del título, más allá de “cuartos oscuros”, suplencias sospechosas, topos y ruedas de prensa incendiarias. El fútbol escasea en el Madrid, y aludiendo a la famosa rueda de prensa del portugués, hay ¿por qués? en el aire.

A colación de las palabras de Marcos López en su blog 'Futbolitis', en las que define la situación del Real Madrid de esta manera: “El auténtico drama del Madrid es la vulgarización de su juego y la química perdida pero de eso nadie dirá nada hasta que el balón vuelva a rodar y cuando esto ocurra, es previsible que Mourinho vuelva a recurrir a otra cortina de humo”. Y así será. La prensa lanzará un órdago a la grande contra Mou durante las vacaciones. Nadie analizará qué ocurre en lo deportivo. La guerra se acrecentará, se recrudecerá, y el madridismo, y por ende, la plantilla, serán las que sufran las consecuencias. ¿Por qué le sucede esto al Madrid? Analicémoslo detenidamente y en frío.

1 - ¿Por qué no fichaste?

El primer defecto de forma para este Real Madrid se encuentra en la composición de su plantilla. Con la restringida, y evidente, falta de confianza de Mourinho en la cantera; una característica propia de su carrera, y no sólo aplicable a su estancia en la capital de España. Bien analizado el devenir del año, el Real Madrid ha usado esta temporada 28 futbolistas, de los que 27 pertenecen en estos momentos a su disciplina, con la salida de Lassana Diarra hacia el Anzhi ruso. De estos 27, Jesús, el portero del filial; Nacho y Álex Fernández, los dos hermanos; Morata, Cherysev, y José Rodríguez, son canteranos y actúan con el Castilla de Toril de forma habitual. Y de los restantes, Carvalho está descartado. En total, quedan 20 futbolistas útiles para tres competiciones.

El Real Madrid maneja una plantilla muy corta, sometida a la presión de tener que competir bien y ganar en todas las competiciones
El Real Madrid, por desgracia, viene achacando una pequeña plaga de lesiones que ha mermado su potencial en las últimas semanas. Las dolencias de Marcelo, Coentrao e Higuaín han dejado el vestuario del primer equipo vacío, semi huérfano. Y sobre todo, una evidente falta de alternativas desde el banco cuando se trata de suplir al titular.La falta de un lateral derecho, cuando Arbeloa ha estado lesionado ha derivado en José Callejón o Mickael Essien ocupando 'el carril del 2'.Cuando han faltado Coentrao y Marcelo, el Madrid acusa el golpe por el otro costado, por donde es más peligroso. Y arriba, Mourinho se queja de la falta de pólvora. Circunstancia conocida desde que llegó al club. Cristiano es intocable, por lo que entre Di María, Higuaín y Benzemà se pelean por dos puestos.Morata es testimonial, con 249 minutos en 8 partidos. A Kaká, ni está ni se le espera por Concha Espina, pero no se le da salida desde el equipo blanco. En definitiva, un bloque de 19 futbolistas, sin contar al 8 madridista, cuyo núcleo duro no ha variado en las últimas tres temporadas. Y a estas alturas de año, cinco futbolistas de la plantilla superan los 2000 minutos (Casillas, Ramos, Pepe, Alonso y Ronaldo), mientras 8 de ellos aún no alcanzan los 1000 minutos (Adán, Varane, Albiol, Marcelo, Coentrao, Essien, Kaká e Higuaín).

No hay grandes diferencias del once titular del Real Madrid de Pellegrini, antecesor, al de Mourinho, titular del banquillo los últimos tres años. De hecho, aquí estaría la comparativa entre onces más utilizados por ambos técnicos.

El Madrid de Pellegrini
Real Madrid C.F. 4-4-2 football formation

El Madrid de Mourinho                
Real Madrid C.F. 4-3-3 football formation
Casillas, Ramos, Pepe, Marcelo, Arbeloa, Xabi Alonso, Higuaín, Benzemà y Ronaldo ya estaban con el chileno. Las mejoras residen en la entrada de Özil, Khedira y Di María, que llegaron al tiempo que Mou al Paseo de la Castellana. Mientras el Real Madrid ha asistido a un continuo e invariable asentamiento de su once titular en estas dos temporadas y media de Mourinho, el Barcelona ha ido evolucionando su once titular con retoques y cambios cada año. Pequeños detalles que parecen marcar la diferencia hacia el lado blaugrana.

