viernes, 15 de julio de 2011

Samuel, un ciclista que nunca lo tuvo fácil

Samuel Sánchez González. Samuel Sánchez G. en el mundo de las carreras, su nombre deportivo. La G en honor a su madre, fallecida por cáncer en el año 2000, el año del debut en profesionalismo. Ya desde mucho antes Samuel no lo tuvo fácil. Sus destacadas condiciones en categorías cadete - juvenil en Asturias, junto a otros como Benjamín Noval, tuvo se recompensa cuando en una concentración del equipo juvenil español Tomás Madariaga le fichó para el Orbea, equipo filial de Euskaltel Euskadi. No se adaptó bien a aquel piso de Euskaltel Euskadi en Galdácano, donde convivía con otros aspirantes a ciclista del equipo vasco. Tomás Amezaga, masajista, lo acogió en su casa y Samuel se sintió mucho más cómodo en un ambiente familiar.

Los comienzos no fueron fáciles, a pesar de que el jóven Samuel fuera logrando buenos resultados a pesar de los problemas. No fue hasta el 2003 cuando Samuel Sánchez debutó en las grandes vueltas. Disputó el Tour de Francia de ese año, siendo descalificado por fuera de control en la 8º etapa con final en Alpe d'Huez. Un día antes, llegó bien posicionado al final de la etapa en Morzine. Su capacidad para mover la carrera y moverse le hacía llamar la atención en el ciclismo, pero se le achacaba un punto alocado y sin ninguna frialdad para analizar tacticamente la carrera, lo que le hacía perder victorias de etapa.
El paso de los años corrigió este defecto en el Samuel Sánchez ciclista. 2004 le llevó a ganar sus primeras etapas y su primera carrera, en la Escalada de Montjuic de 2004. En 2005, Samuel logró mejorar mucho su resultados.En la temporada 2005 consiguió su primera gran victoria en la decimotercera etapa de la Vuelta España con final en el Santuario de la Bien Aparecida (tras un error de Mauricio Ardila confundiendo el lugar de la meta) siendo además segundo en decimoquinta etapa y décimo en la clasificación general final (tras la exclusión de Roberto Heras). Además, a final de temporada, ganó de nuevo la Escalada a Montjuic gracias a la victoria en la crono final. Otros puestos destacados durante esa temporada fueron el segundo en la Vuelta a Asturias, el quinto en el Campeonato de Zúrich, el décimo en la Clásica de San Sebastián y el decimoséptimo en el Giro de Italia.

Estos buenos resultados le confirmaron como uno de los ciclistas destacados del panorama nacional a sus 27 años. El 2006 le colocó definitivamente en el escaparate Internacional. Sus victorias en Cuenca en la Vuelta a España, dos triunfos parciales en la Bicicleta Vasca, victoria de etapa en Vuelta a Asturias, ganador del GP de Zurich; y los segundos puestos en Flecha Valona, Giro de Lombardía, Escalada a Montjuic. Además, fue 4º en Campeonato del Mundo en Ruta y en la Paris - Niza.
2007 fue mucho más complicado para el Campeón Asturiano. Una mononucleosis en la garganta no le permitió rendir bien en la primera parte de la Temporada. Venció en la crono de la Vuelta al País Vasco, pero sus mejores resultados vinieron a final de temporada, con tres victorias de etapa en la Vuelta a España y el tercer puesto de la general de la ronda española, que arrebató en la penúltima etapa al australiano Cadel Evans.

2008 fue el año que le cambió la vida. Samuel varió todo su calendario para preparar el Tour de Francia, donde fue 7º en la clasificación general y logró un segundo puesto en la etapa de Alpe d'Huez. Sin embargo, la carrera que le marcó para siempre y le dió el pase al olimpo del ciclismo español fueron los juegos olímpicos. En una fuga con Darío Rebellin, Alexander Kolobnev, Andy Schleck, Fabian Cancellara y Michael Rogers, el español ganó al sprint por delante del italiano y del suizo. El vídeo habla por sí sólo.


Después de aquello, la fama, el reconocimiento, el 2º puesto en la Vuelta de 2009, la que siempre dice que perdió en Xorret del Catí con Valverde, ganador en 2009 de la Ronda Española. Y el 4º puesto del año pasado en el Tour de Francia, después de acariciar el cajón, que perdió en la crono final del Tour en favor del ruso Denis Menchov. Samuel, el que siempre mira al cielo para acordarse de su madre en las victorias. El joven alocado que salió de casa y aprendió rápido para ser un estratega que sabe leer carreras magistralmente. La de ayer, con su ataque en el descenso junto a Gilbert y Vanendert, y esa magnífica ascensión a Luz Ardiden, son de época. Del gran ciclismo de antaño. Verle abrir los brazos y mirar al cielo, después de todo lo que ha vivido, y de la mala suerte en el Tour del año pasado, donde se le escapó una victoria de etapa que tuvo muy cerca, y que hoy no le ha negado la fortuna. Enhorabuena Samu. Todos sabemos que esto no es suficiente para tí, quieres más. El podío en París. ¿Por qué no soñar con el amarillo? Ayer no subiste al podio. Subiste al cielo. Donde tu madre disfruta contigo y con tu clase pedaleando.

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