martes, 28 de junio de 2011

La Biblia del Ciclismo

Mediada la temporada en el mundo del ciclismo, y a unos días del comienzo del Tour de Francia 2011 (el sábado 2 de julio), mi amigo Sergio García Lázaro (@SergiGL en twitter) nos regala esta Biblia de lo que ha sido lo que llevamos de año sobre dos ruedas, y lo que nos espera estas tres semanas en Francia.

TEMPORADA 2011
De todo menos normal. Este sería uno de los calificativos que podría definir la temporada de ciclismo en carretera 2011. Primeramente, en el contexto extradeportivo nos encontramos con el duro golpe que nos supusieron los fallecimientos de Wouter Weylandt en el Giro de Italia en un descenso y de Xavier Tondo, este último en un accidente doméstico mientras entrenaba con sus compañeros de Movistar en Sierra Nevada. Dentro de este mismo contexto, cómo no reseñar la esperpéntica situación en la que se encuentra el mejor corredor de la época, nuestro Alberto Contador, todavía pendiente de la resolución final de su presunto dopaje en el Tour 2010 por contaminación alimenticia. Para otra de las grandes bazas del ciclismo español, Alejandro Valverde, la temporada 2011 supondrá la última de su periodo de sanción de dos años, tras el cual parece que pasará a formar parte de Movistar (antiguo Caisse d’Épargne). Y finalizando con todo lo relacionado con el dopaje, imposible no mencionar a Riccardo Riccó, reincidente en diversas ocasiones y al que una autotransfusión a punto ha estado de costarle la vida.

Ya en el plano deportivo (lo que realmente nos interesa), la temporada 2011 comienza con las carreras exóticas del mes de enero, ya totalmente implantadas desde hace unos años en el calendario. La más importante de ellas, el Tour Down Under, supuso el adiós definitivo del heptacampeón del Tour Lance Armstrong al ciclismo de alta competición.

En el mes de febrero ya comienzan a verse las primeras carreras europeas del año. La Vuelta al Algarve supuso la reaparición de Alberto Contador desde su participación en el Tour 2010 (4º en la general) y el comienzo de la gran temporada de RadioShack, escuadra que parecía que poco podía hacer este año con Klöden, Leipheimer, Horner y Zubeldia rondando la cuarentena. Por su parte, en el Tour de Qatar se vieron los primeros duelos entre los sprinters de primer nivel como Cavendish, Renshaw (ganador final) o Boonen.
En marzo, Alberto Contador logró la primera victoria tras su vuelta y por partida triple: dos etapas y general en la Vuelta a Murcia. En este momento fue cuando la gente comenzó a darse cuenta de que algo había cambiado en la mentalidad del gran campeón español: las graves acusaciones que tuvo que escuchar durante la suspensión, muchas de ellas infundadas, y la sensación de que con él se estaba cometiendo una injusticia hicieron que volviera con una agresividad superior a la de otras ocasiones, dedicando todas sus victorias al patrocinador (Saxo Bank) en lugar de mostrar su ya clásico disparo y devolviendo la confianza en él depositada en tan duros momentos. Posteriormente venció en Volta a Catalunya con Michele Scarponi en el segundo escalón del podio. Tenía que aprovechar todas las carreras que le dejasen correr, ya que no sabía cuándo iba a ser sancionado, por lo que decidió acudir al Giro de Italia. Mientras, en París-Niza vimos un gran duelo entre Tony Martin (vencedor final y al parece que cada vez se le resiste menos la montaña) y Andreas Klöden (RadioShack again). Como ya es habitual, los que no acudieron a la ronda francesa lo hicieron a Tirreno-Adriático, donde se vio a Cadel Evans en lo más alto del podio. Por último, mencionar la primera clásica del año, Milán-San Remo, en la que Mattew Goss subió a lo más alto del podio y Scarponi nos mostró su gran estado de forma.