Del Valdés, Piqué, Puyol, Abidal, Alves, Touré, Xavi, Iniesta, Henry, Eto'o, Messi al Valdés, Piqué, Puyol, Jordi Alba, Alves, Busquets, Xavi, Iniesta, Pedro, Villa/Alexis/Fàbregas, Messi; pasando por Rafa Márquez, Zlatan Ibrahimovic, Adriano, o Seydou Keita. Hasta cuatro variaciones en las alineaciones desde 2009 hasta esta campaña ha pasado el Barcelona, lo que quiere decir que el jugador nunca termina de tomar la total seguridad de que es titular indiscutible, y por tanto, que no tiene que competir cada partido por mantenerse en el once. Se percibe el peligro del banquillo, y sirve de extra de motivación, como le sucede a Villa. En el Real Madrid, por desgracia, sí ha pasado, y el único puesto en el que existen las rotaciones, el de delantero centro, Benzemà o Higuaín respiran tranquilos, porque Mourinho ha optado por el “turno pacífico”. Un partido para cada uno, y la competencia se genera por el rendimiento de cada uno en cada partido que juega, pero no porque uno sea el preferido antes que el otro y sepa que vaya a jugar más o menos minutos según su rendimiento.

Sólo tres futbolistas han cambiado en el once inicial del Madrid en las últimas cuatro temporadas
El técnico de Setúbal, tenía una excusa cuando Jorge Valdano era director general del club, y Miguel Pardeza director de fútbol. Ahora, en estos momentos, tras la marcha del argentino,Mourinho asumió plenos poderes en la parcela deportiva, en todo lo referente al primer equipo madridista, y es el Mánager General blanco. No sólo es el entrenador, es el que decide las altas y las bajas en el club blanco, y el que maneja a su antojo el presupuesto de fichajes, en teoría. Sin embargo, no siempre es así, puesto que el presidente o José Ángel Sánchez también intentan interferir en las incorporaciones proponiendo sus nombres, a la vez que Mourinho propone sus preferencias y da los nombres para buscar salida, pero no participa en la búsqueda activa de destino de los futbolistas que no cuentan para él. Tampoco en las negociaciones de llegada. Mourinho debería buscar un lateral derecho, un mediocentro que abarque campo, capaz de pisar ambas áreas, al estilo de De Rossi, y un delantero más potente, que permita distraer la atención sobre Ronaldo y Benzemà. Estos puntos expuestos desembocan en un nuevo problema para el Real Madrid.

2 - ¿Por qué no hay alternativas?

El once titular blanco es el mismo durante los últimos dos años y medio. Salvo la llegada forzada de Emmanuel Adebayor, que se adaptó muy bien al fútbol madridista, por la lesión de Higuaín en 2011, no ha habido otro elemento capaz de romper el orden establecido para las alineaciones de Mourinho desde su llegada al Real Madrid. Por lo tanto, el plan del Real Madrid apenas se ha alejado del libreto y los hombres que se ha tratado de establecer desde julio de 2010. Este ideario pasa por:

  • Transiciones rápidas defensa – ataque

  • Líneas de presión juntas. Altura del inicio de la presión variable según el partido

  • Estilo a definir por las características del rival en frente y del contexto del partido. Hora, rival, campo, partido anterior y posterior, competición

  • Carga del juego a la banda izquierda, donde aparece la profundidad de Marcelo y la diagonal de Cristiano Ronaldo

  • Ausencia de delantero referencia arriba. Movilidad de los puntas, muy del estilo Drogba, Milito, Eto'o

  • Búsqueda de llegadas masivas en los menos toques posibles

  • Dominio de la segunda jugada y el rechace en campo contrario para evitar contragolpes y desgastar al contrario

  • Dominio de las dos áreas

A este libreto, el guión le exige un alto nivel de intensidad, forma física y concentración, imposible de realizar para un equipo de Mourinho si no cumple esos tres mínimos. Su Chelsea, el gran Chelsea de 2004-2005, y 2005-2006, el que firmó los dos campeonatos ligueros consecutivos, y avecinaba la dictadura mourinhista sobre la Premier; es el mejor y máximo exponente del fútbol que propone José Mourinho sobre el césped. No hay espacio a la relajación. Todo concentración, velocidad, intuición, trabajo analítico, obsesivo; y movimientos calcados para saber donde y cómo hacer daño en cada encuentro y situación. El cóctel de la esencia de Mourinho. El trabajo del mejor entrenador del mundo. Camaleónico como pocos, vencedor como ninguno.

