miércoles, 25 de julio de 2012

Un derbi olvidado


Hubo una época en la que ver al Oviedo y al Sporting caminar de la mano por la Primera División se convirtió en algo frecuente. Desde entonces, el 15 de marzo de 1998 acogió el último derbi asturiano en Primera División, algo que ha ocurrido en 20 ediciones ligueras, más otras seis en Segunda.

Porque Asturias merece el fútbol de Primera División. Desgraciadamente, a día de hoy, dos históricos de nuestro fútbol no atraviesan sus mejores momentos. Mientras el Sporting de Gijón descendió a Segunda División recientemente, y afronta el año del regreso a la Liga BBVA, el Real Oviedo, su rival regional, no atraviesa un momento mejor. El Oviedo purga sus deudas y sus penas en la categoría de bronce del fútbol español, la Segunda B, un infierno que dura mucho para un club que llegó a jugar en la Copa UEFA de la temporada 91/92.

Dos víveros históricos del fútbol español

Tanto Mareo, la escuela del Sporting, como El Requexón, la del Oviedo, acogen a varios jugadores que ahora mismo están al máximo nivel internacional. David Villa, campeón del Mundo y de Europa, criado en el Sporting; o Adrián López, Juan Mata y Santi Cazorla, también campeones de Europa y surgidos desde el fútbol base del Oviedo, representan los máximos ejemplos de estas dos grandes canteras del fútbol nacional. Otros menos conocidos, como Michu, José Ángel, Canella, Juan Muñiz o Alejandro Menéndez, se abren hueco en el panorama futbolístico nacional, o hasta internacional, como el caso de Michu, recién traspasado al Swansea, o de Jose Ángel, actual jugador de la Roma.

Pero antes de ellos, hubo más jugadores de procedencia asturiana, y símbolos de las dos canteras. Luis Enrique, Abelardo (campeones olímpicos), Juanele, Ablanedo, Manjarín o Quini y Maceda más antiguamente, símbolos históricos la cantera de Mareo frente a Ricardo Bango, Mora, Oli, Antonio Rivas, Cristóbal o Iván Ania. Las dos canteras han provisto al fútbol español de grandes futbolistas, y han visitado la competición europea, aunque sin gran gloria. El Oviedo alcanzó por única vez la UEFA en la temporada de 1991/1992, en la que cayó eliminado en primera ronda ante el Genoa. Ese mismo año, el Sporting jugaría también la UEFA, y caería en segunda ronda ante el Steaua de Bucarest. En la ronda anterior, los sportinguistas se deshacieron en los penaltis del Partizan de Belgrado, tras remontar el 2-0 en El Molinón.

Aquel mítico 1990/1991 para Asturias

El fútbol asturiano nunca conoció mayor gloria para su fútbol que aquella temporada. Hace 21 años, sportinguistas y oviedistas acabaron la temporada clasificándose para competición europea, siendo quintos y sextos respectivamente. Cada uno tuvo su propio camino hasta la clasificación para la Copa de la UEFA de la siguiente temporada. Mientras el Sporting fue un equipo alegre, que completó una racha final triunfal, cediendo 5 puntos de los últimos 20; el Oviedo fue pura roca defensiva, al que costaba derrotar.

Aquel Sporting de Gijón era un equipo alegre, distinto, muy ofensivo. Acabó la liga con 50 goles en 38 partidos, en unos números muy destacables, como cuarto máximo realizador del torneo, por detrás de los tres primeros clasificados aquella temporada. Aquel Sporting de Gijón derrotaría por 1-0 al Barcelona en El Molinón, y tendría el honor de romper la racha de imbatibilidad de Abel Resino, con un gol de Luis Enrique en el Vicente Calderón. El quinto puesto, con 46 puntos, fue celebrado en toda la ciudad como un hito, tras los gloriosos comienzos de los años 80 para el Sporting. Nunca más el sportinguismo estuvo tan cerca de la cima.

El Oviedo tampoco estuvo muchas más veces en los puestos nobles de la clasificación. Su buena campaña le valió para terminar la temporada 6º, por detrás del Sporting, con 42 puntos. A diferencia de los gijoneses, el Oviedo era un equipo mucho más práctico y más duro, en el buen sentido de la palabra. Un equipo sólido, en el que todos trabajaban por el colectivo, por el bien del equipo. El empate a cero fue su resultado más repetido, hasta en nueve ocasiones, aquella temporada, y mantuvo a raya a los grandes. No cedió ninguna derrota ante FC Barcelona, Atlético o Real Madrid, y venció a culés y rojiblancos en el Tartiere, para culminar su primera clasificación europea. Aquel Oviedo fue el quinto equipo con menos goles encajados. Incluso los dos derbis asturianos terminaron con empate a cero aquel año.

