
Tras dos cesiones a Alavés y Málaga, el asturiano encontró sitio en A Coruña, donde este año, a pesar del descenso a Liga Adelante, hizo 8 goles en Liga y 4 goles en Copa del Rey. Son sus mejores cifras goleadoras, en un equipo donde un segundo punta es el killer, lo cual no habla mal de su cuota goleadora. Y sin embargo, la gente le ha despellejado y nombrado mal fichaje (podría llegar libre al Atlético de Madrid), cuando ha hecho más goles que Diego Costa y los mismos que Diego Forlán. ¿Para empapelarlo? No lo sé, pero yo no lo haría. Lo que tengo claro es que no es un delantero centro goleador. Es un hombre que vive cerca del área, con tendencia a caer a bandas, a usar su buen recorte y su disparo desde fuera. A encarar e irse por velocidad. Un punta con un desmarque de ruptura elegante e inteligente, que muestra todo su potencial en carrera, con una buena conducción con su pierda derecha.
Ayer, Adrián hizo 2 goles. Para muchos puede ser fruto de la casualidad. Para mí se tratan de goles importantes, de goles de un tipo que no juega donde más rinde, y que sin embargo es humilde, trabaja, no alza la voz y sigue haciendo goles. Adrián necesita pareja de baile siempre, y sobre todo una pareja que le evite de pegarse con las defensa, que le permita encontrar huecos, abrirse espacios, encontrar habitats donde recibir cerca del área, combinar, inventar y golear o asistir. Un jugador que al lado de un delantero goleador, multiplicaría su valor y sus cifras exponencialmente. Sobre todo, en rendimiento de cara a la grada y la afición, ese juez sumarísimo e invisible del fútbol.
Dos goles bien ejecutados. Un primer gol con un inteligente desmarque a la espalda del defensa, que no le ve, y un remate cruzado ante la salida del portero. Adrián hizo bien el movimiento y ejecutó de cine. Con esa confianza, llegó el segundo, una pequeña obra de arte. Se lleva el balón a trompicones entre tres tras recibir de Mata, para recortar sutilmente con el exterior de la derecha y dejar al defensa buscándole. Sólo tuvo que mirar a portería y alejarlo con el interior de la derecha al palo largo por abajo. Un gol de mucho temple y mucha calidad, un recorte precioso y un disparo preciso. Dos goles que más que goles, son rabia acumulada en el asturiano. Rabia que soltó, y que esperemos le den un espaldarazo definitivo en el Europeo sub 21 y en su carrera profesional, porque tiene tiempo de aprender y progresar para ser un mejor definidor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario