miércoles, 28 de septiembre de 2011

Yo, Claudio

Hubo un tiempo lejano en Italia, cuando era un vasto imperio, en el que había Emperadores (Imperator en Latín) para gobernar. Emperadores en los que sus tropas creían firmemente, sabios, convencidos de que aumentarían la grandeza de Roma. Más de dos mil años después, no es Roma la que se acoge al último de la estirpe de los Emperadores. Más bien la parte neroazurra de Milán acude a él, al Imperator Ranieri, último de la estirpe imperial y conquistador en Florencia, Valencia, Madrid, Londres, Turín...y en la mismísima Roma, para que devuelva al Inter la gloria eterna conquistada hace dos años en forma de títulos. Cinco concretamente en el año 2010.


Después del Expediente GaXperini, anclado en morir con su defensa de 3. Relegando a un papel secundario a hombres como Pazzini o Maicon, perdidos en el esquema del ex técnico del Genoa. E intentando acoplar a los Forlán, Zárate y compañía al estilo de juego interista, llegados a última hora a consecuencia de la salida del gran depredador del área Samuel Eto'o. Este Inter que no sabía lo que era ganar todavía en temporada oficial. Con Gasperini cayeron en la final de la Supercopa Italiana ante el Milán en Beijing, perdieron 2 de los 3 partidos de liga disputados, y cayeron en casa en la Champions frente al Trabzonspor. Resultados que obligaron tras la derrota en Novara a cerrar el Expediente GaXperini. Moratti, domine interista, se vio obligado a recurrir a la vieja guardia romana. Al Imperator Ranieri. Claudio ya conoce grandes equipos, ha hecho grandes conquistas en Hispania, en tiempos antiguos dirigiendo a las legiones valencianistas a un año de ensueño.

También ha estado en el primer año de la era Abramovich, llegado de las bárbaras tierras del este hacia la Gran Bretaña con millones de euros y sestercios para colocar al Chelsea entre los grandes dominios de Europa. Ranieri lo metió en Champions aquel año como cuarto clasificado de la Premier. Incluso la mismísima Roma pudo resplandecer de su mano, cuando osó discutir el poderío interista en el Calcio durante el año 2010. Le disputó el Scudetto hasta el final, perdió en la final de Coppa en el Olímpico de Roma ante el  mismo Inter. En Roma le guardan reverencia al Imperator Ranieri. No obstante, las campañas dirigidas al frente de Atlético de Madrid y Juventus demuestran que no todo ha sido fácil para Ranieri. Dos grandes clubes donde no pudo estar a la altura. Tampoco en su regreso a Hispania desde Bretaña, para volver a comandar al Valencia. Logró una pequeña gran victoria en la Galia frente a los lusos del Porto en la Supercopa de Europa, pero el equipo nunca logró funcionar como lo hizo al frente de los capitanes Mendieta, Piojo López, Farinós...

Ahora, con la legendaria legión interista que arrasó Europa no hace tantos enios, con Milito, Sneijder, Cambiasso, Stankovic, Maicon, Lucio, Chivu o Zanetti al mando, más los refuerzos de los legionarios Forlán, Zárate, Ranocchia, Pazzini, Nagatomo, Ricky Álvarez o Coutinho, este Inter debe levantar cabeza de la mano de Ranieri. Experto por conocedor de grandes batallas de la antigüedad, y capacitado por sus amplios conocimientos del terreno donde se mueve y de la forma de trabajar de sus legiones, el espíritu indomable, disciplinado, recio y contundente del nuevo Imperator de la Beneamata se hace necesario para levantar el ánimo tras las dos pequeñas victorias cosechadas en Bolonia y Moscú.

En un Calcio donde nadie está al 100% desde el comienzo, y nadie parece muy fiable por el momento, Ranieri tiene trabajo con el Inter, pero ya ha cambiado el chip de la plantilla, mucho más comprometida con las ideas del nuevo técnico. Pazzini vuelve a sentirse importante, tras ser condenado al destierro por Gasperini. Forlán y Zárate encontrarán acomodo cerca de Milito, mientras Sneijder será el comandante de las operaciones ofensivas del equipo italiano.