Oviedo trata de resurgir de sus cenizas

El Real Oviedo quiso prolongar su estancia en Primera División durante largos años, desde la temporada 88/89 hasta la 2000/2001, año en el que descendió de nuevo a la categoría de plata española. A través de la presidencia de Eugenio Prieto, el equipo ovetense completó una de sus épocas más largas en la categoría de oro del fútbol español, pero las deudas ahogaron al club, empujando al descenso en 2001, y al borde de la desaparición en 2003, cuando tuvo que empezar en Tercera División su proyecto.

El equipo tardó dos años en ascender, pero no logró mantener la categoría, y en 2007 descendió a Tercera nuevamente. Tras el ascenso de 2009, el equipo asturiano se mantiene en el oscuro desierto de la Segunda División B, buscando el momento del soñado ascenso a Segunda División, que le devuelva en parte a la élite del fútbol nacional. Los problemas con la presidencia de Alberto González han dejado a la entidad en un vacío de poder que ahora trata de corregir Toni Fidalgo, nuevo máximo accionista ovetense. Ello, y la llegada del hijo pródigo del gol, Diego Cervero, ilusionan a una parroquia que tendrá en el banquillo a un histórico, Félix Sarriugarte, integrante de aquel gran Oviedo, para conducir al equipo azulón al ascenso.

De momento, el amistoso de ayer contra el Real Madrid devuelve al Oviedo el foco de atención por unos días. Un histórico venido a menos, que ahora anda inmerso en la confección de una nueva plantilla, que posiblemente contará con muchos refuerzos del OviedoVetusta, filial de la entidad ovetense, en busca de la ansiada vuelta a Segunda División.

Gijón, pasión por el fútbol

Gijón respira pasión por el fútbol y por el Real Sporting de Gijón. La ciudad se engalana y viste de rojiblanco siempre, apoyando a su equipo, orgullo de la ciudad costera asturiana. Los bares, los balcones, los niños... todos lucen el color rojiblanco del Sporting de Gijón, que devolvió la ilusión a todo el mundo después de cuatro años mágicos en Primera División, donde se dio lujos como ganar en el Santiago Bernabeu en la campaña 2010/2011, con gol de Miguel De Las Cuevas.

Hoy, a pesar de que el equipo asturiano tiene que afrontar la Segunda División de nuevo, la ilusión en la ciudad por volver a Primera División es máxima. El Sporting se refuerza, se mueve y busca en el mercado, consciente de que por historia, tradición, y posiblemente por calidad, sea una de las mejores de la nueva temporada en Liga Adelante, y nadie quiere que la presión desborde a los rojiblancos y el sueño se trunque, como ya ocurriera a partir de 1998, cuando diez años separaron a los de Gijón de la Primera División española.

La ciudad de Jovellanos se viste con carteles que anuncian “Nunca te dejaré, Sporting”. El lema es significativo del amor del pueblo gijonés por su equipo de fútbol, más allá del simple espectáculo del fútbol y de la pasión que transmite. Gijón vibrá con el Sporting, y el Sporting es propiedad de Gijón. La ciudad desea que llegue el día del regreso a la élite del fútbol nacional, la vuelta a la Primera División, y a pesar del descenso, nadie ha querido abandonar al Sporting, ni siquiera en días tan tristes como la muerte de Manolo Preciado, uno de los símbolos más recientes del sportinguismo, y el hombre que dirigió el último ascenso a Primera de los rojiblancos.

1997/1998: Último derbi asturiano en Primera

La temporada 1997/1998 acogió el último derbi asturiano en Primera División entre ovetenses y gijoneses. Después del 1-2 con el que el Oviedo se impuso en la primera vuelta en El Molinón, los ovetenses recibían al colista de Primera División, hundido en su mala clasificación, y casi casi con el descenso a Segunda certificado. En la primera vuelta, Bango, canterano ovetense, adelantó a los de Gijón, pero la pareja goleadora Juanchi González y Dely Valdés le dieron la vuelta al partido, y los tres puntos a los de Óscar Tabárez.

Ya en el Carlos Tartiere, el Sporting no mejoró mucho su situación, y la historia se volvió a repetir en el estadio carbayón. Kaiku puso en ventaja a los hombres que dirigía Novoa nada más comenzar el partido en una falta lateral, pero poco después igualaría Dely Valdes. El panameño sería el protagonista del partido, cuando remacharía en el área pequeña de Ablanedo un saque de banda potente de Iván Ania, y le daría el triunfo al Oviedo ante su eterno rival.

Ninguno salió un buen partido de fútbol, en lo que fueron dos derbis asturianos broncos, de escaso ritmo, mucha trifulca, y poco juego. La escasa calidad del Sporting de Gijón en ataque solo podía hacer daño a los locales en el juego aéreo o las jugadas ensayadas, y el Oviedo se encomendaba al potencial goleador del panameño Julio César Dely Valdés y del uruguayo Juan González, una pareja que encandiló al Tartiere en aquellos años. De hecho, el ex del PSG hizo tres goles en los dos partidos aquella temporada, en un derbi que la Primera División sigue esperando con ansia.


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