jueves, 29 de diciembre de 2011

El ideario del Cholo

Suerte Manzano

Mucho se ha hablado de la revolución del Cholo Simeone con su llegada. La recuperación de valores, la garra, el espíritu del Doblete, un carácter competitivo, fuerte, acentuado... pero esa es la marca de un técnico que ha evolucionado deprisa, que ha dado algún paso en falso en su carrera, como todos por otra parte. Mourinho lo dió en el Benfica, Benítez en el Extremadura, Luis Aragonés, Sacchi, Capello, Cruyff... Todos los grandes entrenadores tienen un borrón en su expediente. Lo tendrá Guardiola en el futuro, y lo tendrán todos los que aspiran a sentarse en un banquillo de fútbol de alto nivel. La excelencia de su trabajo no se mide en el volumen más grande o más pequeño de un resultado, por lo tanto, evaluar a Gregorio Manzano por estos 5 meses en el Atlético, o evaluar al Cholo por los resultados que obtenga aquí en Madrid se me antoja revelar una parte de la verdad.

Tal verdad conduce a que Gregorio Manzano ha pasado malos momentos en Málaga, donde fue destituido a mitad de temporada en el año 2004/2005. También que ha hecho en el Mallorca grandes cosas, como ganar una Copa del Rey o estar a un minuto de clasificarlo para la Champions League en la temporada 2009/2010. Calificar a Manzano por un resultado no debería ser lo justo, pero es la cruda realidad de un proyecto y una afición que devora a la gente por los resultados. Se ha equivocado en muchas cosas Manzano, ha tomado decisiones extrañas a simple vista, no ha controlado bien la situación ni ha sacado buenos resultados con el equipo, pero no le desearía la muerte. Actitud muy censurable por parte de muchos “aficionados” del Atlético de Madrid. Le deseo suerte al Profesor Manzano, y le vaya bien en su próxima aventura en el fútbol. No es el principal culpable de que Agüero, Forlán, De Gea, Simao o Ujfalusi, miembros de un equipo campeón, ya no estén en el club. Tampoco es grato el maltrato de la dirigencia del club. Los culpables llevan 24 años en el club, y hay que seguir luchando contra ellos, sean victorias o derrotas los resultados del equipo.

Cómo juega el Cholo

El Cholo sustituye a Manzano. Viene de hacer a Racing, con la lesión de Giovanni Moreno incluida, subcampeón del último Apertura, por detrás del campeón Boca Juniors. Ha hecho grandes cosas en la Academia en sus dos estancias al frente del equipo, en los que Racing ha vuelto a ocupar la parte alta de la tabla, y ganar el Clásico de Avellaneda tras mucho tiempo sin hacerlo. Hizo ganar a River Plate su último Clausura en 2008, en el que coincidió con Radamel Falcao en la plantilla millonaria.

Fue capaz de levantar a un Estudiantes de La Plata que no ganaba títulos nacionales durante dos décadas. Él fue el germen del Estudiantes de Sabella, la semilla que luego floreció para convertirse en Campeona de América en 2009, con la Gata Fernández, Boselli, Verón, Braña, Enzo Pérez. En su Estudiantes, donde había ya grandísimos jugadores como Pavone, Braña, Re, Angelleri, Mercado, El Principito Sosa o el capitán Verón. Aquel equipo remontó a Boca Juniors 7 puntos de desventaja para jugar un desempate en Liniers, en el estadio de Vélez Sarsfield. Estudiantes remontó el partido, que empezó con gol de Martín Palermo, para ganar por 2-1, en un choque que jugaron ambos con 10 desde el minuto 30, por las expulsiones de Álvarez y de Ledesma. Primero un golazo de falta del Pepe Sosa. Luego un fallo defensivo clamoroso en el despeje de un defensor de Boca, que acabó con Pavone delante de Bobadilla, para batirle por arriba en la media salida del paraguayo.

Aquel equipo era un equipo cortado por el patrón del 4-4-2. Un doble pivote trabajador, con Verón y Braña a todo pulmón en el medio. La calidad que le ponía Verón no la tuvo en ningún otro equipo suyo. Tampoco la tendrá en el Atlético. Ni la calidad de la Brujita ni la jerarquía en el campo. Un equipo que aprovechó las bandas para surtir de balones a Pavone. Aquel Estudiantes de La Plata jugaba al fútbol con buenos conceptos. Laterales largos para atacar, fuerte presencia por bandas, peloteros para jugar la pelota, salida desde atrás, atención a las jugadas de estrategia, presión asfixiante.

Simeone ya lo mantuvo en River, donde fue Campeón en el Clausura de 2008, y lo exportó a Italia, donde tuvo una experiencia más que grata con el Catania siciliano, al que salvó del descenso y lo instaló en la mitad de la tabla, acompañado de una legión de argentinos. Andújar, Maxi López, Ledesma, Mariano González... el Catania funcionó de tal manera que dió más de un susto y más de dos en la gran segunda vuelta que firmaron de la mano del Cholo. Tal es la potencia y la firmeza de las ideas de Simeone, que tras dejar Italia después de 6 meses de experiencia transalpina, el Catania se sigue mostrando sólido, fuerte, tocado por la varita de Simeone, por ese gen competitivo que inyecta a sus jugadores.