Este libreto del Real Madrid sufre el desgaste propio de los años. No de la pérdida de ambición, que José mantiene intacta, pero sí llegó un desgaste propio del que entra en una constante guerra, que parece ir perdiendo, contra sus propios futbolistas más contrarios, precisamente los de mayor calado en el público madridista por ser españoles y campeones del mundo. Además de esa guerra, Mourinho tiene abiertos otros frentes con la prensa, una constante en los últimos tiempos; con la organización de la liga, que le ha concedido casi todas sus peticiones desde su llegada; y con parte de la propia grada madridista, publicitado en un plebiscito anónimo e inadvertido para los habituales parroquianos de las gradas del Bernabéu a las 21:20 del 1 de diciembre, día del derbi contra el Atlético de Madrid. Una pantomima pensando más en distraer a la prensa que en hablar del estilo blanco con el luso antes de un gran partido. De hecho, gestos de reconocimiento de Mourinho hacia otras aficiones, como la del Betis recientemente, han sido "malinterpretados" a sabiendas de una polémica barata en favor del desgaste blanco, más que del análisis de un partido en el que el Madrid se aturulló en la recta final.

Mourinho maneja alternativas y variantes con el objetivo de ganar. Se adapta a cualquier rival y cualquier circunstancia. En el Madrid ha llegado a usar juntos a Benzemà, Higuaín, Ronaldo y Callejón.
Relacionado con la aparente inmovilidad del Madrid en sus alineaciones, a las que la única alternativa en estos momentos pasa por Modric y un claro aumento en la cuota de posesión que le lleva a dominar los partidos desde la tenencia del balón, pero basado en un juego estático y errático que no parece ser del gusto de Mou...al menos no del todo. La dinámica presente en el plan A del luso, desaparece cuando el Madrid lleva el peso del partido y tiene que obligar a moverse al rival con la traslación de pelota. Sin embargo, cuando el Madrid obliga al rival a ceder espacios, el equipo disfruta, juega, y parece más cómodo.

La división interna, bastante palpable según la prensa especializada, entre el núcleo más acérrimo del portugués, con Pepe, Ronaldo, Marcelo, Di María y Coentrao entre sus más allegados; con Ramos, Casillas, Arbeloa, Alonso, y Özil entre los más contrarios a las posturas del de Setúbal. Un síntoma parecido al de su salida de Stamford Bridge, con un enfrentamiento abierto con Roman Abramovich y una división interna en un vestuario difícil de unir tras su salida.

Este desgaste psicológico afecta al aspecto físico del Madrid, y por consiguiente, da muestras de las flaquezas y debilidades blancas en los últimos tiempos. La desconcentración en las acciones del balón parado es donde el Madrid está pagando caro sus 'pecados'. Muchos goles encajados a través de la pelota parada, uno de los puntos débiles más explotados por los contrarios ante el Real Madrid. Espanyol, Valencia, Getafe, Sevilla, Barcelona o el Dortmund en Europa conocen por donde se puede hacer daño real al conjunto madridista.

3 - ¿Por qué se le hace daño al Real Madrid?

El Madrid no da esa impresión de las dos últimas temporadas, con una coraza difícil de destruir, y todo un colectivo implicado en atacar y defender. El equipo se parte por el centro del campo, donde Xabi Alonso multiplica sus tareas, sin la ayuda de los de arriba para recuperar la pelota. Por tanto, el equipo, sin ese trabajo colectivo completo, queda roto en dos, y el tolosarra, con Khedira, son una isla incapaz de parar a los rivales. El equipo blanco sufre por la zona central, cuando se trata de presionar, porque los medios y la defensa quieren encimar al rival arriba, para no quedar rotos en esa división de líneas, pero la salida rival es fácil en bastantes ocasiones, y la solución es tener que correr hacia atrás, con el riesgo que supone.

