martes, 8 de mayo de 2012

La inquebrantable fe de este Atlético de Madrid

Hay Atlético de Madrid mientras el Cholo Simeone maneje los hilos del vestuario. Mejor dicho, mientras le dejen trabajar con tiempo, con la plantilla, y con paciencia. El mismo material que Manzano manejó, y dejó con 19 puntos en liga de 48 posibles, eliminado por el Albacete en la Copa del Rey, y clasificado sin sufrimiento para los dieciseisavos de la Europa League, es el mismo material de la primera vuelta, que ha logrado  escribir otra brillante página de la larga y triunfal historia rojiblanca; mal que les pese a algunos reconocerlo, mal que lleven algunos el estigma de "Pupas" que colocó Vicente Calderón a la entidad.

El Atlético de Madrid ahora cree. Cree en sus posibilidades. Cree en su estilo. Cree en su juego. Y eso es algo que se agradece en todos los aspectos. Hay respuesta desde el banquillo, algo que con Manzano era más difícil de encontrar. Hay varios planes, el equipo cambia la cara y maneja varios registros, y muchas de las piezas cuestionadas anteriormente han subido el rendimiento varios enteros, dando como resultado que el Atlético pelee por la Champions League todavía, aunque no depende de si mismo en la jornada final.

Mientras tanto, la fe es lo que mueve montañas, en especial a este Atlético de Madrid. Se le ha visto en ocasiones muy difíciles desde que ha llegado el Cholo Simeone al banquillo. Cinco jornadas sin ganar, desde Pamplona hasta el Granada en casa. Los últimos empates ante la Real Sociedad y el Betis, con un equipo que ganaba el partido en los últimos 10 minutos, y al que se le escaparon cuatro puntos que hoy le tendrían por encima del Málaga. También los famosos puntos de El Sardinero y El Molinón, donde el equipo mereció más.

Pero este equipo ha sumado 34 puntos de los últimos 63 puntos. Más de la mitad para colocarse en esta situación donde el equipo aún puede asomar la cabeza entre los cuatro primeros puestos. Victoria muy trabajada y muy importante ante el Málaga. Un equipo malacitano que dominó el partido en su primer tiempo, que pudo hacerle un traje al Atlético de Madrid en los primeros 45 minutos.Indiscriminadamente, las mejores ocasiones caían entre los tres mediapuntas, Isco, Joaquín y Eliseu, más Cazorla en labores de creación. Rondón era un incordio para Miranda y Godín, y el Atlético perdía la pelota constantemente ante la buena labor malaguista en la presión de la salida rojiblanca.

La mala imagen se corrigió en el descanso, y el Atlético se convirtió de nuevo en ese equipo temible que asoma de vez en cuando desde que llegara Simeone. Orden, presión, llegadas por fuera, mucho balón desde los costados, la tremenda movilidad de Adrián, un centro del campo que responde cuando se le exige, con dos laterales enormes en el aspecto ofensivo, y muy trabajadores cuando tocaba recuperar la pelota. Por ahí el Atlético comenzó a ganar el partido. Un fallo de Pellegrini, que tardó en reaccionar para anular un cambio en un córner, y entre el árbitro y el cuarto árbitro se hicieron ellos el lío, que benefició al Atlético en el gol de Koke, en el rechace de un córner que Joaquín defiende mal en la zona de la frontal del área.

Otro balón muy mal defendido por el Málaga, que de un balón largo de Courtois a Adrián se convirtió en un pase que sorprendió a toda la defensa malaguista, que no atacó el primer bote, y el campo rápido favoreció la carrera de Adrián, que ante Kameni, cruzó al palo largo, engañando al camerunés y dándole la vuelta a un partido crucial para el Atlético, que aún confía en lograr el pase a la Liga de Campeones, previa ayuda del Sporting de Gijón, que tendrá que puntuar en La Rosaleda, y ver que el Atlético gana en El Madrigal para que los rojiblancos vayan a la previa de la máxima competicióin continental.

La fe, el motor de este equipo

Este equipo, que ya tiene que pensar en Bucarest, le mueve la fe en lo que hace. Hace mucho tiempo que no se vio un grupo tan comprometido y unido en el Calderón. Le han podido ir las cosas mejor o peor en varios tramos de la temporada, conseguir mejores o peores resultados, pero el equipo reaccionó a tiempo con el cambio en el cuerpo técnico, y ahora ese equipo que veía la Champions lejana, aún está a tiempo de lograr lo que sería toda una machada. Es muy coomplicado, pero sus opciones tiene.


Partidos como la ida de la semifinal europea ante el Valencia, la eliminatoria ante el Hannover, o la fuerza mental de un equipo que empató en el último minuto al Betis, cuando le habían robado la tostada, amen de que ha reaccionado en casi todos los partidos que ha ido perdiendo, e hizo méritos para tener algo que llevarse a la boca, salvo ante el Levante y el Real Madrid, donde el equipo no dejó las mismas sensaciones de solidez e intensidad que dejado en muchos partidos anteriores.

Ya no hay cansancio posible

Durante febrero y parte de marzo, al equipo se le acusó de cansancio, de falta de chispa. Demasiado pronto para que el cansancio existiera en las piernas de los jugadores del Atlético de Madrid, aunque muchos de ellos han tenido una temporada muy larga, llena de compromisos con el club y con sus selecciones, y donde las rotaciones no han sido siempre posibles. Pero el buen rendimiento de algunos suplentes con Manzano, como Salvio, Juanfran o Tiago, practicamente inéditos con Manzano, han podido dar al Atlético de Madrid alas para estar donde está.

Ya no sólo por la pelea en Champions League hasta la última jornada, independientemente de que se logre o no. Es que el miércoles el Atlético está ante su tercera final europea en dos años. Una oportunidad histórica para el Atlético de Madrid, que buscará con todo lo que tiene su segunda Europa League, que le permitiría igualar en el palmarés de la competición a su máximo rival, el Real Madrid, algo que sin duda no dejarán pasar por alto ninguno de los aficionados rojiblancos, que vibrarán con su equipo para llevarlo a iluminar de nuevo Europa.

Al Atlético le queda un tramo final de temporada de dos partidos que le pondrán la nota final a la temporada, que de momento es un aprobado general. La consecución de uno de los dos objetivos subiría la nota al notable. Lograr los dos, sería de sobresaliente para una plantilla que necesitaba refuerzos en enero, y se encontró con una negativa que empujó al Cholo a tirar de inventiva, de mirar a la cantera para completar convocatorias, más que para disputar minutos reales de juego, y de no quejarse en ningún momento de esa misma falta de refuerzos para el Atlético de Madrid.

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