jueves, 14 de abril de 2011

La fragilidad de Gonzalo

Hay futbolistas superdotados, tocados por un don. Magníficos en la interpretación del juego, maravillosos en su ejecución, pero con una maldición común, las lesiones. Grandes futbolistas han visto truncada su carrera por las lesiones o su mala cabeza. George Best, Gascoigne, Ronaldo, Garate...y aún así han sido jugadores grandes, muy grandes. El caso de Gonzalo Javier Rodríguez va por el mismo camino. Grandioso central. Fuerte, bien por arriba, al corte inmenso, con salida de balón. Y unas rodillas de cristal y tres lesiones gravísimas en su carrera en Europa.

Primero dos roturas del ligamento cruzado, en 2006 la primera. Luego una lesión grave de tobillo tras recuperarse de la rodilla en 2008. Y por último, una feísima y brutal entrada del goleador austriaco Mark Janko le parte el peroné en la eliminatoria de cuartos de la Europa League de su equipo el Villarreal frente al Twente. Al margen del nulo castigo que recibirá Janko, el fútbol y su lacra, las lesiones, se ceban con un futbolista con un don.

Sin ninguna de estas lesiones, hablaríamos del cacique en la zaga de Argentina, el jefe atrás del Checho Batista. Hablaríamos de un futbolista que tras 7 años en el Villarreal estaría en un grande de Europa, en uno de los mejores centrales del mundo, en Gonzalo el deseado. ¡Suerte Gonzalo!

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