domingo, 24 de febrero de 2013

Espanyol en buena racha, peligro seguro para el Atlético


El Espanyol no es un equipo cómodo precisamente para el Atlético. A pesar de que en el balance histórico, el Atlético presenta buenos números ante el Espanyol; en los últimos años el equipo espanyolista ha puesto en más de un aprieto a los colchoneros, y ha logrado sacar los puntos del recinto colchonero. Y es que desde el regreso de los colchoneros a la Primera División, los espanyolistas han logrado vencer en tres ocasiones, y empatar en otras tres ocasiones en diez duelos desde la temporada 2002/2003.

Ahora, el Espanyol llega lanzado al Calderón, con una racha de seis partidos invicto, con cinco victorias y un empate que lo han alejado de la zona de descenso de la Liga BBVA. Una situación que ya se ha dado en otros años cuando los blanquiazules visitaban el Vicente Calderón. Ya sucedió en la temporada 97/98 y en la 98/99, cuando arribaron en la Ribera del Manzanares en una buena racha de partidos sin perder.

97/98: la primera, con goles de Kiko en propia puerta, y Galca

Llegaba el Espanyol al Calderón con tres victorias y cuatro empates en las siete primeras jornadas de la temporada. El Atlético venía con un buen arranque liguero también, y se presentaba un partido en la cumbre, que sacó adelante el Espanyol de José Antonio Camacho. Fue un partido cerrado, donde el Espanyol tuvo pocas ocasiones, pero supo frenar a un Atlético en el que el arsenal ofensivo era importante con Vieri, Kiko, Juninho, Pantic, Caminero, y Lardín; entre otros, en el comienzo de la caída del proyecto de Radomir Antic al frente del Atlético de Madrid.

Primero, con un gol de Kiko en propia puerta, ante el que Molina no pudo hacer nada, en el minuto 11' adelantaba a los pericos en el feudo rojiblanco. Los de Camacho manejaron bien el partido, sin prisa, y conscientes del buen momento de forma que atravesaban, Galca sentenciaría de falta en el último minuto del partido. Un sensacional lanzamiento del extraordinario centrocampista rumano supuso el 0-2 definitivo, con el que el Espanyol se ponía con 16 puntos en 8 jornadas.

La racha espanyolista con la que llegó al Calderón se prolongaría una jornada más, cuando vencieron en el Lluis Companys al Salamanca por 3-0. Fue la última victoria de una gran serie de partidos sin ser derrotado, pero a partir de ahí el Espanyol caería en picado y terminaría en décima posición la liga, con 53 puntos, lejos de los puestos europeos que si alcanzaría el Atlético de Madrid al final de la liga, séptimo con 60 puntos.

98/99: victoria del Espanyol, destitución de Sacchi

Jornada 22 de la liga, y el Espanyol volvía al Vicente Calderón después de 3 victorias y 4 empates consecutivos, en una racha idéntica con la que había asaltado el Manzanares en octubre de 1997. Esta vez, el Atlético de Madrid había caído en casa ante el Valencia de Claudio Ranieri, y también había perdido contra el Salamanca en el Helmántico, dejando tras de sí una mala imagen, y cierto run run en la grada colchonera.

Nadie estaba contento con el juego del equipo, a pesar de estar metido en la pelea por Europa con 32 puntos, y ser 5º clasificado en esos momentos. Los de Camacho, venían de menos a más en el campeonato liguero, y eran un peligroso rival para los rojiblancos. Aún así, el delantero sevillano José Mari ponía en ventaja al Atlético en el minuto 22 del partido. Encaró a dos defensas, se escoró hacia su pierna izquierda, y sacó un remate cruzado al que Toni Jiménez no pudo llegar para detenerlo.

Poco le duraría la alegría al Atlético de Madrid, que no estaba completando un buen partido. Moisés Arteaga, centrocampista de la escuadra de José Antonio Camacho, empataba el partido antes de llegar al descanso, y devolvía el nerviosismo a la afición rojiblanca, y por extensión, al equipo, que se atenazó por completo en la reanudación.

El Espanyol se hizo dueño y señor del partido, pero no acertó a sentenciar la victoria hasta los instantes finales del duelo, cuando el uruguayo Darío Silva marcaba con la cabeza el 1-2 y hacía estallar la paciencia del Calderón contra Arrigo Sacchi. El italiano fue fulminantemente cesado tras aquel partido, después de tres derrotas consecutivas, y a pesar de que el equipo se encontraba en la 5º posición en esos momentos, peleando por entrar en competición europea, algo que se alejaría mucho con el paso de las jornadas. Le sucedió Carlos Sánchez Aguilar, técnico del filial, que estaba completando un gran año con el 'B' rojiblanco. Por su parte, el Espanyol sumaría dos empates más ante el Deportivo y el Villarreal, antes de que la racha tocara a su fin, y terminaría la liga 7º con 60 puntos.

La Copa del Rey de ese año les volvería a medir

La Copa del Rey de esa temporada daría una nueva oportunidad para que rojiblancos y blanquiazules volvieran a verse las caras. Esta vez, el Atlético, tras el cambio de entrenador, llegaba en cuesta abajo en la liga, pero se agarraba a la Copa de la UEFA y la Copa del Rey como un clavo ardiendo para sumar una alegría en la temporada. El Espanyol era el rival en ¼ de final de la competición, y la ida se disputaba en el Calderón.

Un partido complicado para el Atlético, que tuvo que pelear y trabajar de lo lindo para poder sumar una victoria por la mínima que dejaba la eliminatoria abierta para Montjuic. El conjunto de Camacho se pondría por delante en el primer tiempo, pero el conjunto rojiblanco le daba la vuelta en el segundo tiempo. Correa, que estuvo en el banquillo en el primer tiempo, saltó en el descanso, y empató el partido con un latigazo en el minuto 57' de partido. Juninho, a falta de 6' para la finalización, aprovechó un gran pase de Roberto Fresnedoso para cruzarla ante la salida de Toni, y darle la ventaja al Atlético para la vuelta.

Un duelo en el Lluis Companys que fue entretenido, y tuvo un final feliz para los colchoneros, aunque no sin sufrimiento. El Espanyol, tal y como sucedía en la ida, se volvía a adelantar nada más arrancar el partido, pero el Atlético no acusó el golpe, y de inmediató devolvió la eliminatoria a su sitio antes del inicio. Pase en profundidad de Chamot para José Mari, que el sevillano se encargaría de transformar en el empate a 1 momentáneo. No fue suficiente para los rojiblancos, que olieron sangre y se lanzaron a por ella.

Era la noche del atacante sevillano, y se encargó de demostrarlo en un gran centro de Rubén Baraja al primer palo, en el que José Mari se lanzó con todo a por el balón y cabeceó en plancha al primer palo, volteando el marcador a favor de los madrileños. Por si a la noche le faltara algo, José Mari anotó el tercero del Atlético y de su cuenta particular en un discutido penalti, en el que engañó a Toni en el lanzamiento, lanzándo la pelota al lado contrario que Toni. Diez minutos después, un gran pase de Juninho entre líneas, dejaba a Roberto ante Nando y Toni. El ex espanyolista recortaba al defensor, y batía por bajo a Toni, certificando el pase colchonero a cuartos de final en la noche de José Mari.

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