Abril es sinónimo de gran ciclismo. En primer lugar, mencionar brevemente la victoria en la general de Vuelta a Castilla y León de Xavi Tondo, su última cosecha como ciclista. Por un lado, en abril nos encontramos con otros dos grandes monumentos del ciclismo como son Tour de Flandes y París-Roubaix. Tal fue la superioridad mostrada por Fabian Cancellara en estas dos pruebas en 2010, que sus rivales siguieron la táctica de todos contra el “Expresso de Berna”. Por ese motivo ambas carreras se bloquearon, dejando toda la responsabilidad al campeón suizo cuando se producía cualquier escaramuza. Nick Nuyens y Johan Van Summeren fueron los vencedores de las clásicas del adoquín.

Otro bloque de corredores dedica el mes de abril a las clásicas de las Árdenas: Amstel Gold Race, Flecha Valona y Lieja-Bastoña-Lieja. El protagonista indiscutible de este bloque fue un PHILIPPE GILBERT con mayúsculas que se alzó con el triplete, sólo conseguido anteriormente por Davide Rebellin en 2004, aunque de una forma no tan aplastante como la del belga este año. En Amstel y Flecha Purito fue el único capaz de hacerle algo de sombra, mientras que en Lieja los hermanos Schleck se dedicaron a correr para hacer podio y le regalaron la victoria.

Por último, entre el bloque conformado por Flandes y Roubaix y el de las clásicas de las Árdenas nos encontramos con la Vuelta al País Vasco, en la que Andreas Klöden y Chris Horner se dedicaron a aguantar al resto de los favoritos en las etapas en línea e hicieron los deberes en la contrarreloj del último día, obteniendo el primer y segundo puesto respectivamente en la clasificación general. De nuevo la veteranía del equipo estadounidense al poder.

Al fin llegamos a mayo, el mes de la primera gran vuelta por etapas del calendario: el Giro de Italia. A su vez, tuvo lugar, al otro lado del charco, el Tour de California, carrera que en apenas un lustro se ha convertido en la ronda americana por excelencia y en uno de los referentes del ciclismo a nivel mundial. Como no podía ser de otra forma, tuvo lugar otra exhibición del equipo RadioShack en casa del patrocinador. Los americanos acudieron a la cita con la mayoría de sus estrellas, copando los dos primeros puestos del podio con Horner y Leipheimer respectivamente.

En el Giro de Italia se confirmaron los mejores presagios para el ciclismo español. Alberto Contador estaba 
intratable y sus rivales bastante tenían con aguantarle la rueda. Por otro lado, se batió el récord de victorias por parte de los nuestros, siendo los agraciados Ángel Vicioso, Fran Ventoso, Alberto Contador (por partida doble), Igor Antón y Mikel Nieve. La ronda italiana comenzó con una contrarreloj por equipos que sirvió para que HTC consiguiera un nuevo triunfo y para que Marco Pinotti volviera a vestirse de rosa después de tres años. Entre los favoritos no hubo diferencias muy significativas si exceptuamos a Igor Antón, demostrándose de nuevo que la crono por equipos ha sido y será siempre un lastre para Euskaltel.

Como ya es tradición en el Giro, etapas llanas a simple vista se convierten en auténticas encerronas para los corredores. Y este año no sería menos. Así, hasta la llegada del Etna en la novena etapa (no sin incertidumbre debido a la erupción de dicho volcán en los días previos) se sucedieron las victorias de los Petacchi, Cavendish y compañía acompañadas del éxito de diversas fugas en las que nuestro “Purito” Rodríguez estuvo muy activo disparando varias veces al poste pero sin obtener recompensa. Fue en uno de esos primeros días de Giro cuando ocurrió la desgracia del belga Wouter Weylandt, más concretamente en la tercera etapa, ensombreciendo el triunfo de Vicioso. Ya en las rampas del Etna, nuestro pistolero decidió emular a Lance Armstrong: primera etapa de alta montaña y victoria, enseñando las cartas a sus rivales y poniendo la primera piedra de su segundo triunfo en la ronda transalpina al vestirse de rosa. Ese día sólo fue capaz de seguirle el venezolano Rujano, mientras que la debacle la protagonizó el equipo Geox con un Menchov que se borró a las primeras de cambio y un Sastre para el que los años no pasan en balde.

