Hubo una época en la que ver al Oviedo
y al Sporting caminar de la mano por la Primera División se
convirtió en algo frecuente. Desde entonces, el 15 de marzo de 1998
acogió el último derbi asturiano en Primera División, algo que ha
ocurrido en 20 ediciones ligueras, más otras seis en Segunda.
Porque Asturias merece el fútbol de
Primera División. Desgraciadamente, a día de hoy, dos históricos
de nuestro fútbol no atraviesan sus mejores momentos. Mientras el
Sporting de Gijón descendió a Segunda División recientemente, y
afronta el año del regreso a la Liga BBVA, el Real Oviedo, su rival
regional, no atraviesa un momento mejor. El Oviedo purga sus deudas y
sus penas en la categoría de bronce del fútbol español, la Segunda
B, un infierno que dura mucho para un club que llegó a jugar en la
Copa UEFA de la temporada 91/92.
Dos víveros históricos del fútbol
español
Tanto Mareo, la escuela del Sporting,
como El Requexón, la del Oviedo, acogen a varios jugadores que ahora
mismo están al máximo nivel internacional. David Villa, campeón
del Mundo y de Europa, criado en el Sporting; o Adrián López, Juan
Mata y Santi Cazorla, también campeones de Europa y surgidos desde
el fútbol base del Oviedo, representan los máximos ejemplos de
estas dos grandes canteras del fútbol nacional. Otros menos
conocidos, como Michu, José Ángel, Canella, Juan Muñiz o Alejandro
Menéndez, se abren hueco en el panorama futbolístico nacional, o
hasta internacional, como el caso de Michu, recién traspasado al
Swansea, o de Jose Ángel, actual jugador de la Roma.
Pero antes de ellos, hubo más
jugadores de procedencia asturiana, y símbolos de las dos canteras.
Luis Enrique, Abelardo (campeones olímpicos), Juanele, Ablanedo,
Manjarín o Quini y Maceda más antiguamente, símbolos históricos
la cantera de Mareo frente a Ricardo Bango, Mora, Oli, Antonio Rivas,
Cristóbal o Iván Ania. Las dos canteras han provisto al fútbol
español de grandes futbolistas, y han visitado la competición
europea, aunque sin gran gloria. El Oviedo alcanzó por única vez la
UEFA en la temporada de 1991/1992, en la que cayó eliminado en
primera ronda ante el Genoa. Ese mismo año, el Sporting jugaría
también la UEFA, y caería en segunda ronda ante el Steaua de
Bucarest. En la ronda anterior, los sportinguistas se deshacieron en
los penaltis del Partizan de Belgrado, tras remontar el 2-0 en El
Molinón.
Aquel mítico 1990/1991 para Asturias
El fútbol asturiano nunca conoció
mayor gloria para su fútbol que aquella temporada. Hace 21 años,
sportinguistas y oviedistas acabaron la temporada clasificándose
para competición europea, siendo quintos y sextos respectivamente.
Cada uno tuvo su propio camino hasta la clasificación para la Copa
de la UEFA de la siguiente temporada. Mientras el Sporting fue un
equipo alegre, que completó una racha final triunfal, cediendo 5
puntos de los últimos 20; el Oviedo fue pura roca defensiva, al que
costaba derrotar.
Aquel Sporting de Gijón era un equipo
alegre, distinto, muy ofensivo. Acabó la liga con 50 goles en 38
partidos, en unos números muy destacables, como cuarto máximo
realizador del torneo, por detrás de los tres primeros clasificados
aquella temporada. Aquel Sporting de Gijón derrotaría por 1-0 al
Barcelona en El Molinón, y tendría el honor de romper la racha de
imbatibilidad de Abel Resino, con un gol de Luis Enrique en el
Vicente Calderón. El quinto puesto, con 46 puntos, fue celebrado en
toda la ciudad como un hito, tras los gloriosos comienzos de los años
80 para el Sporting. Nunca más el sportinguismo estuvo tan cerca de
la cima.
El Oviedo tampoco estuvo muchas más
veces en los puestos nobles de la clasificación. Su buena campaña
le valió para terminar la temporada 6º, por detrás del Sporting,
con 42 puntos. A diferencia de los gijoneses, el Oviedo era un equipo
mucho más práctico y más duro, en el buen sentido de la palabra.
Un equipo sólido, en el que todos trabajaban por el colectivo, por
el bien del equipo. El empate a cero fue su resultado más repetido,
hasta en nueve ocasiones, aquella temporada, y mantuvo a raya a los
grandes. No cedió ninguna derrota ante FC Barcelona, Atlético o
Real Madrid, y venció a culés y rojiblancos en el Tartiere, para
culminar su primera clasificación europea. Aquel Oviedo fue el
quinto equipo con menos goles encajados. Incluso los dos derbis
asturianos terminaron con empate a cero aquel año.
