martes, 8 de enero de 2013

Cuando el fútbol comienza a ser individual...

"...independientemente de títulos y victorias, ese tío (por Messi) es el mejor del mundo y de la historia". Cito un juicio de opinión taxativo, imperativo y casi vestido de la máxima autoridad del fútbol mundial en este siglo XXI. Una frase que puede ser de cualquiera. Es el mejor de su tiempo, indudablemente. Es más discutible que sea el mejor de la historia o el mejor de este año. Eso queda abierto a pareceres y al debate. Y cerrar un debate con verdades absolutas basadas en opiniones nunca ha sido lo más inteligente ni lo más juicioso. Pero cuando todo el fútbol se engalana en torno a una reunión en la que se premia al mejor jugador del mundo y al mejor entrenador, y no hay una mención al mejor equipo del año, porque al fin y al cabo esto es un juego colectivo, donde lo que más vale, y así lo reconoce el 100% de los profesionales, el prestigio lo dan los títulos colectivos, y cuando no es así el fútbol pierde su credibilidad y se aleja de su esencia lejos del terreno de juego.

Cuando la prensa debate todo el año entre Cristiano, campeón de liga, y Messi, recordman goleador; el trabajo de los demás queda sepultado. Da igual que hayas fallado un penalti en el momento decisivo de la temporada, da igual si en el torneo cumbre del año no has sido el más destacado, incluso se pasa por encima que los títulos, la mayor exaltación del colectivo y de la demostración de que en el fútbol son 11, y no 1, los que juegan, no han llegado en la cantidad ni la calidad deseada. Sólo basta con meter goles, no vale ya con salvarlos, o crear fútbol de calidad.

No importa que hayas brillado en la liga de tu equipo y hayas sido el portero menos goleado de la Eurocopa (Casillas). Tampoco vale ser el mejor futbolista del campeón italiano, y el más brillante del subcampeón de Europa por naciones, aunque no hayas tenido tu mejor final (Pirlo). Otros, levantando a un equipo muerto en febrero, y llevándolo con sus galones y sus goles a la mayor gesta de su historia, tumbando al campeón de 2011, y ganando bien, aunque con fortuna, con un equipo abandonado/abocado a defender y cazar una contra (Drogba), les vale para estar entre los finalistas.

Tampoco basta con ser 'Il Metrónomo' de la mejor selección de Europa y del mundo, y del club que mejor fútbol practica sobre el césped (Xavi). Ni con haber hecho un año excepcional (Cech). Tampoco te valorarán ser campeón de Europa League, Supercopa de Europa, pichichi de la segunda competición continental, MVP de la Supercopa, deseado por media Europa y jugar en un equipo que aspira a entrar en el grupo de out-siders a la Champions, si se gestiona bien (Falcao). Ni siquiera vale ser un pequeño mago que nunca juega mal. Cuando juega bien, se nota, y cuando juega mejor, se le nota más. Por eso ha sido el mejor para la UEFA en el año y en la Eurocopa, aparte del MVP de la final (Iniesta).

Pero hemos visto casos más flagrantes en pos del beneficio al debate Cristiano - Messi. Cuando Wesley Sneijder fue campeón de Liga, de copa y de Europa, "se cargó a Brasil" en cuartos de final de un mundial, y llevó a su selección a estar rozando la Copa del Mundo en Sudáfrica, ni siquiera entró en la terna de finalistas. Forlán, campeón de Europa League, pichichi del torneo junto a Villa y Müller, y MVP del Mundial, tampoco estuvo en esa terna de finalistas al mejor futbolista de 2010. Quizás a FIFA no le vendía bien entregar su primer balón de oro sin los dos gigantes del fútbol mundial. Quizás ya todos sabemos que esto es puro marketing alejado de lo que pasa en el campo. Independientemente de lo que pase en el campo, Messi y Cristiano estarán por encima de los demás en esta votación porque son los mejores del planeta y porque venden muy bien, salvo bajonazo de Cristiano en 2010.

Clarificar que criterio vale en la elección

¿Qué es lo que vale en esta votación? ¿Cuál es el criterio que siguen seleccionadores, capitanes de selección y periodistas? ¿Eligen al mejor del año en base a su propio criterio personal o con números, títulos y méritos en la mano? ¿Basta un récord de goles, por grande que sea, para elegir al mejor del año? ¿Se repetiría el caso si el estratosférico récord pudiera ser batido en el futuro por otro futbolista? ¿Merece la pena elegir a Messi este año? ¿Le hace un favor al fútbol encumbrarlo en un año donde Messi ha hecho una friolera de goles, pero no han sido tan determinantes como en 2009 o 2011? ¿Daríamos el Balón de Oro a un portero capaz de encajar los menos goles posibles a lo largo de un año?

Estaría bien por parte de la FIFA, de los propios capitanes y seleccionadores nacionales, y de los periodistas que votan, saber a que criterios se encomiendan en sus elecciones, para evitar llegar a ciertos debates absurdos, y salir de la confusión de por qué Sneijder en 2010, o Drogba y Casillas en 2012 se han quedado sin estar entre los tres finalistas al galardón con muchos méritos más que alguno de los finalistas.

Maradona y Pelé nunca lo ganaron

Se resta mucha importancia al hecho de que Messi nunca haya alcanzado pasar de cuartos de final en los dos mundiales que ha disputado hasta la fecha. Todo el mundo apunta a que el Mundial de Leo será el de 2014, disputado en Brasil, aunque aún queda mucho y nadie sabe lo que puede pasar de aquí a año y medio vista. 18 meses muy largos para la competición que encumbra a los mejores del planeta y de la historia.

Pocos grandes de verdad no tuvieron un papel destacado en una Copa del Mundo, más allá de ganar el torneo o no. Pero el hecho de menospreciar la falta de una Copa del Mundo, el sueño de toda persona amante del fútbol, en el palmarés del mejor futbolista del momento, es cuanto menos, insultante para los que sí la han ganado. A nadie, salvo a Messi, se le ha perdonado una mala Copa del Mundo. 

Bien lo sabe Ronaldinho en 2006, después de encumbrarse con un año magnífico en Barcelona y un pésimo campeonato en Alemania; u Oliver Kahn en 2002, con una temporada soberbia que empañó su "fallo" en la final del Mundial. También lo sabe bien el gran Ronaldo 'O fenómeno'. Arrastrando dos graves lesiones de rodilla, consiguió recuperar el tono físico y la puesta a punto en la recta final de la temporada 2001/2002, lo que le llevó a Corea y Japón, conquistó el pichichi del torneo con 8 goles en el Mundial, y fue campeón, además de anotar un doblete en la final. Son ejemplos de como ser el mejor casi todo el año, y en el momento clave hundirte; o en el caso contrario está Ronaldo, casi inadvertido en el panorama hasta el momento clave.

Con estos ejemplos en los últimos años, restar importancia al gran lunar de Leo no se puede permitir, porque supone el menosprecio más barato y directo a la competición cumbre del "deporte rey". No hay nadie en el mundo del fútbol que no quiera jugar una Copa del Mundo, despuntar allí, firmar una gran actuación y levantar al cielo el dorado trofeo. No hay por qué menospreciar a Leo por no tener un Mundial, porque otros grandes jugadores de la historia no pueden tenerlo en sus vitrinas ni lo tendran. Di Stéfano, Socrates, Zico, Roberto Baggio, Cruyff, Platini o Laudrup son los claros ejemplos del respeto que se tienen a los grandes futbolistas que fueron, pero siempre estarán un escalón por debajo de aquellos que lo lograron, bajo mi punto de vista. 

