
Hay sombras. Este año no ha logrado los objetivos de principio de temporada. Dos meses malos (4 derrotas seguidas ante Sporting, Ath. Bilbao, Barcelona y Valencia. Antes empate en casa ante el Racing y derrota en Alicante. Sólo una victoria contra el Mallorca entre medias de ese borrón). Se escapó la Champions en ese tramo de liga. Semana trágica contra Espanyol, Aris y Levante. Fuera de Europa League. No hubo posibilidad de pelear por revalidar el título en las eliminatorias. Dos fichajes que han tardado en arrancar. Uno sale poco pero juega y lo hace bien. El otro sale más y es más irregular, pero tiene detalles de buen futbolista. Sólo necesita que le encuentren su hueco en el equipo. Y el revuelo con varios jugadores. Domínguez, canteranos y ahora Forlán. Demasiada gresca.
Aún queda un partido pero todos sabemos que huele a despedida. A epílogo. A capítulo final del cuento. Mallorca es el final del trayecto. Algunos dicen que se va por la puerta grande tras la despedida del Calderón. Otros que por la de servicio por su mal trato al futbolista que le abanderó en los títulos. Por despreciar al héroe de Hamburgo. Ahí cada cual tiene su parte. Quique la reconoció "Uno debe tomar como un fracaso personal no recuperar a un futbolista para la causa" No es momento de ahondar en la historia, ni en pensar en por qué. Porque ambos se comportaron egoistamente, olvidando el escudo. Y el escudo, con todo lo que representa, club, afición, equipo; queda dañado con la salida de Quique Sánchez Flores, el hombre que devolvió la ilusión al Calderón y con el que la grada se identificó plenamente.

Simplemente se va, y hay que agradecérselo, como se hizo el domingo en el Calderón. Como siempre que se recuerde su año y medio en el Calderón. Al igual que a Antic, héroe del doblete. No merecen más que respeto y reconocimiento por sus éxitos. Otros con mucho más nos dieron mucho menos (léase Bianchi, Ranieri, Sacchi...Aguirre en menor medida). Se merecía una tercera oportunidad. Un año en el que le dieran una plantilla mejor, sin que se la retocaran ni debilitaran a final de verano ni comienzos de invierno. Un año en el que tuviera que dar el do de pecho, sin excusas, sin enfrentamientos que le desgastaran con algún jugador. En el que la directiva estuviera con él y reforzara su autoridad. Nunca lo sabremos. Pero cómo él dice "puede que esto tenga continuación". Cuando vuelvas, serás bien recibido en tu casa, Quique Sánchez Flores. Gracias por tu sentimiento atlético, por tu trabajo, por las alegrías que nos has dado con tu equipo de trabajo. Por eso y por mucho más...Simplemente Quique, UNO DI NOI!
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