martes, 7 de febrero de 2012

565 días después

565 días después, se te condena por "supuestamente haber ingerido complementos alimenticos contaminados". Así se puede resumir el caso Contador, que empezó el 30 de septiembre de 2010, con su filtración, y acaba de escribir hoy su último capítulo, aunque no es el final de la historia.

La historia comienza con la rueda de prensa de Alberto Contador anunciando la apertura de expediente por positivo, su propuesta de sanción de un año, su absolución por la RFEC, el recurso de UCI y AMA ante el TAS, los retrasos de la resolución de un caso que UCI prometió que tardaría apenas un mes en resolverse y se ha dilatado 19 meses (565 días), con un fallo sorprendente.

Cierto es que el TAS se ha acogido al famoso "Principio de Responsabilidad Objetiva", consistente en que el deportista es responsable de toda sustancia que aparece en su cuerpo. El clembuterol está ahí, es un hecho. Pero ese principio se salta un principio jurídico básico como es el de la voluntariedad del acto para considerarlo como un hecho jurídico pleno, y por tanto, un hecho punible. Si la sentencia descarta la teoría del filete de carne contaminado y también la transfusión sanguínea, ¿cómo puede basar la sentencia en la sospecha de que el clembuterol fue ingerido por una contaminación alimenticia? ¿Acaso no se da cuenta del perjuicio que sería para las empresas fabricantes de barritas energéticas esta mala publicidad? ¿Quién fue el encargado de suministrar esas barritas? ¿Y si las barritas estaban contaminadas, porque no las retiró el fabricante inmediatamente?

Estas mismas preguntas se pueden reformular en este sentido ¿Por qué en el deporte se juzga en base a la presunción de culpabilidad? ¿Por qué no se respeta la presunción de inocencia? ¿Tan difícil es demostrar como llegó hasta ahí el clembuterol? Y esto son sólo preguntas que me hago y me planteo vista la punta del iceberg que acarrea una sentencia tan contradictoria y polémica como la del caso Contador. Es una pena que tenga que manchar mi blog con un tema extradeportivo como el dopaje. Pero también es de justicia clamar contra una decisión injusta y sin sentido.

1 - La tardanza

La tardanza en el dictamen de la sentencia no es más que la prueba más verídica de que el caso era complejo, de una resolución dificilísima. Y que el propio caso ha desbordado al mismo TAS, que no ha sabido por donde coger el toro que tenía que lidiar. Por eso un caso que debería haber quedado resuelto en "un mes como mucho", en palabras del pinteño, queda resuelto el 6 de febrero de 2012, 18 meses después de su puesta en conocimiento a la opinión pública.

Tanta demora en el proceso ha permitido ver a Contador competir durante todo 2011 y este primer mes de 2012. Contador que ha ganado Vuelta a Murcia, Volta a Catalunya, Giro d'Italia 2011 y varias etapas, ve como pierde esos resultados conseguidos legalmente. También pierde las dos victorias conseguidas recientemente en el Tour de San Luis, en Argentina. ¿Y entonces para qué una sanción retroactiva? ¿Para qué sirve el famoso pasaporte biológico de los deportistas? ¿No recoge todos los controles realizados a un deportista, tanto en competición como fuera de ella? ¿Y los famosos vampiros? ¿Ya nadie se acuerda de que van a cualquier hora a despertar a deportistas altamente exigidos y exprimidos, y los sacan de la cama a traición para una meada o un pinchazo? Es un tema denigrante para el ciclista, pero no es todo son las etapas y victorias.