En el Atlético, tras su exitoso paso por Racing, le toca una tarea ardua. Levantar un grupo que aspira a Champions sin tener una plantilla real de 24 futbolistas con capacidad y calidad para pelear por estar entre los cuatro primeros en España. Cierto es que la calidad en el fútbol español de unos años para esta parte se ha visto reducida por la crisis y la potenciación de la bipolaridad Real Madrid – FC Barcelona. Sólo el Valencia es capaz de aguantar el tirón en el grupo de los secundarios al título. Un tirón que está a 7 puntos del segundo. Ni Levaante ni Osasuna parecen destinados a los primeros puestos de la liga, ni Sevilla, Athletic, Málaga, Atlético o Villarreal ponen el punto necesario para aguantar el pulso a los dos gigantes.

Simeone llegó para clasificar al Atlético a la Champions, tarea de la que le separan 13 puntos y 22 partidos. Llega a un grupo señalado por su bajo rendimiento estos meses, tocado y casi hundido por la humillante eliminación copera ante el Albacete, y con un cruce europeo exigente ante la Lazio. Eso en el aspecto anímino. En el aspecto futbolístico, ¿recuperará a Reyes? ¿le convencerá para que se quede en el Atlético? Primera patata caliente para el argentino. Por otra parte, El Cholo tiene bandas y un rematador, algo que siempre ha tenido en sus equipos, jugadores que la pongan y que definan. Por ahí comienza la base, lo demás cambiará respecto a lo visto por Manzano.


No es el único problema, juntos con los futbolísticos, que se le genera a Simeone nada más aterrizar al Calderón. Otro punto a resolver urgentemente es el rendimiento de piezas clave en este Atlético de Madrid, sobre todo en el aspecto defensivo. La pareja de centrales nunca ha sido fija, y Godín atraviesa un mal momento alarmante, dadas las condiciones del charrúa, que parece más pendiente de los cantos de sirena que de jugar al fútbol. Tampoco el centro del campo atlético es fijo, y las rotaciones son constantes entre los 5 medio centros de la plantilla. El ideario del Cholo exige un centro del campo fuerte, y esa tarea corre por cuenta de los que ya están. Mario, Gabi, Tiago, Koke y Assunçao. Deben hacer del medio campo el punto de inflexión donde el Atlético comience a ganar los partidos. Simeone les exigirá trabajo, presión, despliegue físico, y toque. A partir de ahora deben ser centrocampistas que equilibren el juego, dotados para robar y tocar rápido y con sentido.

El tercer punto, es la mentalidad débil de un grupo que carece de un cacique claro. La debilidad mental del Atlético se denota en la falta de un líder claro en el vestuario, que alce la voz en los momentos delicados. Antonio López tiene un comportamiento ejemplar como profesional y capitán, y es un jugador que siempre cumple cuando juega. Sin embargo, no tiene ese carácter que destilan los verdaderos líderes, ni contagia al vestuario, partido en mil y una guerras particulares de cada uno con el mundo y con la afición. El Cholo debe dotar al equipo de unidad y sentido de grupo. Una piña, tal y cómo lo fue el vestuario en el Doblete, y encontrar su voz sobre el campo. Domínguez asumirá los galones, pero posiblemente Tiago, Perea y alguno de los veteranos coja mucho más peso desde mañana.

“Quiero un equipo agresivo, veloz y contragolpeador”

Aviso a navegantes. La escuela de Antic tiene otro adepto a la causa. Simeone aprendió mucho del técnico serbio en los dos años queo coincidieron en Madrid, y mantendrá la ideología futbolística del técnico que llevó al equipo rojiblanco a uno de sus mejores momentos de la historia gloriosa del club, como definió el Cholo en su presentación. Este Atlético podrá y querrá mantener la pelota, manejar los partidos, y jugar con una velocidad más que la que ha tenido el equipo en los últimos meses. Las ideas de Simeone conectan con la realidad del equipo, necesitado de un diagnóstico claro que le haga reaccionar en lo deportivo. Un enfermo que juega lento y previsible, que necesita del juego por bandas para desatascar los partidos. Que crea embudos por el centro y nunca superioridades por los costados, tiene pérdidas de pases fáciles constántemente, y acaba la mayoría de jugadas en centros laterales que los centrales rivales se relamen para despejar.

El Atlético recuperará el contragolpe. Este año, con la llegada de Manzano, el Atlético apenas ha usado esta arma tan clásica y tan virtuosa, de la que ha sido creador de una filosfía y estilo de juego, de la mano del mito rojiblanco Luis Aragonés. Ya con Peiró y Collar el Atlético ponía en jaque a los rivales con ataques vertiginosos. Luis lo perfeccionó y creó escuela para ganar títulos a orillas del Manzanares. Ahora es el Real Madrid, el eterno rival, el que presume de contragolpes. Y el Cholo viene a devolverle al equipo un arma que le gusta, que puede aprovechar por los jugadores que posee en plantilla, y que es seña de identidad de la entidad. Jugar al contragolpe no significa renunciar al ataque, significa atacar rápido, por sorpresa y en superioridad. Un equipo ambicioso, construido al gusto de su técnico, que quiere a Sosa como refuerzo para acercar más el equipo a su idea. Y será un equipo que para contragolpear, apriete y presione arriba a los rivales. Es la marca de Simeone como técnico profesional.

Simeone es una vitamina para un enfermo prolongado. Un Atlético que no encuentra la tecla de cómo debe funcionar ni en lo deportivo, ni en lo económico ni en lo social. Afición fracturada, enfrentada con directiva, enfadada con los jugadores. Una directiva pasota, parapetada en los malos resultados deportivos para ofrecer cabezas de turco en vez de entonar el mea culpa y hacer propósito de enmienda. Y si se hace, es con la boca chica y delante de un micrófono de radio amigo, para que no parezca que nos quedamos de brazos cruzados tras unos jugadores que no rinden por la presión, la incapacidad de algunos o el egocentrismo de otros. El Cholo viene a cambiar eso.

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