Mirar la larga lista de campeones del mundo, y ver tantos nombres ilustres hace pensar que sería muy difícil que Leo no lo lograra, pero hasta que no inscriba su nombre en el selecto club, es muy difícil, para mí, llamarle el mejor de la historia. Hombres como Maradona y Pelé nunca obtuvieron durante su carrera el galardón de France Football, que hasta 1994 sólo contaba entre sus elegidos a los mejores futbolistas europeos. Obviamente, Maradona y Pelé tuvieron sus respectivos galardones individuales en su continente y sus países, pero nunca este renombrado galardón, y ello no desmerece al hombre que llevó a Argentina a su última Copa del Mundo hace más de 25 años, o a uno de los pocos tricampeones mundiales de la historia del fútbol, si no el único.

Cuando un deporte colectivo se convierte en una lucha individual

Cuando sólo se mira el número de goles, o sólo se valora el comportamiento individualizado, sin relacionarlo al rendimiento colectivo, el fútbol sale perdiendo. Cuando esto ocurre, el fútbol es de peor calidad y se valora de mala manera. Y lo que es peor, el fútbol se muere. En un deporte como el fútbol, donde todos son importantes para lograr victorias y títulos, cada cual tiene su misión. Un colectivo de once, más los reservas, nunca puede aspirar a ser grande si no hay un colectivo donde todos cumplan las normas, y realicen sus tareas concorde al plan establecido con el objetivo definido, ganar el próximo partido.

Si la prensa vende el debate entre Messi - Cristiano, vende una lucha entre dos egos en la cumbre. Si el fútbol pasa a ser un deporte donde uno está por encima del resto en su equipo, y no cumple sus funciones, pasa a ser una demostración de vanidad, de egoismo, de individualidad que no puede ser permitida por ningún entrenador en su juicio cabal. Desterrar ese complejo de la prensa de vender actitudes individuales y personalizadas de los futbolistas, por empezar a plantear el fútbol como lo que es, un deporte colectivo, y vender las bondades de lo colectivo por delante de debates entre gustos y pareceres conducirá al fútbol a un lugar mejor y más asentado en la cumbre de la sociedad como referente de ocio y divertimento, y no en un lugar para la violencia y la discusión "a grito pelado".

Si se trata de ensalzar el producto, ensalcemos el juego y sus virtudes. Devolvamos lo que pasa en los campos de juego a la primera plana. Basta ya de mirar si Messi marca dos, Cristiano tres, y Falcao "se pica" y marca otros tantos. Paren de hablar del Balón de Oro como si fuera la gallina de los huevos de oro. Un día, Messi y Cristiano no estarán sobre el césped, y el fútbol seguirá siendo fútbol, con otros ídolos, otros grandes jugadores, y otros cracks, y puede que un futuro no muy lejano, volvamos a ver a un grupo de futbolistas capaz de pelear cuerpo a cuerpo liderando a sus equipos por ser los mejores del mundo, y capaces de superar cualquier registro existente. De momento, no sólo disfrutemos de Messi y Cristiano, hagámoslo también de los que los acompañan y les ayudan a que su brillo sea más fuerte e intenso. Disfrutemos de los 22 sobre un verde tapete, y luego entremos a valorar quién nos gusta más, y quién menos. Sobre todo, porque a Messi y a Cristiano les podemos pedir más que lo visto en este 2012.

Sin embargo, ya ha empezado el debate por el de 2013

Aún sin tiempo para digerir el cuarto Balón de Oro del rosarino, el mundo ya mira hacia 2013. Sin tiempo para la reflexión ni para el análisis de los merecimientos del ganador, ya pensamos en otorgarle el quinto. Las casas de apuestas ya han abierto la veda para las apuestas por el próximo galardonado, y la prensa especializada mantendrá viva la llama de un debate sobre reyes en un deporte de reinos. 

Y es que, en el ajedrez como en el fútbol, ya lo describió Paul Morphy, genio norteamericano del ajedrez: "El peón es el instrumento más importante de la victoria" o "El rey es la pieza más débil". En el fútbol, Messi no sería nada sin Busquets, ni Cristiano sin Alonso.

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