Oviedo trata de resurgir de sus cenizas
El Real Oviedo quiso prolongar su estancia
en Primera División durante largos años, desde la temporada 88/89
hasta la 2000/2001, año en el que descendió de nuevo a la categoría
de plata española. A través de la presidencia de Eugenio Prieto, el
equipo ovetense completó una de sus épocas más largas en la
categoría de oro del fútbol español, pero las deudas ahogaron al
club, empujando al descenso en 2001, y al borde de la desaparición
en 2003, cuando tuvo que empezar en Tercera División su proyecto.
El equipo tardó dos años en ascender,
pero no logró mantener la categoría, y en 2007 descendió a Tercera
nuevamente. Tras el ascenso de 2009, el equipo asturiano se mantiene
en el oscuro desierto de la Segunda División B, buscando el momento
del soñado ascenso a Segunda División, que le devuelva en parte a
la élite del fútbol nacional. Los problemas con la presidencia de
Alberto González han dejado a la entidad en un vacío de poder que
ahora trata de corregir Toni Fidalgo, nuevo máximo accionista
ovetense. Ello, y la llegada del hijo pródigo del gol, Diego
Cervero, ilusionan a una parroquia que tendrá en el banquillo a un
histórico, Félix Sarriugarte, integrante de aquel gran Oviedo, para
conducir al equipo azulón al ascenso.
De momento, el amistoso de ayer contra
el Real Madrid devuelve al Oviedo el foco de atención por unos días.
Un histórico venido a menos, que ahora anda inmerso en la confección
de una nueva plantilla, que posiblemente contará con muchos
refuerzos del OviedoVetusta, filial de la entidad ovetense, en busca
de la ansiada vuelta a Segunda División.
Gijón, pasión por el fútbol
Gijón respira pasión por el fútbol y
por el Real Sporting de Gijón. La ciudad se engalana y viste de rojiblanco siempre,
apoyando a su equipo, orgullo de la ciudad costera asturiana. Los
bares, los balcones, los niños... todos lucen el color rojiblanco
del Sporting de Gijón, que devolvió la ilusión a todo el mundo
después de cuatro años mágicos en Primera División, donde se dio
lujos como ganar en el Santiago Bernabeu en la campaña 2010/2011,
con gol de Miguel De Las Cuevas.
Hoy, a pesar de que el equipo asturiano
tiene que afrontar la Segunda División de nuevo, la ilusión en la
ciudad por volver a Primera División es máxima. El Sporting se
refuerza, se mueve y busca en el mercado, consciente de que por
historia, tradición, y posiblemente por calidad, sea una de las
mejores de la nueva temporada en Liga Adelante, y nadie quiere que la
presión desborde a los rojiblancos y el sueño se trunque, como ya
ocurriera a partir de 1998, cuando diez años separaron a los de
Gijón de la Primera División española.
La ciudad de Jovellanos se viste con
carteles que anuncian “Nunca te dejaré, Sporting”. El lema es
significativo del amor del pueblo gijonés por su equipo de fútbol,
más allá del simple espectáculo del fútbol y de la pasión que
transmite. Gijón vibrá con el Sporting, y el Sporting es propiedad
de Gijón. La ciudad desea que llegue el día del regreso a la élite
del fútbol nacional, la vuelta a la Primera División, y a pesar del
descenso, nadie ha querido abandonar al Sporting, ni siquiera en días
tan tristes como la muerte de Manolo Preciado, uno de los símbolos
más recientes del sportinguismo, y el hombre que dirigió el último
ascenso a Primera de los rojiblancos.
1997/1998: Último derbi asturiano en
Primera
La temporada 1997/1998 acogió el
último derbi asturiano en Primera División entre ovetenses y
gijoneses. Después del 1-2 con el que el Oviedo se impuso en la
primera vuelta en El Molinón, los ovetenses recibían al colista de
Primera División, hundido en su mala clasificación, y casi casi con
el descenso a Segunda certificado. En la primera vuelta, Bango,
canterano ovetense, adelantó a los de Gijón, pero la pareja
goleadora Juanchi González y Dely Valdés le dieron la vuelta al
partido, y los tres puntos a los de Óscar Tabárez.
Ya en el Carlos Tartiere, el Sporting
no mejoró mucho su situación, y la historia se volvió a repetir en
el estadio carbayón. Kaiku puso en ventaja a los hombres que dirigía
Novoa nada más comenzar el partido en una falta lateral, pero poco
después igualaría Dely Valdes. El panameño sería el protagonista
del partido, cuando remacharía en el área pequeña de Ablanedo un
saque de banda potente de Iván Ania, y le daría el triunfo al
Oviedo ante su eterno rival.
Ninguno salió un buen partido de
fútbol, en lo que fueron dos derbis asturianos broncos, de escaso
ritmo, mucha trifulca, y poco juego. La escasa calidad del Sporting
de Gijón en ataque solo podía hacer daño a los locales en el juego
aéreo o las jugadas ensayadas, y el Oviedo se encomendaba al
potencial goleador del panameño Julio César Dely Valdés y del
uruguayo Juan González, una pareja que encandiló al Tartiere en
aquellos años. De hecho, el ex del PSG hizo tres goles en los dos
partidos aquella temporada, en un derbi que la Primera División
sigue esperando con ansia.
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