jueves, 19 de mayo de 2011

Una final aburrida

Se esperaba más de la final de la Europa League de anoche. Se esperaba un espectáculo más abierto, más ofensivo, donde los dos equipos fueran más valientes. Pero el Braga aceptó su condición de equipo inferior ante el FC Porto y colocó sus líneas bien juntas, cerca de su portería. El peso de la final era para el Oporto, y si no era capaz de romper el ritmo ni el partido, el SC Braga no iba a tener prisa en descomponerse, buscando su ocasión a balón parado.

La final no arrancó mal. Ritmo, ocasiones claras para el Oporto. Hulk recortó sobre Alberto Rodríguez y la tiró fuera desde el lateral del área chica. Fue el primer aviso serio de la final, pero no hubo muchos más. El Oporto no estuvo rápido en circulaciones. Moutinho no aparecía en juego, y el Braga defendía cómodo sostenido por su doble pivote Vandinho - Custodio. Al contragolpe era otra cosa, el Braga no tenía gente rápida para hacer daño y sólo cuando recibía Alan había buenas ideas para hacer daño, pero poca precisión y rapidez.

Parecía que no ocurriría nada antes del descanso. En el minuto 43, el Braga perdía el balón en la salida. Robaba Guarín, que se lanzaba a la carrera hacia el área bragantina, recortó con su derecha en tres cuartos, levantó la cabeza, y le puso un sublime balón a la cabeza de Falcao, que ganó muy bien la espalda a Paulao. Sólo tuvo que poner la frente y darle dirección. 1-0 y el Oporto abría la final, hacía lo más difícil en estos partidos al filo del descanso.

El gol cambiaba el guión del partido. Un Braga que tenía que abrirse ante un Oporto que encontraba espacios para las contras con Hulk. Si el Braga no vigilaba su retaguardia para evitar el segundo y controlaba la posesión lo iba a pasar mal. Mossoró y Kaká entraron para cambiarle la cara a su equipo. Y Mossoró estuvo a punto. Mano a mano con Helton clarísimo, que el mediapunta lanzó al cuerpo de Helton en vez de buscar abrirlo hacia a los palos. La ocasión más clara del partido marrada. Una losa muy difícil de levantar para el SC Braga, a pesar de que fue al minuto del segundo tiempo.

El Braga adelantó líneas, atrás no tuvo excesivo trabajo y jugó más cerca del área de los Dragoes, pero sin generar peligro. Muy previsibles ambos, muy lentos. Mossoró entre líneas permitió el avance del equipo de Paçiença, pero poco más. Apenas surtió balones a Lima, Meyong Zè y Paulo César, que estaban lentos e imprecisos, el partido y la responsabilidad de verse en su primera final le pesó al Sporting de Braga ante un FC Porto que ya sabe lo que es jugar partidos importantes en Europa a cara de perro. El equipo de Villas Boas suma su segunda Europa League tras la ganada en 2003 en Sevilla y se confirma como una de las grandes revelaciones del año en Europa, y un equipo a seguir en Champions la temporada que viene.

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