Correr hacia atrás desmonta al equipo por la zona central, pendiente de tapar los espacios más que de achicarlos, y los rivales, sabiendo que la siguiente barrera a superar contiene a Pepe y a Sergio Ramos; buscan los costados. Los laterales blancos, sin ayudas defensivas de Özil, Di María o Ronaldo en muchas ocasiones, quedan condenados al constante 1 vs 1 o 2 vs 1 en inferioridad. Y cuando no están los habituales en el puesto, el equipo sufre más. Ni Callejón ni Essien ni las invenciones que ha tenido que hacer Mourinho para equilibrar al equipo le han dado la suficiente fuerza a la elección del portugués. Essien, que ya ha actuado como lateral derecho en el Chelsea con Mou, sabe lo que es el puesto, pero nunca ha estado tan expuesto al enfrentamiento individual o en inferioridad, porque el Chelsea se caracteriza por ser un equipo que realiza esas ayudas constantes a su laterales.

El Madrid no respeta su ideario de juego. No se presiona con las líneas juntas, y eso perjudica al equipo, le obliga a correr más y tapar más zonas.
Al final, tener que correr para proteger a Casillas, tener al conjunto partido en dos, descubre las carencias blancas. El equipo se descose por las bandas, y a la espalda de sus laterales, el equipo blanco encuentra goles como el de Sergio García en el Bernabéu, o el segundo de Santa Cruz ayer. Esetener que tapar huecos con urgencia diluye la presión blanca, una de las características de los años anteriores del Real Madrid, capacitado para apretar y obligar a perder el balón al rival en la zona más beneficiosa del campo para los blancos. Sin embargo, ayer se comprueba esa mala presión en el gol de Isco. Tras el cambio de juego de Saviola, Isco se sale del área hacia la frontal. El Real Madrid repliega con hasta nueve futbolistas más Adán en 30 metros. El de Arroyo de la Miel recibe de Eliseu en la frontal, libre de marca, y todos salen tarde a la presión, a tapar el disparo del primer tanto boquerón. Sólo había cinco futbolistas malaguistas en las inmediaciones, y ninguno dentro del área madridista, por seis blancos en su "cocina". Un ejemplo de que el Madrid no está defendiendo bien.

El mal hacer colectivo de los madridistas rompe todas las líneas, obliga al equipo a correr a tapar espacios sin éxito ni acierto, y los goles llegan. Sin embargo, los números blancos indican que son el segundo equipo menos goleado del campeonato. Hasta ayer, en solitario. Después del duelo en La Rosaleda, están empatados a 17 goles con el Atlético de Madrid. Ha estado seis partidos en liga sin recibir gol en contra. El problema en los últimos partidos es que el equipo recibe muchos goles en contra. Dos por partido, como mínimo. En los últimos cuatro exactamente, se cumple; y ayer, el Málaga acertó tres veces en las redes defendidas por Adán.

El otro gran problema madridista reside en el área rival. La pegada blanca no está, y el Madrid la añora. Sin ella, el equipo blanco parece menos fiero. Con Cristiano en sus habituales números goleadores, los demás no acompañan. Ninguno de los centrocampistas merengues lleva anotados más de diez goles esta campaña. Tampoco Higuaín, aunque sin jugar en los últimos dos meses. Y el francés llega con cuentagotas a los 10 tantos en todas las competiciones. Una cuota goleadora que la escuadra madridista está echando en falta, resolver los partidos. Muchos partidos se han ido por esa escasa puntería, y sin ella, el Madrid agota su fiereza.

4 - ¿Por qué los números dicen una cosa, y la soluciones no funcionan?

Los fríos números del Madrid chocan. 33 puntos de 17 partidos. 18 perdidos por el camino, un tercio de los disputados. Sin embargo, es el segundo máximo goleador del campeonato, y el segundo menos goleado, como ya hemos dicho. 41 goles y 17 tantos. Hasta hace tres partidos, había encajado 10 goles. Y con los últimos siete en contra y siete a favor, ha conseguido cuatro puntos ¿Cual es el auténtico problema aquí?
Los blancos han encajado 17 goles, y convertido 41 en liga. Son los segundos menos goleados del campeonato, pero les crean bastantes ocasiones
La gente lo achaca a la falta de precisión de los blancos ante la meta rival esta temporada. Otros, a un nivel físico poco acorde a lo que requiere el 'libreto mourinhista'. Los terceros, a la bronca entre clanes. Y uno, como acérrimo seguidor de la carrera en los banquillos de José Mourinho, no sabe donde puede estar el principal detonante de la situación madridista. Servidor, que encuentra en el libro “Mourinho ¿por qué tantas victorias?”, una de las grandes verdades sobre las aportaciones del de Setúbal al fútbol con su metodología complementaria y global, no analítica por partes y dividida en distintas parcelas.