Tras este primer contacto con la montaña pudimos ver una serie de etapas de teórica transición que sirvieron para que Cavendish enriqueciera su palmarés. Y llegamos a la terrible tercera semana con un Contador dejando el peso de la carrera en las ascensiones a los italianos Scarponi y Nibali, semana que comenzó con un doblete de Euskaltel con Antón y Nieve en Zoncolan y Val di Fassa respectivamente, lo que daba pie a pensar en una gran clasificación general del primero en Milán. La cronoescalada no sirvió nada más que para corroborar el gran estado de forma del pistolero de Pinto, que consiguió su segunda victoria parcial. La última gran etapa de montaña se tiñó de aires nostálgicos con la victoria del bielorruso Kiryienka y su gran dedicatoria a su compañero Xavi Tondo. En la crono final de Milán sólo faltaba por descifrar el podio con Nibali y Scarponi como aspirantes a ocupar el cajón inmediatamente inferior al del ciclista pinteño, resultando victorioso el segundo.

En junio nos encontramos con escasas pero grandes carreras que son utilizadas por los aspirantes al Tour de Francia con el fin de ultimar su preparación. Es el caso del Critérium Dauphiné Liberé, en el que Bradley Wiggins se hizo con la victoria y mostró un estado de forma que invita a pensar en su posible top 5 en la gran ronda francesa. La otra gran carrera de junio es la Vuelta a Suiza, prueba en la que “Espartaco” Cancellara se lució en las etapas contra el crono ante su público y en la que Leipheimer arrebató el liderato a Damiano Cunego en la crono final, indicador del gran Tour de Francia que pueden sacarse de las piernas los RadioShack.


TOUR DE FRANCIA
El mundo del ciclismo comienza a teñirse de amarillo según avanzan las jornadas, claro indicador de la cercanía del Tour de Francia. Como todos sabemos, la ronda ciclista por excelencia, que comenzará el próximo 2 de julio, viene acompañada de la polémica por la presencia de Alberto Contador tras el aplazamiento de la decisión final sobre su suspensión, lo que ha provocado numerosas críticas. Partiendo de esta base, mucho me temo que la presión que va a tener que soportar nuestro ciclista en el país vecino no va a ser precisamente baja, más aun teniendo en cuenta la animadversión de los “gabachos” hacia el deporte español.
A toda esta presión que se presupone, Contador tendrá que añadir la simpatía del público francés por su más que probable único rival en este Tour: el luxemburgués Andy Schleck, corredor más joven que él y con un mayor margen de mejora en todos los terrenos y, en especial, en contrarreloj. Por si fuera poco, Alberto y las piezas claves de su equipo en este Tour corrieron hace un mes el Giro más montañoso que se recuerda (con la fatiga que ello conlleva), mientras que a Andy apenas se le ha visto todavía este año.

Parece evidente que el resto de los rivales de estos dos fenómenos deberán olvidarse de los dos primeros cajones del podio de los Campos Elíseos (salvo infortunio) y luchar entre ellos por la tercera plaza en París. Se incluyen en esa lista el británico Wiggins, reciente ganador de Dauphiné y vencedor del campeonato en ruta de su país; los veteranos de RadioShack, Leipheimer y Klöden; el transalpino Basso, que descartó el Giro para centrarse exclusivamente en el Tour; el segundón Evans; el “hermanísimo” Frank Schleck; el joven tulipán Gesink; el belga Van den Broeck o nuestro campeón olímpico, Samuel Sánchez.

En cuanto al recorrido, el Tour’11 comienza de una forma poco habitual: etapa en línea con final en un puerto de 4ª categoría, lo que hace que los favoritos para vestir el primer maillot jaune sean corredores como el intratable Gilbert o Samuel Sánchez.

