sábado, 11 de junio de 2011

Me hace gracia...

Me hace gracia la superficialidad de algunas personas. O si no es superficialidad, su conformismo o su poca empatía. Gente que se abalanzó hacia los brazos del primero que pasó por su puerta y que luego predica la palabra del amor, porque ellos disfrutan en pareja de lo que creen que es amor y me he dado cuenta de que es la simple necesidad humana del contacto físico o del miedo y rechazo a la soledad. Personas que lo centran todo en el amor, que hacen su vida individual pero la hacen girar en torno a su dependencia de la pareja, a las horas y horas con su media naranja, sin amistades, sin espacios para la individualidad ni las ideas propias. Personas que no saben quererse a uno mismo ni estar en soledad.

Me hace reir cuando te dicen "no sabes lo que quieres". Joder, si lo supiera no estaría esperando a que viniera a mi vida, iría a por ella. Por eso no quiero a nadie, porque en el amor aún no he descubierto lo que quiero, porque no se quieren ideas, se quiere a las personas y yo no he encontrado nadie al que darle todo lo que soy y ella desee recibirlo. Esa persona aparecerá a su debido momento, pero agradecería a todos y todas aquellos empeñados en darme la lección moral de cada uno sobre el amor, que se la ahorrasen. No voy a estar con alguien que no me gusta o no me dice nada. Mi vida ya me ha dado muchas lecciones sobre el amor. Y el verdadero mérito de amar es haber amado tras pasar por la crueldad del desamor. Una de las grandes ventajas que tiene uno cuando no sabe lo que quiere, es que ya sabe lo que no quiere. Saber lo que no quieres es importante para llegado el momento, saber que es lo que queremos en la vida y en el amor.



Me hace gracia cuando me dicen: "Con amor se vive mejor". A mí me encanta sentirme odiado, lo disfruto plenamente. Me encanta no tener el amor en mi vida (Modo Ironía ON).Me encantaría tener el amor en mi vida, pero el desamor me ha enseñado que existen millones de cosas más allá o más acá del amor. "Si temes a la soledad, no seas entrenador" reza como título un libro escrito por Javier Imbroda. Y es verdad. En este caso aplicable a la vida normal y corriente. "Si temes a la soledad, no seas novio". Estar sólo no es ni malo ni bueno, es la etapa previa a estar con alguien. El momento de mejorar como persona sin la ayuda de nadie, de pelear contra nuestro mejor amigo y nuestro peor enemigo, nosotros mismos.

Tras 5 años en la universidad, me hace gracia darme cuenta de esto y de que el periodismo no son las cosas que aprendes en clase, si no que el verdadero periodismo se hace en la forma y manera en la que te relacionas con la gente, accedes a la información y la manejas. Procesos sociales muy básicos que están presentes en todo momento, en cualquier conversación. El verdadero periodismo no se hace en los periódicos ni en las teles. Se hace en la calle, siendo tal y como es uno, accediendo a la gente que nos merece la pena y contar las cosas tal y cómo suceden, sin añadiduras ni quitar nada de los hechos. La agenda de contactos llena, las ganas de conversar a full y las historias a rememorar, cotidianas, especiales, corrientes o únicas están ahí, a cada paso que damos. Sólo hay que atreverse a decirlas.

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