jueves, 19 de mayo de 2011

Lo Pelat, el genio incomprendido

Sirvan estas líneas para hacer un pequeño homenaje sobre un grandioso futbolista. El fútbol no despide a una de sus estrellas de las últimas decadas, ni siquiera a uno de esos grandísimos jugadores que han causado admiración allá donde han ido. Ni siquiera podemos decir que despedimos a un ídolo. Despedimos algo mucho más grande que todo eso. Se marcha un genio, y con él todo su talento y genialidad, valga la redundancia.

Se marcha porque su cuerpo ha sido maltratado por las lesiones, porque en las últimas 2 temporadas ha acumulado tan sólo 6 partidos (5 el año pasado, 31 minutos este año). Se marcha porque tiene 35 años, a pesar de mantener el espíritu de un juvenil. Se marcha por la puerta de atrás, cuando lo que se merece es el homenaje del fútbol nacional entero. Compañeros suyos como Ronaldo lo lamentan profundamente, el fútbol pierde a un artista con su retirada.

Empezó siendo el socio ideal del imberbe Raúl González. Su pareja nos hacía soñar con una de las mejores parejas del fútbol nacional, con un futuro con títulos. En el mundial sub 20 de Qatar hicieron un gran tercer puesto. Aquel jovencito rapado que recordaba al Pequeño Buda en sus inicios. Aquel que salió a triunfar al Camp Nou de la mano de Cruyff, que todo el mundo señalaba como el heredero de Guardiola. Que nos sorprendía con aquellos golpeos de larga distancia precisos, con los que marcó golazos de bellísima factura. Sus pases al hueco milimétricos. La sociedad que montó con El fenómeno Ronaldo. Pero cuando llegó Van Gaal, todo se tornó negro.

Emigró a la Lazio, donde ganó una Recopa ante el Mallorca. Buscó fortuna en el  Marsella tras su paso por el Calcio. Volvió al Barcelona, pero nunca fue aquel futbolista tremendo que prometía tanto en sus inicios y hacía soñar tanto. ¿Qué había pasado con la magia de Iván? ¿Donde se había marchado tanto talento? Y se cruzó en su camino el RCD Espanyol. Iván maduró, allí destapó el tarro de las esencias. Hizo un año magistral para acercar al Espanyol a Europa. Estuvo en las buenas y en las malas. En la final de UEFA del 2007, y en la evasión del descenso del año 2006. En la victoria de la Copa del Rey de 2006 y en el duro año 2008. Tras la desaparición de Jarque, asumió la capitanía. Pero Iván nunca volvió al campo. Las lesiones lo han lastrado estos dos años, y han acabado por hundir al Pequeño Buda.

Siempre recordaremos aquel chico risueño, apasionado por el fútbol, de clara visión de juego, de primer toque espectácular, de pases al espacio precisos. Sus goles desde mediocampo espectáculares. Ese golpeo seco de balón, sus vaselinas llenas de magia. Xavi, Valerón, Guti, Iniesta, Silva, Cesc, Parejo, Ander Herrera y los que vienen por detrás a ocupar la posición de mediapunta...todos tienen una pequeña parte de su magia. Incluso siendo un cohetáneo y contemporáneo de Iván como el Gran Flaco de Arguineguín. El también mamó la filosofía de Can Barça, y la hizo a su manera, particular. Un carácter, protestón como pocos, con temperamento. Genio y figura. Como los más grandes. Uno de los pocos que me ha hecho disfrutar del fútbol sin colores. Uno de los pocos grandes en común para todo el mundo del fútbol.

Iván de la Peña suma dos Recopas (96-97 y 98-99), una Supercopa de Europa (1997), una Liga (97-98), tres Copas del Rey (96-97, 97-98 y 05-06) y una Supercopa de España (1996). Hasta ahora, el centrocampista cántabro ha disputado 268 partidos en Primera División y ha sumado 19 goles.

SIEMPRE GRANDE DE LA PEÑA!

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