sábado, 10 de diciembre de 2011

A 4 horas del clásico

Real Madrid y FC Barcelona se miden por la pelea por el título. Unos para ampliar su ventaja en el liderato, otros para recortar. Las dudas en uno y otro sentido son evidentes. ¿Quién llega mejor al duelo? ¿Qué versión ofrecerá el Madrid? ¿Qué versión ofrecerá el Barcelona? ¿Quién será más determinante en el partido? ¿Influirá la situación clasificatoria en el planteamiento del partido? ¿Es cierto que el Madrid está mejor? ¿Es cierto que el Barcelona no está bien?

Las dudas se disiparán en el césped del Bernabeu, esta noche a las 22 horas. Pero en mi humilde opinión, y puedo equivocarme, muchas de las opiniones a favor de un Madrid más ofensivo, más alegre no se dará. No se dará por varias razones. Algunas de peso, y otras muy discutibles, pero para mí forman el contexto en el que se moverá el clásico de esta noche.

España ahora mismo es la envidia del fútbol mundial. En una era donde los grandes equipos atan presupuestos e intentan cuadrar las cuentas de ingresos y fichajes con ventas sonadas, recalificaciones, intento de paliar deudas y demás, el Madrid y el Barcelona son la envidia del mundo futbolístico. Mucha gente vive ignorante de este partido, algunos por pobreza, por no tener formas de acceder a la información y otros por desinterés sobre el fútbol. Pobre de ellos los últimos, no saben el espectáculo que vamos a presenciar el resto de mortales.

El Real Madrid vuelve como líder al clásico. Lo hizo en 2009, perdió 1-0 con gol de Zlatan. Lo hizo el año pasado, perdió con la famosa manita por 5-0. Este año, sin embargo, el primer clásico se juega en territorio blanco. El Madrid cuenta con el factor ambiente a favor. El Bernabeu debería ser una olla a presión para el Barcelona, el infierno durante dos horas. Veremos si el ultimamente frío estadio madridista consigue rebuscar en su historia, a aquellos tiempos donde "Noventa minuti en el Bernabeu son molto longo". Palabra de Juanito. Un mito blanco.

La responsabilidad recae sobre el Barcelona. Tiene la desventaja clasificatoria por tercer año consecutivo en la primera vuelta, y el acicate de que juega fuera, y juega con un partido más en la clasificación, por la disputa del Mundialito de Clubes la semana que viene en Japón. El Barcelona no puede permitirse este tropiezo, no si no quiere ver como se hace real la posibilidad de ver al Real Madrid 9 puntos por encima suya en la clasificación, en caso de que el Madrid ganara la semana que viene. Espero un Barcelona ofensivo, en el que la fase ofensiva convierta el esquema en un 3-4-3, con Alves cómo extremo en la fase ofensiva. Para compensar una posible pérdida de balón, Busquets hará por colocarse como central, y desplazar al lateral derecho a Puyol mientras Alves recupera la posición. Por ahí está la primera batalla del partido. ¿Cuantas subidas de los laterales veremos? ¿Quién aprovechará mejor las espaldas de los laterales rivales? ¿Cómo defenderá el Barcelona las subidas de Marcelo? ¿Cómo lo hará el Madrid con Alves? ¿Quién encarará a los dos brasileños, encuadrados en la misma banda?

Más allá de esa batalla, está la otra gran batalla. El centro del campo. ¿Quién se impondrá? El FC Barcelona, con alineaciones imaginarias y no confirmadas en mano, debería tener más balón con Busi, con Xavi y con Iniesta. El Madrid, por contra, tendrá más trabajo y sacrificio con Khedira y Lass, y toda su ofensiva pasará por las botas del tolosarra Xabi Alonso. El Madrid tiene dos hombres que tapar, el FC Barcelona sólo uno en el centro del campo. Suena Coentrao también, para frenar a Alves y juntarse en el centro del campo con Alonso y Khedira. El Barcelona irá a su plan, tocar, tocar, tocar. Mover la pelota con los bajitos de La Roja, abrir el campo con Alves, con Villa, con Alexis...y con Messi de 9 mentiroso. La nueva aportación de Guardiola al fútbol mundial. Al fútbol moderno. El fútbol moderno empezó en el Bernabeu, con el 2-6, aquel 2 de mayo de 2009. Hoy la batalla pasa por el centro del campo. Si el Barcelona anulará con su toque a Alonso, o si el Madrid destruirá al Barcelona con Khedira y Lass, y luego lo matará con Alonso.

Espero un Barcelona abierto, ofensivo, que sabe la responsabilidad real del partido. El no poder fallar por encima de todo. Espero un Madrid que presione en su medio campo, con espacio para el contragolpe. Por algo juegan Di María y Benzemà, y no Özil e Higuaín. Futbolistas rápidos, para hacer daño a la espalda, a la contra, Alonso como lanzador del ataque blanco y Ronaldo como arma letal blanca. No espero al Madrid presionando arriba. El Barcelona lo desarmaría con tres toques, porque puede hacerlo. Mourinho querrá plantar una línea defensiva fuerte en medio campo, empezar ahí la presión, y tener espacios para jugar a la contra. Si el Barcelona juega en esa zona con el centro del campo, le costará llegar; si lo hace con los centrales llegará a las inmediaciones de Casillas.

Espero agresividad, fuerza, contacto, pelea. No espero brillantez, ni magia, ni fluidez. Será un partido táctico, al que cualquier detalle o despiste podrá hacer saltar por los aires. Será un partido más próximo a aquella semifinal de Copa de Europa del Bernabeu del año pasado, que al 5-0 de liga. Una reedición de la final de Copa del Rey con 3 puntos en juego, más que la Ida de la Supercopa. Espero un partido en el que ganará el más listo, no el más fuerte. El Madrid de las 13 victorias consecutivas contra el Barcelona de las goleadas en casa y no tan fuerte lejos del Camp Nou. El espectáculo está servido.


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