La marcha atrás

Las palabras de Leo Agüero suenan a saber que te has hecho el bravucón antes de tiempo, y ahora que el calentón se enfría, empiezas a ver las cosas negras. El Kun dijo que quería irse del Atlético de Madrid nada más acabar la temporada, apenas dos días después de su exhibición en Mallorca. Y lo reafirmó en el aeropuerto de Barajas, asaltado por la prensa antes de partir hacia Argentina para comenzar unas breves vacaciones antes de la Copa América.

Y así han pasado los días desde aquel 23 de mayo lunes hasta hoy 8 de julio viernes. Han pasado por la palestra el Manchester City, el Barcelona, el Manchester United, el Chelsea, el Inter, la Juventus, el Real Madrid...todo aquel que pudiera hacer frente a los 45 millones de euros que cuesta conseguir la libertad del Kun Agüero (impuestos no incluidos) ha sonado como novia del futbolista del Atlético de Madrid, que como todo buen ligón de manual, se ha visto con tantas alrededor que le ha tirado los trastos a todas y todas van a acabar pasando de él.

Y el Kun, compuesto y sin novia, tendrá que volver a abrazar a la novia de toda la vida, la que le hizo hombre y conocer mundo, ganar 2 títulos, jugar finales, ser internacional absoluto, jugar la Champions, y ser el gran futbolista que es hoy. El Kun vió en el Atleti a esa chica maja, guapilla, sencilla que lo tiene todo y le da todo el cariño que necesita pero no aprovecha el 100% de lo que posee para resplandecer, por otras mucho mejores de belleza, más atractivas, resultonas, pero nada fieles ni nada sinceras, que a la más mínima se enamoran de otro más guapo y rico que tú. Y ahora, puede que haya que refugiarse de nuevo en esa chica maja para volver a brillar con fuerza en los campos de fútbol.

El padre casi lo manifestó así, no se sabe si con intención de preparar una posible marcha atrás a casa rojiblanca, o para suavizar el ambiente y abrir la puerta de la negociación. Sea de una manera u otra, el caso Kun se enquista para perjuicio de los intereses del jugador, para el doble despecho de la familia de la chica (la afición, despechada por su crack y ahora recuperada por interés), y júbilo de los dirigentes, que se veían con la soga al cuello después de los lances de los últimos 3 meses en el club.