miércoles, 3 de agosto de 2011

Una sub 19 campeona y una sub 20 que lo busca

La selección sub 19 es Campeona de Europa de la categoría y completa la trilogía europea. Campeones de Europa en 2008, Campeones sub 21 en Dinamarca este año, y Campeones sub 19 en Rumanía el pasado lunes. España es la primera en lograr tal hito, para muchos un hito importante consecuencia del enorme trabajo del fútbol base nacional para lograr un fútbol de calidad en todas las edades y categorías.

Mirar los números del equipo durante los 5 partidos del torneo supone tener en cuenta que han hecho 16 goles, con Morata como máximo goleador del equipo y del torneo, con 6 goles. 3 partidos ganados con goleada y convicción de que han sido muy superiores a los rivales a los que se han enfrentado. La sub 19 nuestra es una de esas grandísimas generaciones con mezcla. Un sub 17 como Deulofeu, que ya acompañó a los sub 18 Alcácer, Ortolá, Jonás, Campaña y Juanmi el año pasado en Lietchtenstein en el Campeonato de Europa sub 17. Los Sarabia, Morata, Borja, Rubén Pardo, Miquel, Sergi Gómez y compañía...son la mayoría de futbolistas sub 19 que estuvieron en 2009 en Nigeria y que quedaron fuera del Europeo sub 17 por tres empates a cero en la fase de grupos. Otros de aquellos sub 19, cómo Isco, Sergi Roberto, Muniesa, Amat, Koke o Rafa Alcántara (que jugará con Brasil a partir de ahora) están participando en el Mundial sub 20 de Colombia.


Lo que me queda de este Europeo sub 19 es una selección española muy superior en un campeonato con mucho menos nivel que el año pasado. La sub 19 de Thiago, Canales, Oriol Romeu, Planas, Montoya, Koke, Pulido, Ezequiel Calvente, Pacheco...fue subcampeona enfrentándose a selecciones del nivel de Holanda, Inglaterra, Francia. Mucho más hechas que Bélgica (con Hazard, pero muy desasistido el del Lille, la categoría se le viene grande en un equipo no tan fuerte), Turquía, Irlanda, Serbia, Rumanía,Grecia... Incluso esta España "ha traicionado" a la absoluta y a la sub 21. Jugadores muy vérticales como Deulofeu, Morata, Sarabia, Juanmi le daban una velocidad de vértigo a España, muy superior en el juego al espacio y a la carrera a muchos equipos. Incluso en esa faceta de ataque sin miramientos, frontal, directo, vertiginoso...sería muy superior a la sub 21 y a la absoluta, más pacientes, más elaboradas, más de toque, construcción y esperar que aparezca el desajuste rival por movimiento de pelota que por velocidad de piernas y conducciones a altísimo ritmo. Sin embargo, la paúsa en esto del fútbol marca más la diferencia que correr.

Los mejores saben pararse, mirar, pensar, tocar y jugar. Y no se cansan de repetir esta simple operación. En España se necesitó eso en la final, avisada con el feo borrón que nadie recuerda del 3-0 ante Turquía (nos metimos los goles, dijimos). No hubo mínima intención de corregir esa actitud. Nos sentíamos superiores por nuestra velocidad y calidad diferencial. Pero llegó el momento que no marcamos en los 15 primeros minutos en la final, y no pudimos descontrolar ni descolocar al rival, paciente como la República Checa. Los checos hicieron su trabajo, esperar, poner tranquilidad, aprovechar que su ocasión llegaría. España jugaba un eterno minuto 90, colgando balones, corriendo a todos los ataques, haciendo todo demasiado vertical, mucho último pase sin destinatario, mucha ocasión marrada, mucho nerviosismo e imprecisión. Chequía nos metió el susto dos veces en el cuerpo. Primero Krejci. Nos metió en la prórroga Rubén Pardo y el desvío de Aurtenetxe. Deulofeu era el que quería cargar toda la responsabilidad en constantes uno contra uno, dos contra él, tres contra él. Forzar centros. Forzar penaltis, faltas laterales. Forzar córners. Demostró que tiene capacidad para desequilibrar y marcharse del que haga falta, pero no hizo nada efectivo. No pensó para nada en el colectivo, sólo en ser el héroe del choque. Y ese héroe hizo menos ruido y fue más efectivo. Cuando todos corrían, Rubén Pardo tocaba y tocaba. Y supo filtrar balones espectáculares, sobre todo el del tercer gol, el segundo de Alcácer, el que nos daba el título. Por ahí, también por la ausencia de los que ponían el toque en esta generación, Isco, Sergi Roberto y Koke, España jugó a lo que jugó, a correr y a ser endiablada. Menos mal que encontró su contrapunto a tiempo.


Curioso el cambio de roles en 2 años de muchos de estos jugadores. Mientras Morata era suplente en el Mundial de Nigeria, Borja era bota de oro del torneo. Ahora es Morata el titular, y Borja el suplente, lesión de rodilla de Borja y crecimiento de Morata mediante. Ambos en 2ºB han demostrado de lo que son capaces, de que tienen gran posibilidad de crecimiento. Muniain era titular con Sarabia. Yeray Ferragut estaba presente en la convocatoria como uno de los recambios en la portería de Edgar Badía. Rubén Pardo ni siquiera estaba en aquel Mundial, como tampoco estaba Carvajal, Miquel o Muñiz. Como ahora no están Carmona, Kamal, Celaya, Espinosa o Edu Ramos. Incluso un futbolista que tiene fama y recorrido, que apunta a jugador importante como Jesé Rodríguez no forma parte

Mientras esos tres, Isco, Sergi Roberto y Koke, la punta de lanza de la generación 92, está en Colombia, junto con Fernando Pacheco y Jordi Amat. Otros, como Muniesa o Dalmau están lesionados, a pesar de que iban a ir convocados al campeonato del Mundo sub 20. Los tres fueron titulares en el primer partido ante Costa Rica, y apuntan a la titularidad ante Ecuador esta noche. Isco forzó el penalti y marcó el penalti que cerraba el partido. Koke marcó el gol de la tranquilidad. Pero ambos, los tres, saben de la importancia que tienen en el equipo ante la ausencia de Canales por lesión. Son el motor del equipo, equilibran el juego, lo construyen, crean, inventan y todo pasa por sus pies en esta sub 20. España sufrío ante un equipo correoso e impreivisble como Costa Rica.

Esta noche Ecuador es más que Costa Rica. Más desorden, más correoso, más pegada y más calidad para la Tricolor. España no puede conformarse con dejar su calidad y su supuesta superioridad afuera del campo. Debe mostrar a los que seguimos este Mundial sub 20, por el que pocas cadenas televisivas españolas, por ser amable y no decir que ninguna ha apostado por el campeonato del Mundo sub 20 para retransmitirlo, a pesar del horario intempestivo en plenas vacaciones estivales de muchos españoles, lo que lanzaría las audiencias a buenos niveles de haber hecho una apuesta seria por ver una nueva generación de sucesores de la absoluta en funcionamiento, en busca de la segunda estrella en el pecho de la categoría tras la lograda por los Casillas, Xavi, Marchena y compañía en Nigeria. Debe demostrar España, retomando el hilo, que es una de las grandes favoritas del campeonato, junto con Brasil y Argentina, y las siempre fuertes selecciones africanas en la categoría. Con la debilitada Inglaterra, y la floja Francia, las apuestas europeas pasan por Portugal y los nuestros.

Ganar una competición para los sudamericanos a los europeos siempre les supone un fuerte atractivo. Su pique por demostrar que son mejores, y sobre todo en su casa, es latente. Quieren demostrar que están a la altura de la vieja Europa, y que con sus limitaciones, la logran superar. En una competición juvenil, más aún. La fogosidad de muchos de estos jugadores marca un campeonato de mucha intensidad y hasta el momento de buena calidad. Según se acerque el final, el campeonato crecerá mucho más. Interesante seguir las evoluciones de este Mundial sub 20.

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