Sin embargo, el principal problema del Madrid no es extradeportivo, eso para mí es seguro. Es deportivo. Faltan alternativas sobre el campo. Sobran problemas dentro y fuera. Y las soluciones aportadas no dan el resultado adecuado. Mourinho las ha puesto de todas las formas. Defensas de tres perdiendo, tres delanteros jugando juntos, refuerzo del centro del campo, un extremo como lateral, un central como lateral, un mediocentro como lateral... El portugués ha aplicado recetas pasadas, que ya sea en Oporto, Chelsea, Inter o el propio Real Madrid, le han dado resultado en anteriores partidos. Y esos resultados han traído el palmarés que luce Mou a lo largo de su carrera.

Fotografía: Javier Robles (VAVEL.com)

Un técnico camaleónico, capaz de camuflar su ideal en frases simplistas y fáciles de decir, pero que no concuerdan totalmente con la realidad, como: “Su único pensamiento es el de ganar como sea”, “Mourinho no tiene un plan de juego”, “No sabe de fútbol”, “Su ciclo en Madrid está acabado”... llevan a pensar que puede que Mourinho planea su salida del Real Madrid, o que la prensa desea la marcha del portugués. Pero si uno cree en la capacidad verdadera del de Setúbal, Mou estará dolido por perder, y la forma en que se pierde. Es un ganador, que mantiene su intensidad intacta con tanta reprimenda y tanta batalla, y aunque la autocrítica pública escasee en el luso, el mensaje dentro del vestuario debe ser y es de otro calado, sin permitir ese procesamiento e inculpamiento de su jugador tan propio del portugués ante los micrófonos. Le pierden guerras que no le conducen a nada, pero está más que capacitado para renovar la cara de su Real Madrid.

Echar al técnico es la solución más fácil. Pero no suele ser la más acertada muchas veces
Quizás Mourinho, para retomar la nave y llevarla a buen puerto, deba analizar bien los últimos partidos del Real Madrid, descartar ideas y recomponer recetas. Darle una nueva solidez, repasar los cimientos y las bases del equipo, reforzar lazos y uniones con sus futbolistas y cuerpo técnico, y no desviar la atención en pleitos con la prensa. Las llamativas suplencias de Ramos o Casillas no se deben a malos rendimientos individuales, por mucho que se disfracen de "decisiones técnicas". Con números en mano, el argumento no se sostiene. Es el rendimiento colectivo el que se apaga, a veces por fallos de bulto en momentos concretos, otros por desgaste mental y desconcentración, y otras veces, porque la suerte influye y no siempre puede sonreir al mismo.

Si está señalado por la gran crítica futbolística como el mejor del mundo en su parcela, es el momento de levantar el vuelo, cambiar el paso, y llevar al equipo a los objetivos que tiene por delante. Asegurar la Champions League a través de la liga, y ganar la propia competición europea junto con la Copa del Rey harían olvidar la herida abierta en el madridismo en estos momentos. Debe demostrar que un ganador es el que aspira a levantarse en los momentos más complicados, y no sólo cuando logra la felicidad convertida en títulos y reconocimientos.

No es una tarea fácil, y la gente opta por el camino fácil, la destitución del técnico. Eso, al Madrid, no le asegura el éxito ni una transición tranquila del agitado modelo del portugués, a uno menos mediático, menos afilado y más sereno. Tampoco le asegura que el portugués pueda hacerse con el control de la situación a tiempo, pero Mourinho aún controla y maneja al vestuario, lo conoce bien porque lo vive todo desde dentro, y puede negociar por la unión con la parte menos apegada a su núcleo. A su vez, es el único que puede lograr la unión del madridismo si el objetivo y la discusión en Chamartín es el fútbol, y no la política, el negocio y la especulación que diariamente se apoderan del juego y lo convierten en algo más que fútbol.

5 - ¿Por qué se obvian los méritos que ha hecho en su carrera?