Al día siguiente se presenta la contrarreloj por equipos, de tan sólo 23 km. En buena medida se tendría que reflejar la diferencia de potencial a priori entre los equipos Leopard (Andy con tres grandes rodadores como Cancellara, O’Grady y Voigt) y Saxo Bank (Alberto), por lo que es una buena oportunidad para Schleck de sacar tiempo a su rival, aunque tan corta distancia no provocará demasiadas diferencias.

Hasta la etapa 12ª nos encontramos con jornadas llanas propicias para los Cavendish, Greipel o Farrar y un par de ellas de media montaña que no parecen, a simple vista, que provoquen cambios en la general. En dicha etapa 12ª se suben La Hourquette d’Ancizan (1ª), Tourmalet (HC) y Luz Ardiden (HC), en cuya cima se sitúa la meta. Al ser la primera toma de contacto con la alta montaña y una jornada larga (211km) se espera que los favoritos estén a la expectativa, aunque siempre más de uno de ellos quedará descartado para el triunfo final.

En la 13ª etapa se sube el Aubisque (HC), puerto que coronan a 40 km de meta. Un rápido descenso de apenas 10 km llevará a los corredores a afrontar la parte final del Col du Soulor. La bajada acabará cuando falten unos 13 km a meta. En esta etapa no sería descabellado pensar en un ataque de buenos bajadores (Samuel entre otros) en los últimos kilómetros del Aubisque, jugándosela en la bajada.

La 14ª etapa se presenta con un puerto de 3ª, dos de 2ª, dos de 1ª (Core, muy lejos de meta, y Agnes) y con final en el mítico Plateau de Beille (HC). Esta etapa ya puede suponer grandes cambios en la general debido a que no es la primera toma de contacto con la montaña. Es de suponer que habrá gente que lleve tiempo perdido, por lo que pueden atacar de lejos, y terreno tienen para ello. Por último, debido a que no hay un kilómetro llano, si se forma una buena fuga la carrera puede ser realmente difícil de controlar.

Finalizado el bloque pirenaico, la siguiente cita importante la encontramos en la etapa 16ª. Se trata de una etapa de media montaña cuya meta está situada en Gap (que tan malos recuerdos nos trae por la caída de Joseba Beloki en 2003) tras un rápido descenso de 11 km desde la cima del Col de Manse, de 2ª categoría. No se prevén grandes cambios en la general, pero si podemos ver un gran espectáculo en esos kilómetros finales.

En la etapa 17ª el Tour se adentra en Italia. El final es calcado al de la etapa anterior, pero la dureza de dicha jornada se ve incrementada por el paso por diversos puertos, a destacar el Col de Montgenèvre (2ª cat) y Sestrières (1ª cat), cuyo descenso enlaza con el comienzo del último puerto del día, la Côte de Pramartino (2ª cat). Por ello, seguramente habrá más de un favorito que lo intente en Sestrières.

La etapa 18ª puede ser considerada como la jornada reina, con tres Hors Catégorie: Agnel, Izoard y Galibier, en cuya cima se encuentra la línea de meta. En los últimos años Galibier no ha sido final de etapa, por lo que ha ofrecido un espectáculo menor al que se esperaba en un principio, desperdiciándose esta gran ascensión. Se trata de una jornada larga, a lo que se sumará un gran desgaste a esas alturas de Tour. Por tanto, ojo con el tío del mazo.

Viendo la calidad de los puertos de la 19ª etapa, con Télegraphe, Galibier y Alpe d’Huez, se podría pensar en una gran etapa de montaña, pero su escasa longitud (109 km) unida a que es la última etapa de montaña y que muchos intentarán conservar lo conseguido hasta ese momento, da pie a asegurar que, a priori, no se verá un gran espectáculo.

Y llegamos al último gran día de Tour: los 42 kilómetros de contrarreloj del penúltimo día en Grenoble. Por ser el último gran esfuerzo, contarán más las fuerzas de cada uno que el hecho de ser o no especialista. En un principio, viendo toda la montaña superada, parece probable que el Tour llegue sentenciado a dicha etapa.

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