viernes, 1 de julio de 2011

Rompiendo una coraza

Derretir o romper el escudo en el que escondes todo aquello que no muestras al mundo es difícil. Hay pocas llaves que abran una coraza dura, fría, áspera como la que abriga mi alma y la guarda del exterior. Demasiado daño. Demasiados recuerdos. Dentro de esas llaves, hay muchas menos personas que tengan una llave que se interesen por lo que guarda la coraza. Si ya ha sido duro abrirla a veces (no lo hago nada fácil), mucho más duro me resulta abrir yo sólo la coraza.

Y abrirla sólo no significa dejar salir cosas. Porque la coraza guarda pocas cosas del pasado, apenas siente cariño por lo que ha vivido. La coraza se encuentra vacía, esperando que alguien rellene el hueco vacío en su interior. Dentro, en un pequeño cajón, ha vuelto a sonar el ritmo de un corazón que parecía viejo, agotado, magullado. Se le nota con el ritmo que tenía antes. Sin embargo, toda coraza hay que abrirla con cuidado, despacio pero con confianza y seguridad, un paso en falso activa el mecanismo de defensa y vuelve a cerrarse automáticamente, encerrando el vacío de nuevo y no dejando entrar nada.

Abrir una coraza como la de mi interior es dejar entrar nuevas personas, vivir nuevas cosas, sentir nuevas ilusiones. Sin pasado que recordar ni añorar, sólo me importa vivir un presente en el que sepa que hay un futuro seguro, un futuro claro, un futuro que puedo controlar y no se tambalaerá al más mínimo susurro. Sé que a veces no soy como yo soy. Interpreto un papel de duro que no siempre me queda bien. Me porto como aquel actor de la canción.



Sé que al bajar del escenario, me partiría por tí las manos. Lo sé. No me preguntes por qué, aún no te conozco ni te he encontrado. Pero sé que andas cerca, vigilándome. Yo aún no te veo. Pero tú me ves a mí. ¿Y si fuera ella? ¿O ella? La que sea será, tendrá que dar el paso y abrir la coraza primero. Y segundo ser capaz de llenarla de alegría, llenarla de cariño. Sólo con abrirla, me partiré por tí las manos.


¿Y si mi boca se equivoca? Hay que dar un paso adelante, jugar a perder da como resultado perder. Jugar a ganar da como resultado ganar. Quién pelea y va con todo, acaba logrando la victoria. En la vida, vencer es ser feliz, compartir momentos y vida con alguien.

Romper una coraza no es tarea fácil. Es una tarea que primero debo empezar yo, y tengo que acabar con ayuda. Solo así se libera uno de su miedo y llena su vida de todo aquello que desea. Porque la coraza no es más que el reflejo del miedo y el escudo ante lo desconocido y lo misterioso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Twittear