Desde la prensa se tiende al olvido y al ocultamiento del meritaje de Mourinho, capaz de ganarle varias veces en el cuerpo a cuerpo al Barcelona. Al mejor equipo del mundo en la actualidad. A pesar de abrir su historial con el 5-0 en 'Can Barça', Mourinho acumula una Liga, una Copa del Rey y una Supercopa en el cuerpo a cuerpo, mientras que en su debe quedan la eliminación de Champions de 2011, la Liga de ese año, la Supercopa del año pasado y la eliminación copera en cuartos de final de la temporada pasada.

Por tanto, su primer mérito es haber construido el engranaje que permitió al Madrid competir codo con codo en apenas un año todos los títulos que disputó frente al Barcelona. El segundo, lograr que el equipo se haya perfeccionado con dos o tres retoques la campaña pasada. Y el tercero, el respaldo que el ex de Leiria, Benfica, Oporto, Chelsea e Inter, encuentra en los números que tiene en su carrera como técnico. Ya no sólo por las dos Champions, y ganar cuatro campeonatos nacionales distintos. Es su capacidad para mutar los equipos y sus condiciones futbolísticas a conveniencia de lo que se le exige.

Si hubiera que recoger diez méritos acumulados a lo largo de la carrera del portugués, diez momentos que merezca la pena recoger en el imaginario de Mourinho, a diferencia del artículo de 20 minutos, en el que se recogen los incidentes más sonados del portugués, en su estancia en Madrid. Si hubiera que hacer un decálogo de los mejores momentos de Mourinho en el banquillo, cabría recordar estos diez, como ejemplo de gestión de equipo y vestuario:

1 - La semifinal contra el Barcelona. Aguantar una hora en el Camp Nou con uno menos, y clasificar a su equipo para la final de la Liga de Campeones. Cambiasso al centro de la defensa. Eto'o ayudando en el lateral, cumpliendo casi de 'doble lateral', Pandev y Stankovic sacrificados por el centro del campo, y Sneijder y Milito como dos islotes para ayudar al equipo y ofrecerle una salida hacia arriba. Mourinho dominó aquella semifinal, y se hizo claro merecedor del título de campeón de Europa que conquistaría en Madrid el 19 de mayo de 2010.

2 - La evolución del Leiria. Un equipo que ahora mismo se encuentra en la segunda portuguesa, vivió su momento de mayor esplendor los seis meses que José Mourinho lo dirigió. En la temporada 2001/2002, el técnico luso llevó al equipo portugués al quinto puesto de la tabla, antes de salir con destino hacia el Oporto a mitad de temporada. Los renovados e innovadores métodos de Mourinho crearon escuela en un Leiria que completó un buen inicio de año.

3 - Cómo igualar el nivel al Barcelona. Del 5-0, un partido que puede ser considerado un accidente muy doloroso, al último 2-2, el Madrid ha realizado un camino con Mourinho muy largo y complejo. Pero la evolución del equipo ha sido patente. Juega sin corsé ante el Barcelona, presiona, toca el balón, duerme el partido, lo maneja, y tiene la capacidad de plantar cara. El Madrid actual es la antítesis al Barcelona. Sin jugar bonito, pero sin dejar de hacerlo efectivo. El choque de estilos es brutal, y el mérito de la igualdad lo tiene la evolución del portugués, que ha ido aplicando conceptos mientras aseguraba las bases sobre las que cimentar el equipo.

4 - El partido frente al Sevilla. De diciembre de 2010 sólo queda la anécdota en la que el técnico portugués salió a rueda de prensa con la "lista de los 13 errores", mientras Valdano no habló del arbitraje ante los 'micros' de Canal +. El famoso "Yo quiero que la gente defienda a mi equipo" sepultó por completo 90 minutos de infarto en el Bernabéu. Un Sevilla con uno más durante una hora pudo ganar al Madrid, pero el descomunal esfuerzo blanco igualó el partido. Y en el tramo final, Di María hizo 'saltar la banca'. El argentino anotaría un gran gol para darle la victoria al Real Madrid con uno menos, en un partido que el equipo de Mou tuvo a bien llevar a la locura, al ida y vuelta, al derroche de esfuerzo y pegada. La jugada salió bien, con Di María ocupando toda la banda izquierda, y Ramos toda la derecha. Dos carrileros que igualaron el duelo, y un inmenso esfuerzo de Khedira en sala de máquinas.