Ranieri no optará por grandes experimentos. Apostará por la línea de 4 clásica, con la titularidad para Maicon (cuando esté recuperado), Lucio, Ranocchia/Samuel, Yuto Nagatomo/Chivu. También contará la aportación de Jonathan para el lateral zurdo, y de hombres veteranos y curtidos como Iván Córdoba, o los jóvenes Crisetig o Faraoni para la defensa. En el medio, Ranieri optará por mantener a 2. Siempre a Cambiasso como eje del juego interista, enlazando defensa y ataque para evitar que el equipo se parta en dos, tendencia que acusó en muchas fases del año pasado, y muy habitualmente con Gasperini. Para acompañar al Cuchu, está Motta, está Stankovic, está Poli, está Zanetti... Rara vez el Inter apostará por jugar con bandas, ante la constante aparición de sus carrileros en posiciones avanzadas, por lo que Ranieri guarnecerá el centro con Motta y Stankovic. Zanetti contará con minutos. Veremos que sucede con Muntari, relegado al ostracismo por Gasperini, y al cual se le buscaba salida hasta última hora del mercado. Podría contar con minutos, y ya fue un hombre importante en la era Mourinho. La mano del Imperator luso aún se hace larga en los dominios del Meazza. Benítez puede dar fe de ello en Italia.

Si el Inter apuesta por jugar con bandas, la obviedad resulta que Sneijder es fijo en la media punta, la brujula neroazurra, imposible prescindir de él si está bien. Lógico que el holandés sea imprescindible, con su potencial por dentro para organizar juego y su golpeo de media distancia. También sus lanzamientos a balón parado son mortales de necesidad. Hacia los costados, para acompañar al ex Ajax y Real Madrid, podrían aparecer hombres como Castaignos, Coutinho, Joel Obi, Ricky Álvarez...o en caso de necesidad Zanetti, Stankovic, o adelantar la posición de Nagatomo hacia el puesto de interior zurdo. En punta, el cuarteto, el póker de ases con Zárate, Forlán, Pazzini y Milito. Se irán turnando.

Aunque con las bajas por lesión de Sneijder, Maicon y Stankovic, y la ausencia obligada de Forlán en la Champions, Ranieri no ha podido alinear al once de gala, y ha optado por no revolucionar al equipo. Ante Bolonia y CSKA optó por el clásico 1-4-4-2. Fijos en la zaga Lucio, Samuel, Chivu y Nagatomo. Fijos en la media Cambiasso y Zanetti, con Obi y Coutinho ante el Bolonia; y Obi y Álvarez ante el CSKA. En punta, Pazzini es inamovible, con Forlán acompañándole en Serie A y Milito fue ayer su pareja de baile en la Champions. El Inter aprovechó muy bien sus bandas, fue profundo por primera vez en todo el año, fue un equipo sólido por momentos y despistado el resto del tiempo. Y encontró la pegada que se le presupone a los 4 de arriba más la calidad de Sneijder y la majestuosidad de Lucio en sus testarazos. Con Ranieri en el banco, el brasileño ya lleva 2 de 2. Ojito que Lucio quiere dar mucha más guerra aún.

Y atención con este Inter, que aunque haya empezado mal la temporada, me parece la mejor plantilla de Italia, a pesar de que la Juve se haya reforzado muy bien y el Milán sea el campeón. Luego está el grupo de out siders con Roma, Lazio y Nápoles a la cabeza. Desde luego, una legión comandada por el Imperator Ranieri lleva escrita en la frente la palabra orden, espíritu, trabajo y sacrificio. Si Ranieri trabaja el aspecto mental y logra corregir esa tendencia interista a partirse en dos, buscando equilibrio en las parcelas ofensivas y defensivas, obligada por el carácter ofensivo y maratoniano de la mayoría dde sus jugadores titulares, el Inter tiene muchos ingredientes para volver a ser Campeón en Italia.


Once Tipo Inter Milán con Ranieri.

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