domingo, 8 de julio de 2012

Una semana de Tour

La primera semana de Tour nos ha dejado un escenario un tanto extraño para el ciclismo español. Con Contador cumpliendo su "sanción por dopaje", y nuestros primeras espadas tocadas por la mala suerte de las caídas. Rojas, Freire, Valverde y Samuel Sánchez han probado el amargo y duro sabor del asfalto, y sólo Valverde ha salido ileso de las posibles lesiones de las temidas caídas. Con Haimar Zubeldia, escudero de Frank Schleck y Andreas Klöden en RadioShak Nissan Trek, la pregunta es si al buen ciclista que es Haimar le quedan piernas para acometer la empresa de ser el líder de su formación ante la minutada que ya llevan de retraso los líderes "reales" del conjunto de Bruyneel.

El de Usúrbil está siendo el mejor de los españoles, mientras la lógica se cumple. Sky es el más fuerte, y con Boasson Hägen trabajando para Froome (2º de la Vuelta 2011) y Wiggins (máximo favorito junto a Evans), pero con 35 años, y un trabajo como gregario excelente durante su carrera en Euskaltel, Astaná, RadioShack y ahora RadioShack Nissan Trek, más allá de la responsabilidad que tenía en Euskaltel, cuando comenzó a dar sus primeros pasos en el ciclismo profesional y era la gran esperanza vasca junto a Iban Mayo. Y en un perfil donde se mueve bien, con las cronos dominando el perfil del libro de ruta ante la montaña, Zubeldia tiene su ocasión de hacer un buen papel.

Más allá del infortunio de las caídas, muy repetidas durante esta primera semana y que se han llevado por delante a muchos corredores, no sólo españoles, también a Mark Cavendish, aunque el británico no lamenta daños físicos más allá de las magulladuras, y a otros ciclistas de renombre en el pelotón. Aparte del lado duro de la bicicleta, el Tour de Francia deja un poso de lógica en su desarrollo. Sin Contador, ni Andy Schleck, ni un perfil que asuste por la alta montaña ni grandes finales en alto, los contrarrelojistas y llaneros solitarios están trabajando a destajo.

Con la crono de mañana entre Arc-de-Senans y Besançon, de 41,5 km, el Tour toma un cariz favorable a los Evans, Wiggins, Menchov, Taaramae... grandes contra el reloj, pero menos espectaculares cuando el terreno pica para arriba, lo más espectacular de este bello deporte. Mañana es la primera piedra de toque, antes de la jornada de descanso, para comenzar a enfilar el Macizo Central y los Alpes, donde esperan dos finales en alto, previos a la crono del sábado 21.

Si durante la semana hubo tiempo para que los grandes sprinters se lucieran, con Greipel, Sagan y Cavendish haciendo doblete en los finales del Tour. Sólo Cancellara en la prólogo de Lieja, y ayer Froome en la primera etapa montañosa de "Le Grand Bouclè" rompieron el dominio de las "volattas" en esta primera fase del Tour. Pero mañana todo promete cambiar y desatar grandes emociones de cara al desenlace final en los Campos Eliseos.

Los grandes especialistas afilan sus bicicletas, en busca de la posición perfecta, la cadencia correcta y el desarrollo idóneo para una contrarreloj larga y llana, propia de los especialistas, que tienen una gran ocasión para abrir brecha con los escaladores, antes de que llegue su terreno en los Alpes, y quizás recuperar gran parte del tiempo perdido. Wiggins puede salir reforzado en su liderato, o bien ver que otros ciclistas tuvieron un punto más que él, y tener que afrontar los Alpes con una actitud atacante, y no de conservar y marcar a los demás favoritos.

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