5 - El cuarteto, frente al Mallorca. La liga se complicaba por momentos en el Iberostar Arena de Palma de Mallorca. Los bermellones ganaban 1-0, con gol de Tomer Hemed de cabeza al saque de una falta, y el Real Madrid no encontraba el camino al gol. Mourinho, listo, visionario y sabio como pocos, arregló el desaguisado táctico con una receta al alcance de pocos. Tres defensas, Arbeloa, Pepe y Ramos; tres en el medio, Özil, Alonso y Khedira; cuatro arriba, Benzemà, Callejón, Higuaín y Ronaldo. Aquel partido entró en una locura que dominó el Madrid. Los goles de Callejón e Higuaín le dieron la vuelta a la situación. De inmediato, el plan B estaba rediseñado. Pepe cogió la hoja de Mourinho tras el gol de Higuaín. Callejón al lateral diestro, el Madrid a su esquema habitual de 1-4-3-3, y el campeón daba un paso vital para la consecución de la Liga.

6 - El partido que le abrió los ojos. Mourinho salió al Camp Nou en enero dispuesto a remontar la eliminatoria de Copa del Rey. El Barcelona había ganado en Madrid 1-2, merced a la remontada que hubo que firmar con los goles de Puyol y Eric Abidal en el segundo periodo del partido. En la Ciudad Condal, el portugués se la jugó. Un equipo conCasillas; Pepe, Ramos, Arbeloa, Coentrao; Xabi Alonso, Lass; Kaká, Özil, Ronaldo; Higuaín terminaría siendo Casillas; Pepe, Ramos, Arbeloa, Coentrao; Granero, Xabi Alonso; Callejón, Özil, Ronaldo; Benzemà. Del minuto 1 al 90 el Madrid fue superior. Los dos goles, uno anulado a Ramos, un disparo al larguero de Özil, un Barcelona acongojado en su campo, y un sinfin de ocasiones hicieron grande al Madrid el día que tenía que dar el paso adelante. El Madrid fue eliminado con la cabeza alta, y dignificó su fútbol.

7 - 6 de 6 en Champions League. El Real Madrid, la temporada pasada, acabó siendo el mejor equipo de los clasificados para octavos de final. 18 puntos para un puntaje descomunal, que convertiría al Madrid en el quinto equipo capaz de superar la fase de grupos de la Liga de Campeones con pleno de puntuación. El Madrid no ganó la Champions, pero comenzó la competición marcando el paso.

8 - 100 puntos, 120 goles. El Madrid del año pasado fue un equipo de récord. Como atestiguan los números, los blancos hicieron una cifra de puntos inédito en la historia de la liga española para proclamarse campeón de liga. Actual defensor del título, el equipo merengue se convirtió en un rodillo capaz de avasallar cualquier escenario. Camp Nou, Calderón, La Rosaleda, Mestalla, San Mamés, Anoeta, Sánchez Pizjuán... El Madrid fue superior allá por donde fue para sumar una nueva liga a su palmarés. Mérito de Mourinho y sus hombres.

9 - Un gran tratamiento a los humildes. Por supuesto, lejos de lo futbolístico, pero cercano a lo humano, no hay equipo humilde que haya pasado por el Santiago Bernabéu que no haya recibido de José Mourinho y de sus jugadores un mal trato. Salvo encontronazos propios del juego, y alguna salida de tono, Real Murcia, Ponferradina y Alcoyano han recibido toda clase de agasajos y parabienes. Incluído el permiso del técnico luso para entrar al vestuario del Real Madrid a por equipaciones, firmas, fotografías y camisetas. Toda una muestra del carácter afable y respetuoso de la persona humana, lejos de la fiereza, pasión e intensidad que transmite el técnico de fútbol.

10 - Campeón de liga y copa en cuatro países, el triplete de 2010, el gran Chelsea... Mourinho acumula trofeos y títulos allá por donde ha ido. Campeón de casi todo, a su palmarés sólo le falta la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes, un broche que el luso todavía no ha puesto a su carrera para completar el círculo, en el que suma hasta siete títulos de liga nacionales, cuatro copas domésticas, dos Carling Cup, cuatro supercopas nacionales, dos Champions League, y una Copa de la UEFA. El historial de Mourinho impresiona, y pocos pueden presumir de ello. Sin embargo, en España, pocas veces se oye a la prensa lanzar una crítica respetuosa contra un hombre con semejante palmarés a cuestas. Cuestión de una cultura de extremos, dividida en dos bandos, en la que no caben las terceras opciones.

Artículo en www.vavel.com

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