No son las victorias que le arrebatan por el camino. Es su imagen, la de Contador, la del escalador alegre que sube como un tiro y gana con esa cadencia tan bonita de ver, la que se mancha, y se ha oscurecido bajo la sombra de la sospecha en este año y medio largo. El número 1 del mundo salpicado por un supuesto dopaje, al igual que echaron a Rasmussen sin motivo del Tour de 2007 (el motivo era faltar a un control antidoping durante sus vacaciones), a Valverde, a Mosquera... Positivos nunca ocurridos. SANCIONADOS IPSO FACTO. No conviene mezclar asuntos, pero no es el primer precedente el del madrileño, y si todo sigue así, no será el último sancionado a la carta por el triunvirato UCI - AMA - TAS. Ya tuvo que salir Contador a desmentir informaciones tras ganar su primer Tour, y ya se le privó de correr el Tour de 2008 por una sanción a Astaná por positivo de Vinokourov en el Tour de 2007. No es la primera vez que se le tiene a tiro a Contador.
Un superhombre sólo podría competir y rendir en tales condiciones de incertidumbre, de desconcentración psicológica, y un fuerte desgaste en el proceso judicial a muchos niveles. Y sometido a todo tipo de controles antidopaje y de vigilancia, ninguno de sus resultados ha sido anómalo, lo que oscurece aún más la sentencia del TAS. No es el típico caso de control + positivo + contraanálisis + positivo + sanción de dos años por dopaje. Es algo mucho más complejo a todos los niveles, en los que el TAS ha perdido toda su credibilidad como órgano máximo de la justicia deportiva, que ya estaba en entredicho por muchas otras cuestiones. Al fin y al cabo, un Tribunal creado por las federaciones deportivas internacionales se debe a sus fundadores y benefactores principales, las propias federaciones.

2 - El dictamen

Sanción injusta a todas luces. E incomprensible. Sanción con efectos retroactivos, que le desposee de sus resultados conseguidos a partir del día en el que el control antidoping da positivo. Y se le permitirá correr a partir del 6 de agosto de 2012. Se pierde el Tour, el Giro y los Juegos Olímpicos, pero correrá la Vuelta a España de este año. Nadie del mundo del Ciclismo comprende porque se sanciona a Alberto Contador por la presencia de clembuterol en sangre en 50 picogramos, una cantidad que defienden muchos médicos especializados que no aumenta el rendimiento deportivo de nadie. Y que la sanción se base en la simple sospecha de que el clembuterol tuvo que llegar de alguna manera (cierto es que se trata de una sustancia artificial) Tampoco se entiende porque se le ha permitido competir durante este tiempo si había indicios para poder sancionarle. Realmente, no hay por donde se tiene esto.

Si la intención de la UCI, AMA y TAS era la de aprovechar la duda creada sobre un gran deportista y un gran campeón para imponer un castigo ejemplarizante que eliminara de raíz el problema del dopaje; el tiro les salió por la culata. No sólo no consiguen ejemplarizar al deporte, si no que se han puesto en entredicho todos los cimientos en los que se basa la justicia deportiva. Nadie querría ser juzgado con una prueba que demuestra la posibilidad de cometer una falta o delito, pero que no concluye si se ha cometido el delito. Sin embargo, hay muchas personas con la sangre fría de acusarlo de dopaje sólo por el hecho de la presencia del clembuterol. Me gustaría verlos en su lugar, juzgados por la sociedad por un posible delito no probado. Sí el motivo principal de la sanción es la posibilidad de la ingesta de un suplemento alimenticio contaminado, se elimina de un plumazo la presunción de inocencia que predomina en la justicia, y la credibilidad de la justicia deportiva con una decisión basada en conjeturas. De hecho, se elimina la voluntariedad del hecho juzgado, porque no creo que nadie en su sano juicio quiera una diarrea o tomar algo intoxicado por ganar un Tour de Francia. El propio TAS admitió la prueba del polígrafo a la que sometió en mayo a Contador, algo que reforzaba la declaración de inocencia de Contador, en los términos actuales de la justicia deportiva.

3 - Consecuencias

La resolución del TAS deja varias conclusiones graves:

Deportivas - ¿Sacó Alberto Contador rendimiento deportivo del clembuterol encontrado en su sangre? ¿Acaso no ganó aquel Tour por un tubular que se le rompió a Andy Schleck, y sólo por ese detalle pudo distanciarse del luxemburgués para abrir brecha?



¿Deben los ciclistas admitir que son los conejillos de indias que siempre pagan los platos rotos del dopaje? ¿Deben admitir que se les trate de forma distinta a la de cualquier otro ordenamiento jurídico de un Estado de Derecho? ¿Deben aceptar que son culpables desde el mismo momento en el que encuentran una sustancia prohibida en su cuerpo, sin probar el origen de esa sustancia? ¿Por qué FIFA pasó por alto esto, y la UCI lo castiga tan duramente? A eso yo lo llamo agravio comparativo:


Legales - Cómo ya he expuesto. El tema de sancionar a un deportista por una sospecha de ingesta es peligroso. Pero hacerlo bajo la frase, en un mundo jurídico donde las frases y expresiones se cuidan al detalle, "supuestamente por un suplemento alimenticio contaminado", roza lo paranormal, e incluso atraviesa los límites de lo delirante. No se ajusta a ninguna normativa legal, el hecho de juzgar a alguien por una sospecha, y lo considero más propio de una caza de verduleras de pueblo, que querían dar ejemplo de mala manera, poco procupados por el daño que hacen al deporte por el que supuestamente "trabajan por su bien", más que de hacer bien las cosas. Las normas son las que son. Sí, efectivamente. Nos hemos dado cuenta todos, y están para cumplirlas. Pero el hecho de que sean las normas, ¿las hace intocables? ¿las normas están bien sólo por su categoría de mandato? ¿las normas no pueden cuestionarse en un determinado momento?

Si hay que sancionar a alguien, prefiero que sea por un motivo consolidado, bien estructurado, y con una base jurídica con fundamento y sostenible. Se llame Pepito, Juanito o Manolito, pero si hay que hacerlo que sea bien hecho, y no esta chapuza. Esto no deja de ser una chapuza administrativa de primera magnitud.

4 - Soy un amante del ciclismo

Me encanta el ciclismo. Lo sigo desde niño, desde que Induraín subía las cuestas francesas cuando yo tenía 2-3 años. No más. Aquellas tardes de verano con mi abuelo pegado a la tele por ver las etapas del Tour y de La Vuelta a España. Aquel primer lamento cuando Indurain falló vestido de rojo en uan crono del Giro d'Italia del 94. Un niño de 10 años no entendía porque ocurría el caso Festina, que era aquello, que suponía para el ciclismo. He visto ganar a los más grandes. Cipollini, Zabel, Rominger, Zülle, Jalabert, Bugno, Chiapucci... me apasionaba el gran Virenque del 94, que hizo temblar en Luz Ardiden a Indurain. Aquella exhibición de Ullrich en el Tour del 97'. Las arrancadas del Chava, la plasticidad subiendo de Heras o Escartín. El martillo pilón de Armstrong en sus siete Tours. Las volattas entre McEwen, Zabel o Freire. La inteligencia de Bettini, Boogerd, o Gilbert en las clásicas. La veteranía de Serrano, de los hermanos Osa, de Arrieta, de Chente García Acosta, de Beltrán, de Hincapie... Muchos grandes sobre la bicicleta que cada vez que hay un caso así, se les escupe a la cara y a la cara del deporte que representan. No es el primer ciclista al que se maltrata con el dopaje. Rasmussen por faltar a un control antidopaje fue retirado del Tour de 2007, como ya dije anteriormente. Y esto parece que es más una caza de brujas que una lucha antidopaje seria.

Pero un universitario de 24 años ha visto muchos casos de dopaje desde entonces. Ha visto como la UCI ha ido dando palos de ciego en la lucha contra el dopaje, algo racional y lógico, que debería ser extensible a todos los deportes, y no deberían ser sólo los ciclistas los que paguen el pato roto de los fallos y tramposos que hay en todos los deportes. En fútbol, baloncesto, tenis, atletismo... En cualquier deporte hemos visto miles de casos de dopaje que han ido minando el deporte profesional. En otros deportes vemos como el dopaje es conocido y está permitido a cualquier nivel o instancia, como la NBA o NFL por ejemplo. Y se permite sin ningún tipo de pudor.

¿Por qué es el ciclismo el que recibe humillantes puñaladas traperas de toda la sociedad? ¿Por qué se permite, en un deporte que encierra mística, leyenda, que cuenta historias de héroes al límite? ¿Por qué se mantiene una normativa antidopaje obsoleta, mal encarada? ¿Por qué hay que humillar tanto este deporte?  ¿Por qué no se le respeta? No lo entiendo. ¿Por qué?

P.D. - Las imágenes dicen todo sobre la belleza de este deporte. Que los dirigentes jamás logren empañar esa belleza del ciclista en plena competición.

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